Vecino, mire tengo el carro malo; será que Ud es tan amable de acercarme al supermercado.
Vecina, será que Ud tiene un poquito de azúcar que me regale.
Vecino, mi esposo no está , será que me ayuda a mover las bolsas de basura ya que están muy pesadas.
Vecina, caramba, con mucha pena; hoy me voy de viaje, será que Ud me le echa un ojito a la casa mientras regreso.
Vecino, se me rompió una cañería; será que me presta una llave de tubo.
Vecina, le puedo dejar a cargo los niños por un rato ya que tengo que ir al médico.
Vecino, présteme la escalera; es que voy a reparar el techo.
Vecina, será que Ud me presta su teléfono, necesito llamar de emergencia.
Vecino, será que Ud me regala una pastilla para este dolor de cabeza que me está matando.
Y así sucede, un vecino o vecina es como de la familia, es la persona más cercana a uno cuando necesitamos un auxilio, es una persona incondicional presto a ayudarnos en cualquier situación, es el amigo más inmediato, es el primer apoyo ante cualquier eventualidad, es saber que no estamos solos pues hay alguien que está pendiente de nosotros, en él podemos siempre confiar, es la mano que siempre se extenderá gustosa hacia nosotros, es nuestro primer auxilio; en fin, podemos contar siempre con él y él con nosotros.
Por todo esto, es importante cultivar la amistad con nuestros vecinos ya que con el tiempo los hijos se van a hacer sus vidas y a nosotros los viejos solo nos queda nuestros queridos vecinos los cuales nunca nos abandonarán, por ello, rescatemos las buenas tertulias al atardecer compartiendo un rico café con nuestros vecinos, con ellos podemos compartir charlas amenas y aprender cosas nuevas como por ejemplo una nueva receta culinaria y uno que otro momento grato como un cumpleaños, un aniversario o simplemente compartir una buena comida.
Siempre que salgamos a la calle, nuestro primer saludo debe ser una sonrisa diáfana y sincera a nuestros vecinos, mostrar una cara afable que exprese el gusto de verlos; cuidado con verlos con cara de asesino en serie ya que si hay algún roce siempre es posible arreglarlo con un diálogo de altura, que nada dañe esa buena relación y mucho menos con chismes mal infundados y que solo buscan alterar y dañar la buena convivencia.
Manteníendonos en unidad vecinal podemos afrontar cualquier dificultad o emergencia, los vecinos unidos podemos ser también un poder para conquistar cosas buenas en beneficio de la Comunidad.
Apréndamos a querer y a respetar a nuestros vecinos ya que todo pasa pero los vecinos quedan.