El golpe del martillo hacía que la enorme piedra vibrara, los cinco hermanos se miraron unos a otros al ver que se partía en dos y desde su interior un pequeño brillo los llenaba de curiosidad, era una piedra sólida, que parecía haber estado así desde siempre, pero en su interior tenía lo que parecía un pedazo de vidrio..
-Como pudo haber llegado ahí- Dijo Juan.
Aún no terminaba de hablar cuando resbaló cayendo de espaldas de una altura como de cinco metros…unos días después, les daban la noticia de que no volvería a caminar.
Sentado sobre una silla de ruedas pasaba los días leyendo en el pequeño jardín de la casa de su madre. Un día mientras veía un catalogo de artículos de senderismo, llegaron sus cuatro hermanos del gimnasio, rápidamente escondió el catalogo, pero uno de ellos alcanzó a verlo. Sin decir nada sus hermanos se pusieron de acuerdo para modificar su silla de ruedas para adaptarle ruedas anchas y un sistema de poleas mas eficiente, además uno de sus hermanos diseño otro prototipo ultra ligero, capaz de doblarse.
Todo estaba listo, ese fin de semana se fueron de excursión como lo habían estado haciendo antes del accidente, habían hecho un recorrido de varias horas cuando advirtieron que empezaba a anochecer, por lo que decidieron montar el campamento, era una noche tranquila, el cielo estrellado le recordaba aquellas noches de campamento de cuando era niño, después de cenar y de tomarse algunas fotos se retiraron a dormir.
En algún momento de la madrugada Juan advirtió que la temperatura había descendido súbitamente y parecía como que empezaba a llover, de un momento a otro estaban en medio de un torrencial aguacero, trataron de recuperar lo que pudieron de las provisiones que llevaban, pero la silla de ruedas ya no estaba. A la siguiente mañana organizaron lo que quedó de las tiendas de campaña para hacer una camilla, pues en el alboroto Juan se había lastimado, así se dispusieron los cuatro hermanos a llevarlo sobre sus hombros durante veinte siete kilómetros hasta que al fin llegaron a donde habían dejado la camioneta, al siguiente día no paraban de reír por la ventura que habían tenido.
Siete meses mas tarde emprendieron de nuevo la aventura, llevando siempre a Juan en su silla de ruedas modificada, así pasaron mas de cinco años en las que reunieron bastantes anécdotas, hasta que un día encontraron a Juan de pie, poco a poco empezó a caminar y después a correr en competencias de cinco kilómetros.
Sobre la mesita de la sala estaba la foto de los cinco hermanos mostrando sus medallas de participación en una competencia de medio fondo y la extraña piedra que parecía vidrio, jamas ninguno llegó en primer lugar pero los lazos entre ellos siempre permanecieron fuertes.
Historia y Diseño
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