El daño emocional de la intimidación a nivel de víctima y familia - ¿ERES TU UNO?

in #spanish7 years ago (edited)

El texto que se presentará a continuación está destinado a expresar el sufrimiento de una familia y su hijo víctima de acoso escolar, la forma en que la angustia consume sus días y las consecuencias más inmediatas de este doloroso tormento.

"No sabemos lo que le está sucediendo a él". Constantemente se queja de malestar estomacal y dolores de cabeza, no puede quedarse dormido como antes, se despierta ansioso por la noche y viene a la cama, se preocupa excesivamente por algunas cosas que no lo hacen ni siquiera interesado en el pasado. Él tiene cambios de humor repentinos, desde estar muy tranquilo hasta estar intensamente enojado o llorar salvajemente. A veces es incluso rebelde cuando le decimos que deje de morderse las uñas o de que se quite el pelo, comportamientos que antes no demostraba.

Algo de angustia, pero no sabemos qué porque no nos habla. Sospechamos que algo está sucediendo en la escuela, tal vez hay demasiada presión o tal vez un niño tiene problemas con eso. Seguimos investigando a su séquito, le preguntamos a su maestro, a sus hermanos, a los parientes de sus amigos, pero nadie nos trae información.

A veces se pone muy tierno y, aunque es un niño cariñoso, la adicción que genera comienza a preocuparnos. Nos llama mucho la atención en ciertos momentos del día y, como no conocemos el origen de este cambio, aprovechamos este momento para hablar con él y tratar de comprender algo de lo que le está sucediendo.


FUENTE

Se aprieta y declara que no quiere hablar, que lo avergüenza. En otras ocasiones, él nos dice que no quiere ir a la escuela, que algo malo le está sucediendo. Finalmente nos confiesa que los niños lo están abucheando, insultándolo, jugando con él y, en algún momento, golpeándolo.

Nuestro mundo se está derrumbando. Acabamos de ponerle un nombre al origen de su dolor, su angustia y su incomodidad. Esto es lo que llamamos intimidación o intimidación escolar.

Inmediatamente damos el primer paso: hablar con la escuela. Esta situación debe ser resuelta. Estos niños deben soportar las consecuencias de sus acciones. Nuestro hijo no puede revivir lo que vivió. Ni el nuestro ni ningún otro.

Es hora de ordenar ideas y ver qué podemos hacer, cómo podemos actuar. En tales situaciones es difícil no ir directamente a los abusadores y sus familias. Sin embargo, sabemos que es mejor evitar que el niño participe en un conflicto y en una confrontación directa.

Por lo tanto, estamos esperando y atemperando, por el momento, nuestras emociones incontrolables. Estos sentimientos que hierven no nos dejan pensando con claridad, pero al tomar un momento y alejarnos un poco de la situación, es seguro que pueden calmarse.

Lo más importante, ante todo, es crear un entorno seguro para nuestro hijo. Ya estamos trabajando en eso, estamos haciendo todo lo posible. La escuela comenzará a tomar acción. Los maestros y amigos prestarán atención a cada movimiento y gesto que los matones tendrán contra nuestro hijo.

Sin embargo, eso no es todo. El daño emocional que la intimidación ha causado a nuestro hijo todavía está allí. A pesar de que ya nos lo contó, sigue estando asustado y ansioso, y todavía se niega a ir a la escuela. Qué podemos hacer ?"

Ayudando a un niño a enfrentar las heridas emocionales causadas por el bullying
Ayudar a un niño víctima de acoso a lidiar con el daño emocional que ha sido generado por la violencia social no es una tarea fácil para las familias.

  • Poner en marcha un espacio seguro y un ambiente de confianza: es esencial proporcionar la seguridad de que las personas a su alrededor se asegurarán de que no le pase nada, que su entorno esté completamente de su lado y que los agresores sufrirá las consecuencias de su comportamiento. Sin embargo, incluso si puede parecer difícil, es necesario evitar la sobreprotección ya que puede generar un ciclo de dependencia que finalmente tendrá consecuencias negativas.

NOTA :

Aunque el control necesario de la escuela ya se ha implementado para prevenir el acoso escolar, la negativa del niño a regresar a la escuela puede persistir. Es importante hablar con ellos sobre el entorno seguro, lo bueno que es ir a la escuela y que volver a la escuela lo ayudará a sentirse mejor. Podemos facilitar el proceso de reintegración (en caso de que se haya producido una interrupción), exponer al niño gradualmente al entorno escolar: reunirse con amigos, caminar cerca de la escuela o incluso, en casos más graves regrese a la escuela solo por unas pocas horas para que el niño entienda que no hay peligro.