Esa noche, una semana antes de nuestro encuentro, cenamos juntos y prometimos seguir siendo amigos sin importar quién ganara.
El encuentro era importante, el ganador se convertiría en un boxeador profesional.
Salí de la casa de mis padres, con quienes tuve un almuerzo al mediodía, faltaban aproximadamente cinco horas antes del encuentro. Esperaba a mi amigo Carl, quien me llevaría al lugar del combate. Posterior a unos minutos, llegó en su clásico Mustang rojo, no sabía mucho de autos, por lo que no sabría decir qué modelo era con exactitud.
-Vamos Mason, entra –dijo Carl desde el interior del auto, de donde sale rock con alto volumen.
Camino hacia la otra puerta e ingreso al coche, al momento de entrar al auto percibo un olor muy fuerte.
-…Carl, sal del auto.
-¿Ah?
-¡Mírate!, ¿¡cómo llegaste aquí siquiera!? –le grito a Carl antes de bajarle el volumen a la música.
-Jones, no es necesario ese tono de voz –dice él al recostarse sobre su asiento.
-Yo manejaré.
Salgo rápidamente del auto, abro la puerta donde está Carl ebrio, lo ayudo a salir y a caminar hasta donde yo estaba antes.
-Hey, Mason –dice Carl al yo sentarme para conducir.
-¿Hm?
-Aposté por tu victoria hoy, más vale que ganes.
-Vaya…
Arranco el auto y comienzo el recorrido. Al cabo de tres horas llegamos a Nueva York, después de manejar por la ciudad durante un rato, me detengo en un puesto de comida rápida.
-Compraré agua y comida para bajar tu embriaguez.
Carl, quien ve por la ventana un par de muchachas caminando, no responde.
Me ubiqué en la pequeña cola de autos formada para la compra de comida, al cabo de un rato avanzamos y compramos lo acordado.
Luego de unos minutos de camino donde Carl cenó, llegamos al lugar del encuentro, entré al amplio estacionamiento y detuve el auto.
-Aún faltan casi dos horas para el evento, veré si Charles ya ha llegado –digo mientras me bajo del auto.
-Adelante, yo tal vez dé una vuelta… -dice Carl en voz muy baja.
-Ni lo pienses, si la policía te ve así, estarás en problemas.
Me volteo para seguir hacia el edificio del evento, Carl susurra algo, pero no le atiendo. Camino hasta el lugar, probablemente ya llegó el encargado, por lo que abro la puerta, paso los vesidores e ingreso al lugar del encuentro. Aún está todo apagado, pero logro ver en la oscuridad el ring y la multitud de asientos para los espectadores.
-Sr. Jones, bienvenido –dice un hombre a mis espaldas.
-Oh, hola Sr. López –volteo y debido a la débil luz de los pasillos antes de la sala del ring, logro identificar al señor -. ¿De casualidad, Charles no ha llegado?
-¿Se refiere al Sr. Smith? No, no ha llegado.
Nos quedamos conversando sobre el evento de hoy y otras peleas realizadas en este edificio.
-“¿Cuánto tiempo habrá pasado?” –camino al estacionamiento mientras veo el teléfono -. “Ya son las ocho.”
Salgo del edificio y no veo el auto de Carl.
-¡Mierda! Carl… joder…
Rápidamente saco nuevamente mi teléfono y marco el número de Carl, pasan los segundos y no responde, continúo llamando por los próximos diez minutos, sin éxito.
El estacionamiento se empieza a llenar con el paso del tiempo, por lo que entro a los vestidores. Entre la preocupación por Carl y la tensión del encuentro, finalmente me rindo y apago mi teléfono.
-Ok… Mason, relájate. Gana hoy y conviértete en un boxeador profesional.
Salgo de los vestidores y espero en el pasillo, el cual va hacia el ring.
-Jones, Smith no ha aparecido, ¿no sabes nada? –mi futuro manager hace su aparición.
-No, señor.
-Si él no llega hoy, ganarás, no podemos posponer este combate –dice él antes de sacar su teléfono y hacer llamadas.
-“Vamos, Charles, no me hagas esto”
Esa noche Charles Smith no pudo llegar al combate, avisó al encargado del evento y se canceló.
Al día siguiente fui a visitar a Charles, me ofreció pasar y estaba en su sala de estar.
-¿Quieres cerveza?
-Gracias –dije después de asentirle.
Charles volvió después de un rato con dos vasos hasta el tope y se sentó en el sofá de al lado.
-Tal vez no debería decir esto, pero… felicidades por tu ascenso –dijo Charles antes de darle el primer sorbo al vaso.
-No me gustó ganar de esa manera… El manager me dijo que fue por asuntos familiares, ¿qué pasó?
-Bueno, un imbécil atropelló a mi hermana –dice Charles con tono rabioso, añade con voz tranquila luego de un suspiro-. Por suerte andaba con ella, pude ayudarla, pero el conductor escapó y no pude ver la matrícula del auto.
Siento un escalofrío al oír las palabras de Charles.
-¡Dios…! ¿Y cómo era el auto?
-Uhm… un modelo de Mustang rojo, pero la matrícula era lo que verdaderamente importaba…
-…Tienes razón –le digo antes de beber del vaso, añado después de un largo silencio -. ¿Sabes? Pagaré todo el tratamiento de tu hermana.
-¿Eh?, ¿estás segu-?
-¡Sí! –interrumpo a Charles -. Me regalaste la victoria ayer, déjame hacer esto por ti y tu familia.
Fuente: Ring de boxeo
Fuente: Comida
Nadie quiere ganar por forfait, menos así :)
Me imagino ya quien los atropello... muy buena historia realmente me atrapo
Esta publicación ha sido seleccionada para el reporte de Curación Diaria. # ¡¡¡Felicidades!!!
Una relato con emociones y buen armado... Saludos... Espero leer más...