La madrugada es uno de los momentos mas vulnerables que tenemos. Es en ese momento en que nos ponemos a pensar en esa persona que nos hace falta y empezamos a recordar su risa, su tacto, sus besos y muchas veces es en la madrugada cuando nos quebramos y somos mas vulnerables que nunca.
Pero no hay que pensar que esa vulnerabilidad es sinónimo de debilidad. Lo veo como un momento en el que somos más perceptibles, más abiertos, y más valientes para decir aquellas cosas que callamos en el día.