La conocí hace dos semanas, es casi imposible no sentir empatía por una mujer como ella, respetuosa, carismática y tranquila. Martha tiene 34 años, 2 hijos y está embarazada de gemelos, llegó un jueves por la noche al servicio de emergencia con contracciones uterinas dolorosas, “mis bebés están loquitos por nacer” afirmó entre risas nerviosas intentando ocultar su temor.
Obviamente era un ingreso a la sala de Alto Riesgo Obstétrico (A.R.O.) sus retoños a penas iban alcanzando las 24 semanas y nuestra misión ahora sería mantenerlos ahí el mayor tiempo posible.
No tuvo jamás mala actitud, de hecho terminé conversando con ella por un buen rato durante las horas en que la tuvimos bajo monitoreo y me confesó que se sentía algo culpable, ella no quiso ese embarazo, y hasta ese momento no había llevado controles. “Mis hijos ya están grandes, imagínate como me puse cuando supe que venían dos más”.Sin embargo, Martha estaba dispuesta a soportar lo necesario y colaborar para mantenerlos con vida un día más.
Subió a la sala de hospitalización en la madrugada. Casualmente la acomodaron en una de las camas que se me habían asignado así que Martha fue mi paciente durante las dos semanas que estuvo en A.R.O. por lo que terminé obviamente reforzando el lazo.
A cualquier hora del día podía encontrar a Martha junto a la ventana, el calor aviva la ansiedad y empeora la sensación de estar encerrada.
Aunque no sea imposible, evitar un parto pretérmino es toda una odisea en mi querido pero maltratado hospital, que no cuenta con tocolíticos, laboratorio disponible o el material necesario en caso de que se deba caer en la resolución quirúrgica del embarazo, por mencionar sólo algunas de las cosas. Sumado a esto, mi paciente estaba sola, en todos esos días sólo vi llegar a una de sus hermanas y a su hija de 16 años para acompañarla.
Pero afortunadamente, yo no era la única que había tenido ese feedback con Martha, su buen ánimo la había hecho ganarse al cariño de buena parte del personal del servicio y poco a poco terminamos donando uno que otro medicamento, colaborando con los exámenes y rastreando suturas y otros materiales para que pudieran comprarlos con tiempo.
No existe médico que no se emocione al ver mejorar a sus pacientes, y la forma en la que nos unimos para ayudarla y el hecho de haber llevado su embarazo a las 26 semanas me tenía más que esperanzada. Ese es el tipo de actitud que te impulsa a seguir adelante, a Martha con sus gemelos y a mi con mi desastre.
Este viernes en la mañana, pasé a examinarla como siempre y sentí un frío correr por mi espalda al encontrarla en pánico y sollozando, Martha acababa de darse cuenta de que había sangrado durante buena parte de la madrugada.
Mientras la preparaban para bajarla de nuevo al área de emergencia corrí a buscar un doppler para escuchar los focos cardíacos y dar fe de que sus gemelos seguían bien y ella sólo me pedía que no la dejara sola, escuchar los latidos de sus bebés eran lo que necesitaba para calmarla… Y calmarme.
Estuvo bajo vigilancia hasta el domingo en la mañana, cuando otro nuevo y más intenso episodio de sangrado los obligó a darle resolución quirúrgica al embarazo. La intervención terminó en histerectomía por acretismo placentario y con mi paciente en cuidados intensivos debatiéndose entre la vida y la muerte por el shock hipovolémico posterior a la intervención. Con casi 27 semanas los gemelos fueron llevados al área de cuidados intensivos neonatales con un difícil pronóstico.
Cuando llegué hoy al hospital nos alegró saber que estaba en mejores condiciones aunque seguía en cuidados intensivos, pero una ola de silencio calló a la multitud cuando finalmente alguien dio respuesta a la duda común: Los hijos de Martha no sobrevivieron.
Historias como esta despiertan siempre comentarios del tipo: ”se ponen a embarazarse y no tienen ni para un examen” –porque gente sin ética hay en todas partes –, pero Martha no buscó salir embarazada, no pidió darle a su hija adolescente la responsabilidad de cargar con sus complicaciones y estoy completamente segura de que después de todo hubiera querido salir adelante con sus gemelos.
Todo esto me hizo recordar de la peor forma que vivimos en un país atrasado en todos los sentidos. En primer lugar, actualmente no hay una sola entidad de salud pública que de verdad esté velando por los cuidados del ciudadano común como debería, esto lleva a que el paciente tenga que costear absolutamente todo lo que necesita para mejorar su estado y eso es muy difícil, indiferentemente del nivel económico que tenga y se necesita mucho más que personal médico dispuesto y bien preparado para lograr salvar vidas. Sin contar las malas condiciones de los hospitales, que le dan la sensación al paciente de estar preso, más que bajo cuidados.
Marthica se encuentra estable, subirá a hospitalización en pocos días. A pesar de haber salido de todo, la encontraré viendo todo a través de los barrotes por un tiempo.
Esta vez sumo mi relato a la crítica social, a la impotencia de saber que no hay casi nada que ofrecer a una mujer sola que termina bajo nuestro cuidado, a la amargura de ver que aún existen personas que culpan y castigan a la víctima.
Medite un poco antes de tomar un bando y comenzar a juzgar. Piense siempre en las diferentes condiciones de cada individuo y recuerde que para cuando lea esto en algún lugar hay otra mujer que sufre lo mismo que Los hijos de Martha.💚
Esto fue todo por este Relato Intrahospitalario, puedes leer más como esto visitando ¡Emergencia en la morgue! y Mi primera vez. Gracias a todos por leer, ¡besitos!
Todas las imágenes son de mi autoría, tomadas con mi teléfono "Inteligente"
Lo leí, pero me salí.
Las escenas de hospital me ponen a temblar.
Qué bueno que hay profesionales como tú, que se ocupan de esas cosas. Aunque con las limitaciones de recursos que mencionas, es claro que un cuadro sencillo podría fácilmente convertirse en una película de terror.
Jajajajaja ¡pero tienes que terminar de leerlo! más que como persona me hace sentir bien formar parte de un equipo de trabajo que aunque tiene algunas fallas termina dando siempre lo mejor para servir a quien lo necesite. Muchas gracias por tu visita!
Excelente relato que revela la miseria en que nos tienen sumidos, quitándonos esencialmente, el derecho a la salud y mi comentario que no se vea como algo político sino más bien como un grito desesperado de ver como un país tan rico desde todo punto de vista, está agonizando poco a poco de la manera más cruel. excelente tu relato, no me canso de decirte lo brillante que eres escribiendo y expresando realidades. Mi humilde voto (ya casi sin poder jajaja he votado demasiado hoy pero no podía dejar este maravilloso post sin votarlo) y un anrazo para tí, debes estar orgullosa (yo lo estoy) de tí como profesional, leyéndote, aún sigo teniendo fé en mi país. Saludos.
¡Muchísimas gracias! No sabes lo halagada que me siento al leer tus comentarios y lo mucho que aprecio tu visita y tu voto. Mientras lo escribía me daba cuenta de que es imposible que no sea tomado como algo político, pero me gusta pensar que va un poco más allá. Muchísimas gracias por tu apoyo Mary, un abrazo inmenso!
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¡Se me infla un poco el pecho al ver el empeño que estas poniendo para dar lo mejor de ti y siempre pensando en ayudar a quien más lo necesita!
Un abrazo, buen trabajo y buen post.
Gracias por tu visita querido, un abrazo!
Excelente relato, me gustó mucho. Describiste excelente, la historia es conmovedora. Por cierto, un post muy bien estructurado! Gracias a dios se encuentran fuera de peligro, esperemos que vengan mejores tiempos para ellos.
Muchas gracias Diana, saludos!
¡Los quiero!
Me gustó mucho tu post.
Esa forma tan bonita y detallada de contar cada uno de los hechos que vivimos a diario entre los pasillos de nuesto hospital, como luchamos cuesta arriba para tratar lo mejor posible a nuestros pacientes.
Espero seguir leyendo más historias como está.