Notas con sabor a café -- Stemmit.

La bebida más consumida después del agua. El café, viene siendo una mezcla de sabores, sentidos, tradiciones y recuerdos que lo hacen indispensable en nuestra vida cotidiana. Desde tiempos remotos, el hombre se ha mantenido en una constante búsqueda de sustancias, alimentos o cualquier otro elemento que le ocasione una sensación indescriptible, placer y de viaje en el tiempo, para sentirse vigorizado, calmar sus angustias u olvidar sus penas. Lo que ha conseguido con el café, es ser protagonista de la escena más inefable y maravillosa de la mejor película vista. Esta bebida posee la exquisitez de su aroma, cuerpo y sabor, logrando ser un elixir para nuestros paladares.

Se convierte en una tradición. No podemos dejar pasar el perfume profundo de un espresso para una charla entre amigos o el cierre de un negocio exitoso; el gusto cremoso de un cappuccino para una conversación de sobremesa o para hacer una pausa en el día; o nuestro venezolanísimo "Guayoyo" para el inicio de una jornada de trabajo.

Eso no es todo, cuando disfrutamos del café, también estamos degustando el arduo labor que este trae consigo. El cuidado del caficultor; el conocimiento del tostador y la pasión que enrolla a todas las personas que pertenecen a esta cadena (Recolectores, arrieros, trilladores, catadores, entre otros) hasta que llega al último escalón: el barista. Este, es responsable de crear momentos únicos, con una impecable técnica y un excelente servicio, ese momento debe convertirse en una experiencia sensorial memorable que lleve al consumidor a sentirse increíble.

Si bien, sabemos que la bebida se obtiene a partir de los granos tostados de la planta de café o cafeto, hay muchas cosas que contribuyen al sabor de un café: la variedad, el perfil de tueste, la receta de preparación, el método de procesamiento. Aún así cuando lo empiezas a descifrar, el perfil de un café es realmente el resultado de una cosa: compuestos químicos. Aroma, sabor, retrogusto, acidez y cuerpo: todos estos cinco atributos son una respuesta a diferentes compuestos químicos. Pero, ¿cuáles son estos compuestos químicos?

Un inmensa cantidad de compuestos abarcan toda esta genialidad, pero básicamente son: Cafeína, que afecta la fuerza percibida, la amargura y el cuerpo de un café preparado; trigonelina que contribuye al aroma de granos tostados y café recién hecho; ácidos clorogénicos que juegan un papel importante en el amargor y la astringencia; ácidos orgánicos, responsables de la buena acidez y relacionados con la dulzura, proteínas, carbohidratos, lípidos y melanoidinas, incluyendo los compuestos volátiles y toda clase de moléculas que entran en juego a la hora de preparar un buen café.

Saliendo un poco de la bioquímica, el café representa mucho más que sólo una bebida. Para mí, representa un estilo de vida, una pasión y un estandarte, que seguiré hasta que dé mis últimos pasos. En Venezuela, el tema del café toma gran auge, aun con la crisis económica y social que se vive. La cultura del café sigue creciendo, los locales en donde se sirve un buen café están en rápida expansión, la gente emprendedora sigue invirtiendo e interesandose en el café. Tal vez no sea gran cosa, pero este grano dorado pudiera ser parte de la solución.

En torno a la calidad del café venezolano hay una
anécdota, llena de gracia y picardía, que cuenta
Mario Briceño Iragorry en su libro Alegría de la tierra.
Según el escritor trujillano, mientras ocupaba
la Embajada de Venezuela en Costa Rica una vez
le tocó recibir al presidente de esta nación, cuyo
café estaba y está todavía considerado entre los
mejores del mundo. Luego del almuerzo se sirvió
café y el presidente lo alabó pensando que
se trataba de café costarricense, a lo que Briceño
Iragorry respondió con algo de ironía: «Presidente,
este café es venezolano y, para más señas, de
la hacienda de mi mujer».
Párrafo extraído de: café grano de oro de Biscucuy, hacia
una industria cafetera venezolana.

Gracias a toda la comunidad de Steemit, espero que les guste!!
Fotos de mi autoría.