Aime Alejandra.
Por primera vez siento que nada duele. Que todo lo que me pasa a mí es pequeño frente a esto que vive Sam. Dije que no lloraría, y si me ves, no lo creerías pero así es: ¡Ni una sola lágrima! Y no es porque haya dejado de querer a Andrea y a Ezra, solo que bueno... He aprendido a ser fuerte y esperar siempre lo peor.