ESTA PINTURA NO NECESITA TÍTULO... ¿O SÍ?

in #spanish7 years ago

Hola, amigos. Tengo esto para contar hoy...

Después de muchos años de pinceles y estilos, fue en 2017 cuando pinté la primera obra de protesta contra el régimen que mantiene a mi país sumergido en la miseria, la muerte y la desolación.

Inicié con algunos rayones en carboncillo sobre el lienzo, sobre los que arrastré un trapo después para buscar entre los manchones una salida a mis emociones y sentimientos por lo que estaba sucediendo en ese momento en Venezuela.

Como por arte de magia surgieron los rostros, fantasmales, velados por el juego perverso de la luz y la sombra. Así comencé a sacarlos del fondo, y decidí hacerlo en forma caricaturesca por ser este género habitualmente usado para protestar. Lo demás surgió solo, poco a poco, conforme yo me iba volcando sobre la obra.

Aparecieron en primer plano los enfermos de cáncer y otras enfermedades terribles que no tienen tratamiento en mi tierra; aparecieron los ancianos desprotegidos, los políticos, los intelectuales, los estudiantes abaleados y perdigoneados, las madres y su dolor; se juntaron las clases sociales y diferentes etnias, todas en un sólo clamor venezolano. Surgió el deseo de parar esta tragedia con una mano, mientras se denunciaba con la otra. Las mismas manos que prestan un dedo meñique para dejarse teñir como prueba de haber dejado un voto prácticamente estéril durante unas amañadas elecciones, que cuando no, igualmente terminan en el desconocimiento de las autoridades elegidas. En ese acto también se presenta el dedo pulgar con su huella dactilar en pleno, para después dejarla en la red de farmacias que por mucho tiempo no le permitían a la gente comprar dos o tres cosas de lo mismo... por órdenes "superiores". Ni que decir de la huella de los presos políticos.

En segundo plano, una explosión de símbolos comenzaron a surgir también: las cruces levantadas sobre los fallecidos, la Estrella de David, representando al Estado sobre el que se lanzaron categóricas maldiciones (y, como con toda maldición, atrayendo toda clase de nefastas consecuencias). Irónicamente, otra estrella aparece: la estrella de la revolución, símbolo pegajoso de todo comunismo, de todo socialismo, y en general, de todo sismo político. Y no podían dejar de emerger los símbolos protagónicos de la revolución: los ojos del comandante, popularizados en todos los panfletos y todos los muros y vallas disponibles en el país (había que señalar responsables...), y por supuesto, el nutrido bigote del mandatario de turno (popularizado en el tarjetón de votación donde aparece en casi todas partes y que en la pintura aparece sobre cualquier ciudadano de a pie que tiene que soportarlo). Pero hay más: no podía faltar el fusil con el que se contienen a quemarropa las protestas pacíficas, las flechas izquierda y derecha (¿hacia dónde apunta la historia política de Venezuela y el mundo?), la espiral aparentemente sinfin en la que cayó este pueblo a partir de los '60 llegando al vórtice mortal en los últimos años, y, con mucho respeto, casi en un tercer plano, los muertos. Pero no todos los muertos, sólo los que aún reclaman justicia. Las víctimas del desastre, de la indolencia, de la falta de humanidad, del abuso de poder; víctimas del silencio acusadas por el grito.

El espectador querrá ponerle sentido a ciertas siglas que verá. En mi mente surgieron algunas (palabras con las que muchos definimos al régimen, y palabras con las que el régimen define a sus adversarios, incluso si de facto ni lo adversa aunque sea infeliz).

Esta pintura se firmó en enero de 2017, y viajó a Panamá unos meses después. Aún está en aquellas latitudes, pero en algún momento terminará recorriendo toda América Latina como un testimonio del pensamiento (y el recuento) de la mayoría de los venezolanos de estos tiempos oscuros.

Muchos de mis seguidores saben que, eventualmente, hago de manera rudimentaria una animación en Power Point convertida en video de algunas de mis obras. Era extraño que no hiciera una animación de ésta particularmente, así que la hice. Le agregué un texto al final que cierra mi pensamiento, pues en la pintura lo dejé claramente abierto. Se los dejo acá con la humilde intención de que también se expresen y con la sugerencia de que no obvien el sonido, pues es importante. Se trata de un fragmento del soundtrack original de Under Fire, de Jerry Goldsmith, con sus derechos propios, claro está.

Por último, y para quienes no conocen este trabajo, pues... no tiene título. Creo sinceramente que no lo necesita, pero sería muy interesante saber cómo le iría un título puesto por los observadores.

Les dejo el video y un abrazo al estilo criollo: cálido, afectuoso, risueño... a pesar de todo. Para los venezolanos en todo el mundo y para el mundo desde mi Venezuela. Mil gracias.

Shirley Arnao (Shishi).