Como cuando limpiamos nuestra casa debemos limpiar nuestro cuerpo. Los corpúsculos instalados en las ventanas de nuestra alma no nos dejan ver más allá de lo que deberíamos, las sucias energías nos sofocan y los pensamientos percudidos e intangibles nos arrastran a la negatividad.
Debemos moldear nuestro destino hacia la luz. Saludos amiga y un abrazo.