El pasado fin de semana, aun no sé cómo, me deje convencer por un par de amigos de acompañarlos a una gallera (sitios dedicados a las pelea de gallos). En principio me llamo la atención el ambiente festivo que se sentía en el lugar, música, personas de todas las edades y estrato sociales ventas de comidas típicas, cervezas y todo tipo de suvenir alusivos a la actividad.
A medida que trascurrían los minutos, el murmullo de la gente iba aumentando, hasta convertirse en un verdadero bullicio, había llegado el momento de la pelea y partir de ese momento, mi cerebro no podía entender lo que estaba pasando, al ver a dos animales atacándose, ensangrentados por las heridas que se provocaban mutuamente y toda aquella gente como poseída por alguna fuerza extraña, gritando vítores por su animal y el cruzando apuestas entre ellos, era una euforia que jamás había visto, ni en los más fanáticos en una final de algún deporte que se practique a nivel mundial y en medio de aquel espectáculo me preguntaba:
- ¿Que era aquella fuerza extraña que había poseído a toda esa gente para llevarlos a esos niveles de euforia?
- ¿Somos los seres humanos adictos a la violencia representada en los ataques y la sangre derramada de aquellos animales?
- ¿Puede la ambición de ganar una apuesta llevarnos a cometer tal acto de crueldad contra cualquier animal?
Entiendo el interés de una cultura por conservar sus tradiciones, pero esa conservación no puede ser una mascarada para cubrir el negocio de las apuestas y satisfacer el morbo de la violencia de unos pocos, mucho menos a costa del sufrimiento de ningún tipo de animal sea gallo, perro, toro u otro ser vivo.
Bravo! excelente, es pura violencia y maltrato animal
Muchas gracias
Excelente post, @sir-lionel. Una práctica muy cruel auspiciada por los seres humanos. Inquieta que haya gente que disfrute ese terrible espectáculo.
muchas gracias
Es realmente un acto de crueldad, salvaje y despiadado que no tiene nombre ya que los animales son indefensos y los seres humanos estamos para protegerlos y para hacer respetar la vida.
Así es, sigo pendiente de verte saludos