Pasaron varios días después de que se reunieron nuestras miradas, me hice fan de las lecturas que te gustaban a fin de conocer un poco mas tu manera de pensar, buscaba que fuera casual la oportunidad de ver tus ojos al salir de la iglesia, pero siempre estabas muy ocupada, a veces sólo era un instante pero bastaba tu leve sonrisa para inundar mi corazón de dulzura.
Me hice fan de tu manera de tocar la guitarra, de tu voz suave que agradecía por todo y de tu forma de explicar las cosas complicadas, me sentía solo uno mas de aquellos que te admiraban hasta que un día pronunciaste mi nombre…
Tu leve sonrisa que me inspira a amarte
no deja nunca de decir mi nombre,
este cariño se convierte en arte
que sólo es tuyo y a tu voz responde.
Tanto la historia como la poesía y la imagen son de mi propia autoría