Nos encontramos con personas muy inteligentes, que pareciera tenerlo todo para triunfar en grande, y sin embargo, una vida de fracasos, o con algunos resultados de poca monta, es lo que les acompañan.
Aflige tener capacidades que no se aprovechan. Son seres que viven a medias, o menos. No es de extrañarnos de encontrarnos con gente talentosa que ni siquiera tienen un lugar digno para dormir.
Tal vez en este momento se te viene a la mente a alguien que conoces que no está a la altura de sus facultades. Es un potencial que se marchita a medida que pasan los años, y verlos cómo el tiempo les debilita y les aleja de lo que pudieron ser, es decepcionante.
Cuando tenemos un don, ya sabes, esas aptitudes que nos permiten sobresalir del montón, hemos adquirido una responsabilidad. No sólo con nosotros mismos, sino con aquellos que se beneficiarían con los resultados.
Imagina un niño que deja sus regalos de cumpleaños y navidad envueltos en sus cajas. Esa falta de entusiasmo por celebrar lo que lleva dentro, le traerá una consecuencia nefasta para su vida y las de los suyos.
A veces, se cree que es suficiente con llevar una vida promedio. Tener una vivienda confortable, un par de vehículos, entre esas cosas que la sociedad mide como éxito.
Pero el no desarrollar con un propósito las fortalezas que nos acompañan, es un acto egoísta. Me explicaré con el siguiente ejemplo.
Imagina que alguien tiene el don para llegar a ser un científico de renombre. Es una persona con la inteligencia y mentalidad que se necesitan para conseguir grandes proyectos en el campo de la ciencia.
Imagina que este individuo, si hubiese establecidos metas importantes, se apegara a un plan y lo llevara a cabo, hubiese logrado descubrir la vacuna del cáncer.
Entiende mi punto. Lo mismo sería si fuese en otro campó sea artístico, directivo, deportivo; de lo que sea.
Todos tenemos talentos para así contribuir las bases que harán de este mundo mejor. Unos tendrán metas más evidentes que otros, pero en conjunto todos somos importantes.
Dejar morir a los talentos por no abrazar a la perseverancia, es un pecado. Existir a medias es lo que más causas de arrepentimiento producen cuando llega el momento de partir de este mundo.
Fijarse metas, apegarse a un plan y ejecutarlo con perseverancia es lo que les falta a los prodigios que se conforman con una vida que les da algunos que otros gustos.
Imagina si los grandes inventores y protagonistas de la humanidad se hubiesen conformado con una vida promedio.
Todos ellos tuvieron que entregarse a una acción orientada por sus metas. Todos ellos tuvieron que prepararse, planificar y estar dispuestos a fallar una y otra vez.
No sé qué puede motivarte a despertar y escudriñar hasta descubrir tus talentos. Es urgente que se haga.
Quién sabe dónde estaríamos y qué tan diferente sería este mundo, si aquellos dotados de talentos, que somos todos, se atrevieran a recorrer sin cuestionar el camino que les exige la responsabilidad por haber nacido con esas virtudes.
Tenemos enemigos que impiden que nos comprometamos con nuestro potencial.
Uno de ellos, es el haber permitido encariñarse demasiado con la comodidad que nos ofrece la zona de confort. Salir de esta significa enfrentar miedos y aceptar que nos expondremos a momentos de presión.
Ya te diré, que aquellos que vegetan dentro de los linderos de su zona segura y cómoda, pagarán el precio de vivir frustrados.
Una frustración que se oculta en medio de lo que la sociedad considera como una vida satisfecha. Deja que la ausencia de la luz en la noche le acompañe, para que el silencio le muestre todo lo que aún le falta por vivir, si no abandona su conformismo.
Atreverse a fallar, atreverse a retar a quienes les rodean, esas personas que apuestan en tu contra, usando el ridículo y el rechazo social para dejarte encerrado bajo la sombra de los temores, es un requisito que requiere de valor y poder salir para dejar huella a lo largo de tu vida.
Imagina el roble que no se atreve a germinar, quedándose encerrado en su semilla.
Dile fuera de tu vida a la indolencia, a las inevitables frustraciones, a los pensamientos negativos que como sucios vientos tratarán de derrotarte.
Abraza y ama quien eres. Me refiero a quien eres de verdad, no la cáscara de complacencia que muchos muestran al mundo. Extrae de ti tus facultades, y germínalas una a una, hasta lograr que ese roble que está en ti, logre cubrir con su fuerza y sombra, a los que necesitan de tu cobijo.
Jamás permitas que el fantasma de la rendición se aloje en tu corazón.
Thomas Flores.
Buen análisis, es un tema que en pocos días por Steemit he visto en varios post (incluyendome). Plantear el éxito relativo y el fracaso como etapas normales que bloquean o despejan nuestro camino dependiendo del caso, sin duda la personalidad, la suerte, el destino y muchas variables intervienen en ese coctel explosivo que podemos denominar como VIDA. Saludos cordiales !!
@fjmm, me alegra que te interesen estos temas, te voy a seguir.
Se nota que enfocas con madurez y conocimiento lo que dices. Continúa así.
Sueña en grande, haz que tus metas sean una locura, prepárate y planifica, y sobre todo, sobre todo, actúa cuanto antes, hasta conseguir tu propósito.
Saludos, Feliz día.