La oración no es un monólogo, no es rezar, porque rezar significa hacer vanas repeticiones, y esto no es otra cosa que orar consigo mismo. La oración tampoco es algo mecánico que hacemos para cumplir con Dios; no es un ejercicio religioso, no es solamente pedir un favor a Dios, ni es una válvula de escape para aliviar la consciencia. Tampoco es usar a Dios solamente cuando tenemos necesidad.
Si estudiamos un poco mas allá sobre lo que no es la oración, nos podemos dar cuenta que por mucho tiempo, hemos estado haciendo vanas repeticiones, que no hemos orado conforme al corazón o a la Palabra, que lo que hemos tenido es un monólogo con nosotros mismos y, por consiguiente, no hemos tenido ningún resultado positivo en nuestras oraciones.
Por eso nos preguntamos: ¿Dios escucha toda esta incredulidad? Él Señor no oye este tipo de oraciones pues son vanas repeticiones, por largo tiempo hemos estado orando de esta manera, y por ende Dios no nos responde, no debemos desmayar en la oración pero buscar la forma correcta para hacerlo y ser escuchados en nuestras peticiones al Señor.
Es una conversación o un dialogo de nuestro espíritu con Dios. Es la comunión directa de nuestro espíritu con el Padre celestial. La razón por la cual se debe orar con nuestro espíritu es porque Dios es espíritu, y nosotros dialogamos y oramos con Él por medio del espíritu.
Aunque el propósito principal es tener comunión intima con el Padre, también la oración tiene otras facetas, con las cuales podemos hacer diferentes tipos de oraciones. Podemos interceder por otros, haciendo guerra espiritual, entre otros.
En toda la tierra la oración es unos de los ejercicios espirituales que más nos cuesta realizar, ya que conlleva mucha disciplina, y por esto hay muchas razones por las cuales se nos hace difícil tener una vida de oración continua y constante:
1. La carne es débil.
Cada uno de nosotros, debe entender que a nuestra carne, al viejo hombre y a la vieja naturaleza, no le gusta orar.
Nuestra carne siempre está cansada, quiere dormir mas, no quiere levantarse temprano y siempre está buscando excusas para no orar.
Si entendemos esto desde el principio, podemos hacer algo para someter a la carne.
Cada vez que ocurra esto debemos de levantarnos y recordar la disciplina en la que el Señor nos puso, y siempre le damos el placer a la carne de no orar.
2. Los resultados no siempre van de acuerdo al tiempo que oramos.
Por mucho tiempo nosotros hemos estado orando por lo mismo, y no vemos resultados físicos que nos indiquen que nuestras oraciones han sido contestadas. Al ver esto, nos desanimamos y dejamos de orar
3. La oración es una inversión.
Algunas veces, tenemos que invertir mucho tiempo en oración para lograr grandes resultados. No se puede esperar que una pequeña oración resuelva los problemas al instante, es necesario orar por mucho tiempo para ver la victoria de nuestras peticiones.
4. Porque no sabemos orar por un periodo de tiempo largo.
Las razones por la cuales a ciertas personas les cuesta orar, es porque después de cinco o diez minutos, se les termino el repertorio, no saben que mas decirle a Dios, y por eso, se frustran y no continúan orando.
5. Somos ignorantes acerca de la oración.
La ignorancia de como pedir, qué hacer cuando Dios nos habla, el cómo orar conforme a la palabra, el no saber orar en el espíritu y el no saber nada de oración, nos lleva a la frustración, y el resultado a esto es el no querer orar mas.
La palabra de Dios no nos ordena una posición física ni especifica, aunque en la escritura podemos ver diferentes posiciones físicas que podemos adaptar durante el periodo de oración, tales como: de rodillas, de pie, sentados, postrados, caminando, entre otras formas.
Se podría decir que la posición no importa, lo que importa es la aptitud del corazón hacia Dios. Deberíamos de tener una aptitud de gozo, reverencia, agradecimiento y de fe.
Si nuestra condición espiritual de nuestro liderazgo es débil en la oración, como estará el resto del pueblo. Es tiempo de orar, de buscar el rostro del Señor con todo el corazón y dejar de hablar de la oración y hacer lo primordial, ponerla en práctica.
Si la palabra dice que antes que nosotros abramos la boca, Él ya nos oyó, entonces, ¿por qué tenemos que orar? Si satanás y sus demonios han sido derrotados y Jesús tiene la autoridad, ¿Por qué orar en contra del enemigo? ¿Por qué tenemos que llevar las cargas los unos a otros si Dios hizo todo? ¿Para qué orar? Si la palabra de Dios dice que es la voluntad de Dios que todos los hombres sean salvos, entonces, ¿Por qué tenemos que orar por los perdidos? La palabra de Dios tiene la respuesta a cada pregunta que tengamos. Hay muchas razones bíblicas por las cuales Dios desea que oremos, en otras palabras, hay varias razones que explican el porqué existe la necesidad de orar.
1. Dios trabaja por medio de los hombres
Veamos un poco como sucedió al principio de la creación. Dios creó a Adán y su nombre significa “hombre”; un ser humano, un hombre de carne y hueso, a quien Dios le entrego dominio y señorío, el desea hacer la voluntad por medio del hombre
El hombre es el mayordomo, el representante de Dios aquí en la tierra; por tanto, es el responsable de ejercer su dominio y su autoridad.
Dios lo usa como el medio para hacer el trabajo. Dios puede hacer lo que desee aquí en la tierra y en el cielo, sin la ayuda de nadie, pero a Él la ha placido usar a los hombres, con faltas y defectos; débiles que se equivocan.
Dios obra sus planes y sus propósitos, según las oraciones del hombre.
Así como observamos a Dios trabajando juntamente con Adán, lo vemos trabajando con los profetas. Por esa razón Él nos necesita para que oremos. Él nos ha escogido para que seamos colaboradores de lo que Él está haciendo aquí en la tierra. Dios necesita las manos del hombre para sanar, la boca del hombre para hablar, pies del hombre para ir a lugares, y que seamos sus representantes aquí en la tierra. Es por eso, que Dios usa al hombre para que oren e intercedan para que Él pueda llevar a cabo sus propósitos y sus planes.
Hay muchos planes y propósitos de Dios que todavía no se han llevado a cabo porque no hay hombres y mujeres que los den a luz en el espíritu.
2. Dios busca una familia para tener comunión
Unas de las razones por la cuales necesitamos orar, es porque Dios quiere una familia con quien tener comunión.
Él quiere hijos, con los cuales pueda relacionarse y tener intimidad.
Dios quiere una familia con la que Él pueda conversar, caminar, desarrollar esa una comunión intima, y lo podemos ver al inicio de este post.
3. Para que la voluntad de Dios sea hecha aquí en la tierra.
Por medio de la oración, es que Dios ha llevado a cabo su voluntad aquí en la tierra, todo lo que Dios ha hecho aquí en la tierra es porque alguien se lo ha pedido. El cómo establecer la voluntad de Dios en la tierra como en el cielo es: Dios ha dicho que es su voluntad que todos los hombres sean salvos. Entonces, es necesario que esa voluntad se lleve a cabo aquí en la tierra para nuestra familia. ¿Cómo se hace esto? Esto se hace por medio de la oración. Recordemos que cuando Jesús hablo de la oración, se refirió a ella como una necesidad. Una necesidad es algo básico que se requiere para sobrevivir. El comer o el dormir, y así mismo es la oración. Es algo que necesitamos para vivir, pues de otra manera, nos morimos espiritualmente.
Hay muchos planes y propósitos de Dios sin llevarse a cabo, porque no ha encontrado hombres y mujeres que oren de acuerdo a su voluntad. Dios está buscando bocas aquí en la tierra para que proclamen y declaren su palabra.
4. La oración le de derecho legal a Dios para cambiar la voluntad del hombre.
Es por medio de la oración, que Dios puede lidiar con una persona que no desea cambiar su condición. Cuando se ora por esa persona, Dios comienza a tocarla y a inquietarla, aunque su corazón no desee cambiar. No es que Dios viole su libre albedrió o su voluntad, ni tampoco hace que esa persona haga lo que Él quiere a la fuerza, sino que aunque ese hombre o esa mujer no quiera cambiar, Dios le pone el querer como el hacer, que no estaba en su corazón. Cotidianamente, después de orar, esa persona empieza a tener un deseo de cambio. Esto lo hace el Señor por medio de la oración.
Este verso nos da a entender que si una persona no quiere o no tiene deseo de cambiar, Dios le puede poner, no solamente el deseo en el corazón, sino también la voluntad para hacerlo, nuestras oraciones pueden traer cambios a los seres humanos, a las ciudades y a las naciones. Por eso, la oración es muy necesaria.
A lo mejor algún familiar, conocido o muy allegado no tiene el deseo de conocer a Dios, pero por medio de la oración, Dios puede poner ese deseo y llevarlo a que lo conozca a Él.
No deje de orar hasta que vea la respuesta a su oración. A lo mejor usted no tiene el deseo de cumplir el llamado de Dios, pero sí de empezar a orar. Si así lo hace, Él empezará a colocar el deseo y la habilidad para cumplir su llamado.
El caso de Elías, Dios le da la idea de que pide que no llueva por tres años y medio, sin embargo al final del capítulo, Elías pide lluvia.
"Pasó mucho tiempo, y tres años después, llegó la palabra de Jehová a Elías, diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra". 1 Reyes 18:1
"Entonces Elías dijo a Acab: sube, come y bebe; porque ya se oye el ruido de la lluvia."
1 Reyes 18:41
A continuación, vemos que Elías subió al Monte Carmelo y tomó una posición bien particular.
Vemos que la descripción de su postura, es idéntica a la de una mujer dando a luz.¿Qué representa o simboliza esta posición?Representa la oración dando a luz las cosas. La oración da a luz cosas en el espíritu y en lo físico.
Lo que Dios no está diciendo es que por medio de la oración, debemos dar a luz almas, tierras, recursos financieros, ministerios, entre otros.
En 1 de Reyes 18:44, dice: “… y la séptima vez dijo…” El número siete es el número perfecto, completo. Es el número de Dios que simboliza plenitud, la obra está terminada. En la oración, esto simboliza que debemos orar hasta que la obra esté completa, hasta que se logre un rompimiento y obtengamos la victoria.
Estos no lleva a una pregunta: ¿Por qué en este tipo de oraciones se requiere de perseverancia, a pesar de ser la voluntad de Dios, el tiempo de Dios y la idea de Dios? La razón es que aunque sea la voluntad de Dios, el tiempo de Dios y la idea de Dios, nosotros necesitamos aprender a orar hasta que venga “lluvia”, porque Dios lo quiere hacer por medio de nosotros. ¿Cuántas promesas de Dios no se han cumplido porque Él no ha encontrado a una persona que ore? Cuando Dios nos pone a orar, debemos sentirnos privilegiados porque Dios nos está haciendo parte de su plan. Solo existen dos tipos de personas que Dios está buscando, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, para que sean instrumentos y cumplir sus planes. Y estas personas son:
• Intercesores:
Los intercesores son aquellas personas que se paran en la brecha como mediadores entre Dios y la humanidad.
Son aquellas personas que trabajan con Jesús, como el único mediador entre Dios y los hombres; son la extensión del ministerio de Jesús para orar por esta humanidad. Los intercesores son los que preparan el camino para que la voluntad de Dios sea hecha aquí en la tierra.
• Adoradores:
Estos son los que hacen que la gloria de Dios descienda sobre la tierra. Mientras los intercesores aran el terreno, los adoradores hacen que la lluvia caiga sobre el terreno.
5. La oración es hecha para no caer en tentación
Unas de las razones por la cuales existe la necesidad de orar, es para no caer en tentación.
Unos de los beneficios de la oración, es que nos da dominio propio sobre la tentación.
Hay creyentes que caen ante la tentación porque no tienen vida de oración; por tanto, caen y son golpeados por el enemigo (satanás).
6. La oración es el medio para entregar nuestros problemas a Dios.
Dios usa la oración para que echemos sobre Él nuestras ansiedades, problemas y preocupaciones.Hay personas llenas de ansiedad en su corazón porque no tienen vida de oración y, por consiguiente, no le han entregado sus problemas a Dios.
Hemos leído, que Dios ha escogido seres humanos para llevar a cabo su voluntad aquí en la tierra. Dios busca una familia con la cual pueda tener amistad y comunión. Es mediante la oración, que Dios puede hacer que la voluntad del hombre cambie, poniéndole el deseo y la voluntad de Dios aquí en la tierra, así como en el cielo.
La oración no nos deja caer en la tentación y nos da fortaleza para resistirla. También, es una forma para ir a Dios y entregarle todos nuestros problemas, depositando toda la ansiedad sobre Él.
Estar disponible en todo momento para orar, negar nuestra carne y ser instrumento para cumplir su voluntad.
Debemos tomar como un privilegio el ser parte del plan original de Dios; hay que levantarse y decirle al Señor: “Quiero empezar a orar y ser parte de lo que tú quieres hacer; ¡hazlo a través de mi!”.
Recuerde que la oración es una necesidad y si no la practicamos, nos iremos secando espiritualmente. ¡Decídase y empiece a orar hoy mismo!