José Andrés tenía solo diez años, pero su amor por Boca Juniors era inmenso. Cada fin de semana, vestía con orgullo la camiseta azul y oro, soñando con el día en que pisaría la Bombonera como jugador.
Un domingo cualquiera, mientras jugaba al fútbol en la plaza con sus amigos, su padre lo llamó con una sonrisa misteriosa. “José, alguien quiere verte”, dijo.

José se acercó, intrigado, y entonces lo vio. Era Éver Banega, el talentoso mediocampista que había dejado su huella en el club. Llevaba una pelota reluciente en las manos, con los colores de Boca brillando bajo el sol.
“Esto es para vos, campeón”, dijo Banega, extendiéndole la pelota.
José la tomó con asombro. Sus dedos recorrieron el escudo, su nombre estaba grabado junto al de Boca Juniors. Un regalo único.
“Jugá siempre con pasión, pibe”, agregó Banega con una sonrisa antes de despedirse.
Desde ese día, José Andrés no soltó la pelota. Jugaba con ella, dormía con ella al lado de su cama y, sobre todo, soñaba más fuerte que nunca con ser parte de la historia del club.
Foto(s) tomada(s) con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.
Qué regalo!
a propósito de Boca Juniors, un querido amigo cuyo nickname es @fermionico, compatriota tuyo para más datos, vive aquí desde hace unos meses. Le hablé de ti y quiere conocerte.
Saludos amigo!
Esto es contenido para @fulldeportes sin dudar..!
Un gusto saludarte virtualmente, @hosgug me ha hablado de vos.
Espero podamos compartir acá en la Argentina.
Saludos
Hola Fermiónico, ya he visto muchos post tuyos. Hector es mi amigo desde 2017 y somos vecinos del barrio de Flores. Cuando quieras nos juntamos