El joven, seductor y apuesto como pocos, magnifico ejemplar macho, conquistador empedernido, quedó ¡encantado! Embelesado por el largo y apasionado beso que pudo robarle durante el baile, a la alta y esbelta silueta femenina, que huyó sorpresivamente, bajando como gacela las escalinatas del palacio, después de percatarse en el reloj del salón, que justo las manecillas daban las doce.
Por algún motivo, a las escalinatas no les gusta que las bajen corriendo, y como escarmiento, le secuestraron su elegante zapatilla roja. En su singular apuro y en vista de que estaba a punto de ser alcanzada, “Di”, como se decía llamar, se vio obligada a abandonar su preciada prenda, pues Encantado ya se asomada presto en el umbral. Aunque él no alcanzó a verla, su intenso perfume mezclado con feromonas ardientes, le mostro la ruta de escape. Encontró la zapatilla, la llevó a su rostro para acariciar su mejilla, disfrutó la textura del terciopelo, remembrando la respiración agitada y el húmedo calor, que apenas hace unos segundos “Di” exhalaba sobre su cuello, mientras sus manos jugueteaban atrevidas en el sinuoso dorso de la rubia presencia, como esperando permiso para escabullirse al valle de los deseos… Pero su sentir iba más allá de lo común, algo interior, había cambiado.
Fueron días de intensa y obsesionada búsqueda, la zapatilla diestra era probada visualmente, hasta en ambos pies, de cada doncella que se cruzaba en su camino. Lo curioso fue que a todas ellas parecía quedarles grande. Una noche, cuando las ideas ansiosas y confusas de Encantado estaban a punto de llevarlo al borde de una crisis, se sentó en el parque, y levantando la vista hacia los faroles, pudo ver al fondo un anuncio espectacular, repleto de luces rosas de neón que rezaba así:
“ÚLTIMOS DÍAS DE ESPECTACULAR SHOW!!!
DI
LA DRAG QUEEN DEL MOMENTO
Inspirada en la vida y muerte de Lady Di
Funciones a las 12:00 de la noche”
…Y vivieron felices casi para siempre.
Por: Fiacro Hernández Alaffita-Tito 14/09/2019