En el último día de clases de primaria, el colegio de Victoria estaba lleno de emociones. El sol brillaba intensamente sobre el patio de la escuela, y una mezcla de nostalgia y alegría se sentía en el aire. Para los alumnos de sexto grado, era un día especial que marcaba el fin de una etapa y el comienzo de nuevas aventuras.
Victoria, con su uniforme impecable y una sonrisa radiante, caminaba por los pasillos de la escuela por última vez como estudiante de primaria. Las aulas, que habían sido escenario de tantas historias, risas y aprendizajes, ahora se llenaban de recuerdos mientras los niños se despedían de sus maestros y amigos.
Después de una emotiva ceremonia de despedida, donde se entregaron diplomas y se escucharon discursos conmovedores, los alumnos se dirigieron al patio. Allí, los padres y familiares los esperaban ansiosos, formando un pasillo colorido y festivo. Con latas de espuma y bolsas de papelillos en mano, estaban listos para celebrar este hito en la vida de sus hijos.
Al escuchar el timbre final, los alumnos comenzaron a caminar por el pasillo. Victoria, con el corazón latiendo rápido, se unió a sus compañeros en la procesión. Los gritos de alegría y las risas llenaban el aire mientras los padres lanzaban espuma y papelillos sobre ellos, creando una lluvia de colores y risas. La espuma blanca se mezclaba con los papelillos multicolores, creando una escena de pura felicidad y celebración.
Victoria no podía dejar de sonreír. Sentía la calidez del amor y el apoyo de su familia y amigos, mientras la espuma se acumulaba en su cabello y los papelillos caían como copos de nieve. Era un momento de pura magia, una despedida que quedaría grabada en su memoria para siempre.
Al llegar al final del pasillo, Victoria fue abrazada por sus padres, quienes la llenaron de besos y felicitaciones. El patio seguía siendo un mar de espuma y papelillos, con los niños corriendo y disfrutando de la fiesta. Las cámaras capturaban cada momento, inmortalizando las sonrisas y la alegría desbordante de ese día.
La celebración continuó con música, juegos y muchas fotografías. Los niños, ahora cubiertos de espuma y colores, compartían historias y promesas de mantenerse en contacto, mientras los padres charlaban y recordaban sus propios días de escuela. Victoria, sentada en un rincón, observaba todo con una mezcla de felicidad y melancolía, consciente de que estaba cerrando un capítulo importante de su vida.
Esa noche, al llegar a casa, Victoria se quitó el uniforme por última vez, sacudiendo los últimos restos de espuma y papelillos. Se acostó en su cama, mirando el techo y recordando cada momento del día. Sabía que la secundaria traería nuevos desafíos y aventuras, pero también sabía que siempre llevaría consigo los recuerdos y las lecciones de su tiempo en la primaria.
Y así, el último día de clases de Victoria se convirtió en una celebración de crecimiento, amistad y nuevos comienzos, un día lleno de amor y alegría que marcaría el inicio de una nueva etapa en su vida.
Foto(s) tomada(s) con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.