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RE: Wittgenstein: un filósofo, dos pensamientos.

in #spanish6 years ago

Oh, esta postura de Wittgenstein de que "aquello de lo que no se puede hablar es impensable y, por tanto, una cuestión sinsentido" me recordó poderosamente al Ignosticismo o Igteísmo del que soy partidario.
Esto es una postura con mucho sentido cuando se trata del "problema" de Dios. Los igteístas decimos que ese "problema" no es tal... no existe porque no es falsable.
"Dios" es, en realidad (atendiendo a lo que "se puede concebir") un relato mítico, un cuento fantástico, un sentimiento poético de unión con el Cosmos, etc...
Más allá de eso, la pregunta de si "existe" lo que no se puede concebir, carece de sentido.

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Caramba, no había oído hablar del ignosticismo, lo investigaré.

Y pues, sí, a primera vista es muy seductora la propuesta del Tractatus en tanto prescinde de la metafísica. Pero finalmente este pensamiento pareciera devorarse a sí mismo. Al considerar que el mundo está limitado por lenguaje, que el pensamiento está limitado por el lenguaje, se implica que la lógica lingüística y el mundo están imbricados a priori. Esto quiere decir que finalmente es una propuesta trascendental y, por lo tanto, metafísica. Justamente, esa relación entre el lenguaje y el mundo sería metafísica. Y apegándonos a la lógica, se trataría de una contradicción. Igual, lo considero como una estimación previa, puesto que para poder afirmarla con rotundidad necesito profundizar y reflexionar más en torno al Tractatus.

Entender esto llevó a Wittgenstein a refutarse a sí mismo y a proponer los juegos del lenguaje. En este sentido, el concepto de Dios dependería del contexto. Ciertamente, puede ser una metáfora, un mito o un cuento, atendiendo a los distintos contextos. Pero finalmente, dentro de la teología, pensar en Dios también sería válido.

Ahora, si nos quedáramos con el Tractatus, las implicaciones serían severas. No sólo no se podría hablar de Dios en términos lógicamente válidos, tampoco se podría hablar de temas referidos a la estética o la ética, entre otros.

Fuera de esto, personalmente llegué hace tiempo a esa conclusión con respecto a Dios: dado que no hay modo de verificar ni falsear empíricamente a Dios, resulta un sinsentido debatir con propiedad en torno a su existencia, posibilidades, alcance, etc. Lo mismo con respecto a conceptos relacionados o similares, como el alma, los fantasmas o los fenómenos mal llamados paranormales. Me considero ateo aunque mi conclusión en torno al problema de Dios sugieran un agnosticismo. Considero lo básico: que quienes deben demostrar su existencia es quienes creen en él. Pienso que no pueden por lo explicado. Si lo logran algún día, creeré en su existencia, aunque no necesariamente lo juzgue de forma benevolente. Hasta tanto, seguiré convencido de que no se trata más que de una idea humana.