Existen situaciones a las cuales no encontramos la razón, pero solo sabemos que suceden y sin previo aviso ocurren. Esas son las palabras que describen lo que me ha venido pasando desde hace un tiempo atrás.
Todo comenzó mientras caminaba hacía mi casa luego de una dura jornada de trabajo, de repente sentí que alguien me seguía, había cierta amenaza en aquella presencia, apresuré el paso aun así mi acosador continuaba asechándome, luego de haber recorrido unos metros me detuve para enfrentarlo cara a cara, para mi asombro en la larga calle solo se encontraba mi sombra, un perro a unos cuantos metros y mi nerviosa personalidad. ¡Claro! había llovido, las calles estaban en completa soledad y el eco de mis pisadas me hizo escuchar otros pasos además de los míos, aunque no puedo explicar la sensación de que en ese mismo espacio había algo o alguien más presente. Era la primera de tantas veces que me ocurría aquello que aún sigo considerando inexplicable y desde ese día, no consigo a quien contarlo sólo escribirlo en estas hojas blancas donde todos mis sentimientos y vida se ven resumida en líneas.
Pasados varios días las percusiones se presentaron con mayor intensidad y las presencias han tomado forma de sombras, todas son complemente negras tienen forma, pero, no tienen rasgos, ni color de piel, son sombras de personas. De eso estoy seguro.
Seis días atrás mientras mi esposa se encontraba de paseo con mis hijas. Me encontraba cocinando cuando de pronto sentí que alguien se asoma de manera sigilosa en la entrada de la cocina y se volvía a esconder, esa acción la note repetidamente hasta que busqué hacerle frente, sin embargo, no hubo asomo de nadie cuando volví a mis actividades en la cocina, “el vigilante” dio pasos rápidos para ocultarse en la otra pared. Volvió asomarse y a esconderse otra vez, esa situación me tenía incómodo y nervioso, pero, me dirigí a la entrada donde se escondía, armado con un cuchillo para desafiar al desconocido sin embargo al llegar al sitio de su escondite no había nadie, busque por toda mi casa y no había nadie más que yo, las puertas bien aseguradas sin señal de ser forzadas… ¡Nada fuera de lo normal!
Ya han pasado siete largos días desde aquella intrusión en la cocina y los extraños continúan detrás de mí, en este momento mientras yo escribo ellos me están observando, ya está situación me está desesperando debo buscar ayuda. Esto va a enloquecerme y no puedo permitirlo.
Hoy cuando estaba en mi oficina apareció una de las sombras luego, se asomaron otras formando una multitud estaban ahí vigilantes de cada movimiento que hacía, en ese instante cometí mi error más grande porque pensé: Esto no me puede estar pasando a mí a: Alejandro Gaetano, de pronto las sombras dijeron a coro: Alejandro Gaetano. Me llené de miedo y les grité para que me dejaran en paz, y salí despavorido de mi oficina mirando a todos lados porque ellos están en todas partes a veces muy cerca de mí. Lo peor de todo es que todos en el trabajo ahora me llaman loco, los escucho susurrando cuando paso cerca, se burlan de mí, y las sombras lo repiten.
Reflexionando en los últimos hechos que me han ocurrido pude llegar a la conclusión que nuestra vida así como la historia puede clasificarse en un antes y un después de un acontecimiento de relevancia, como lo que ocurrió en aquella primera aparición de mis persecutores, sin embargo sucedió algo que volvería a dividir el curso de mi vida, cuando hace dos días solo en la oficina ya me preparaba para irme, me parecía extraño que “ellos” no habían aparecido durante todo el día.
Mientras esperaba al ascensor un frío aire envolvió todo mi cuerpo, de pronto ahí estaban esas figuras sombrías acercándose pude sentir como mi corazón latía con más rapidez, ellos estaban cada vez más cerca, la desesperación se apoderaba de mí, pero el elevador aún no llegaba, los segundos que tarda en recorrer de planta baja al piso seis parecieron ser horas, hasta que llegó el bendito portal de mi huida mientras las sombras se encontraban a tan solo escasos pasos de mí, de pronto al abrirse las puertas de acero de su interior una sombra me atacó como un depredador a su presa, me defendí y la tome por el cuello haciendo mucha presión a mi atacante y lo lleve otra vez al fondo del ascensor, continué haciendo presión y de repente otra sombra me toco el hombro izquierdo, retire su mano de mi hombro con un movimiento esquivo y de forcejeo, al escuchar el pitido del ascensor al llegar a planta baja y el abrir de las puertas vi con claridad y de manera minuciosa a mi agresor… No lo podía creer era Gilberto.
Lo había asesinado ahorcándolo, eso era el final de mi carrera todo por culpa de esas sombras que me persiguen. Debía ocultarlo pero, no podía pasar con su cuerpo frente la vigilancia así que subí al primer piso, lo lleve a las ventanas traseras y lo lancé, después volví a bajar estaba muy nervioso al pasar cerca de los vigilantes uno de ellos me preguntó si había visto subir a Gilberto porque me vino a buscar para ir a una fiesta, me quede paralizado por poco les contaba lo que acababa de pasar, pero le respondí que se había quedado porque a último momento recordó que tenía algo pendiente, salí sin problemas seguidamente fui a la parte trasera del edificio busque el cuerpo Gilberto lo subí a mi carro, luego lo escondí en el cuarto abandonado de mi casa. ¡Dios espero tener tu perdón sabes que no me fue mi intención!
Ya ha pasado un mes del primer asesinato y hoy día van tres asesinatos por culpa de esas atroces sombras que me engañan, todos ocultos en el cuarto del fondo, tengo miedo que la putrefacción de sus cuerpos inertes me descubra, algunos de los amigos que me visitan o las sombras me delaten.
Sin embargo todo empeoró ayer mientras dormía escuché abrirse la puerta de mi habitación creí que era Ana Teresa (mi esposa) y unos pasos, muchos pasos que cesaron al estar cerca de la cama, podía escuchar entre susurros muy suavemente mi nombre, en ese instante fue cuando me percaté que eran aquellos que me persiguen, me llené de miedo, sentía que no podía respirar, las voces se hicieron más fuertes y nítidas para mis oídos, escuchaba claramente cuando me llamaban a coro, comencé a desesperarme luego mis gritos llenos de malas palabras se oían con gran claridad, en ese momento sentí una mano aproximarse a mi espalda, me giré y lancé golpe sin ver a quien o a que golpeaba.
De pronto las voces callaron y un llanto de dolor pude escuchar, al abrir los ojos vi a mi esposa mi amada Ana Teresa parada a unos metros de distancia notando dolor y miedo en su rostro, le pedí perdón le expliqué lo de las sombras, ella se notaba muy confundida pero, luego las sombras volvieron a entrar traté de mostrárselas, su mirada extrañada me decía lo que quería decirme, no estoy loco le dije, salí del cuarto huyendo mientras iba corriendo por la casa las sombras me rozaban con sus manos y por cada roce yo me quita una prenda de vestir, al llegar a la calle me encontré completamente desnudo gritando groserías y maldiciones a “ellos”. En este momento voy camino a un doctor que supuestamente me dirá el origen de las persecuciones.
Hoy cumplo quince días en la casa de locos, el doctor llegó a la conclusión que sufría de algún tipo de locura, él lo llama esquizofrenia con delirio de persecución que errado está, como un loco va a tener capacidad de percibir la realidad de la manera que la aprecio o se percata de la situación en la que se encuentra y eso me desespera más, aunque debo aceptar que las jeringas que usan “los calma locos” son especiales porque me ayudan a conseguir la paz, la cual únicamente encuentro al desprenderme del mundo real e ir al mundo de las maravillas que se encuentra en mi subconsciente. Los sueños son la fuga de toda desesperación y pensar que anteriormente eran una pérdida de tiempo.
Mientras sigo aquí han descubierto los cuerpos de Inés una vecina a quien maté golpeándola con mi bate de defensa en la cabeza en el estacionamiento de la urbanización al confundirla con una de las sombras, el de Héctor Jiménez a quien asesine en la parte trasera de un bar en el cual me conseguí acosado por las figuras negras y sombrías, y el de Gilberto por el cual se abrió una investigación por su desaparición, en donde descubrieron mi sanguinario acto al verme en los videos de seguridad de la empresa, todos ocultos en el cuarto del fondo, estoy esperando el resultado del juicio, probablemente me dejen en esta casa de locos hasta que me recupere, tal vez quede libre antes del tiempo previsto al cumplir con el tratamiento médico y se observen buenos resultados.
Muchas personas se quejan de la situación por la que están pasando si tan solo estuvieran al tanto de lo que me pasa o llegarán a pensar que podría estar peor no se quejarían. He llegado al punto de actuar, de hacer creer que consumo mis medicinas y de fingir no ver o sentir la presencia de aquellos seres aunque todo el tiempo están ahí, siempre los ignoro, pero, siguen apareciendo en todas partes y con mayor frecuencia que antes, ya me estoy acostumbrado a vivir bajo la sombra de la desesperación y la locura, para así conseguir salir de esté espantoso lugar, espero salir pronto.
Estuve un año en aquel nefasto lugar y aunque llevo un mes de haber salido de la casa de locos he aprendido a convivir con las sombras, aunque debo aceptar que su presencia en ocasiones me lleva al borde del caos, a pesar que he logrado controlarme hasta ahora me doy cuenta que estoy jugando con una bomba de tiempo en mi interior y no sé cuándo hará explosión.
También me acosa la gente con sus miradas extrañas, me miran como si fuese un monstruo, muchos cruzan la calle al verme pasar por la misma acera eso a veces me enfurece y “los sin rostro” se aprovechan para descontrolarme un poco, la semana pasada le grité a un grupo de personas que me miraban fijamente y entre ellos estaban aquellos que me persiguen ordenándole que lo hicieran, si esas personas supieran que los locos son ellos por estar haciéndole caso a uno seres sin vida y sino pierden su “cordura” por esas acciones seguro que sus poco saludables mentes empeoraran por estar inmersas en una sociedad llena de desesperación, estrés y obsesión todos los días por sus actividades, si se dieran cuentan que la mayoría de los habitantes de la “casa de los locos” fueron cuerdos como ellos.
Estos meses han pasado con una tensa calma donde me obligo a creer que he aprendido a convivir con las sombras, pero cuando creo que todo puede mejorar las cosas han dado un giro inesperado… Con todo el dolor de mi alma, con mis ojos lleno de lágrimas y mis manos llenas de sangre, todo por culpa de ellos, acabo de quitarle la vida a mi pequeña estrella… A mi hija de tan solo diez años, tanto que tenía por vivir, todos esos sueños llenos de colores, rotos en un instante.
Todo ocurrió porque escuche unos pasos en la cocina a mitad de la noche en medio de la oscuridad me dirigí hacía allá, al llegar me asuste al ver a una de esas terribles formas ahí, sin embargo en esta ocasión tenía algo en sus manos, miré a los lados y pude ubicar un cuchillo lo empuñe con furia de pronto, la extraña sombra me atacó y yo contrataque con el cuchillo, se lo clave varias veces, aparté de mi a la sombra y encendí la luz, ahí fue cuando todo mi mundo se vino abajo, también me di cuenta que en toda oscuridad siempre debe haber una luz que encender , si hubiera iluminado la cocina con la luz de la bombilla, la estrella que ilumina mis noches y mis días estuviera viva.
La vi ahí tirada en el suelo llena de sangre con sus brillantes e inocentes ojos llenos de la lagrimas llamándome papi hasta verla morir, mientras la miraba petrificado y llorando en un llanto ahogado sin saber qué hacer, únicamente maldecía a esas sombras, luego tomé una decisión. La cuerda que anuda mi cuello acabará con mi tragedia, cortará todo mi dolor y me llevará al largo camino del sueño eterno porque el sueño de la siesta está por acabarse, así es como vi la vida como un sueño de siesta porque solo vivimos sumergidos en sueños que queremos que se hagan realidad y nos olvidamos del mundo real. Ana Teresa nos encontrará, seguramente mi estrella en el suelo y mi cuerpo guindando de una cuerda al volver de la casa de su madre y en estas hojas impías encontrará la razón de todo, lo dejaré en un lugar visible y probablemente llegue a odiarme, pero espero que sepa que las ame mucho y nunca desee hacerles daño, ahora voy a tomar el sueño eterno.