Como me costó hacer bailar mi primer trompo, pero después que lo hice me volví un experto. Hasta caballito le daba a mis contrarios. No tenía la fuerza para partirlos, pero si le dejé marcas a más de uno. Recuerdo en especial ese que era de madera de colores blanco, rojo y azul. Era el más barato y el más grande, su punta era de clavo.
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Jajaja a mí también me costó y aprender a bailarlo en la mano me costó un mundo más... también le dejé marcas a algunos que tuve. ¡Qué bonito tuvo que haber sido ese trompo de madera y a colores! Los que tuve fueron unicolores como el de las fotos.