El bitcoin viene de un año movido, en el que vivió subas y bajas vertiginosas de precio y fue el tópico de conversación predilecto de varios de sus detractores dentro del establishment financiero mundial, que buscaron advertir a los inversores sobre los riesgos de operar con este tipo de monedas virtuales.
Ahora el Fondo Monetario Internacional ( FMI ) quiere aportar su granito de arena a la discusión. En un texto publicado en el blog del organismo, su directora, Christine Lagarde , alabó la tecnología detrás de estos activos (blockchain), argumentando que "puede impulsar la inclusión financiera al proporcionar métodos de pago nuevos y de bajo costo a quienes carecen de cuentas bancarias."
Sin embargo, Lagarde (que visitará Buenos Aires esta semana) consideró que la misma razón que los hace atractivos también los torna peligrosos. Según ella, tienen también un "lado oscuro", dado que la naturaleza descentralizada de las criptomonedas les otorga un carácter anónimo que las aproxima a las transacciones en efectivo y las vuelve ideales para delitos como el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
De acuerdo a Lagarde, para que todos estos esfuerzos sean efectivos se requerirá una cooperación internacional estrecha. "Como los cripto-activos no conocen fronteras, el marco para regularlos también debe ser global", afirmó. De hecho, el tema será tratado durante la próxima reunión del G-20 en Buenos Aires, que tendrá lugar a finales de noviembre.