Ojo: Puede contener spoilers.
2020. La raza humana está casi extinta. Los pocos supervivientes viven en zonas muy aisladas, en un silencio demasiado perturbador, incómodo, pero relativamente necesario. ¿La razón? Unos seres monstruosos, a quienes yo les llamaría "Hijos de Venom y Alien" o "Venomalien", invadió el planeta y asesinó a todo ser viviente ruidoso, sea humano o animal.
Esa información lo sabe bien una familia de supervivientes, quienes estaban registrando tranquilamente una farmacia abandonada en busca de una medicina para su hijo mediano. El menor de los tres hermanos, atraído por un cohete, casi comete la torpeza de generar ruido; el padre, quitándole el juguete, le dice en lenguaje de señas que no pueden llevarlo por ser muy ruidoso. El niño no dio discusión alguna... Y aún así, a escondidas, se llevó el juguete.
El mismo que le causaría la muerte delante de su familia.
Con este inicio tan trágico, Un lugar tranquilo (A quiet place) presenta al espectador un mundo distópico en donde el menor ruido fuerte que se haga se escucha a miles de kilómetros a la redonda, llegando a los sensibilísimos oídos de los venomalien. Éstos, quizás aturdidos, quizás quejándose del dolor, o quizás con una constante migraña, responden con violencia y una suerte de ira extrema, producto, quizás, de su ceguera.
Para sobrevivir, la familia se comunica por medio de lenguaje de señas, mismo que aprendieron con anterioridad debido a la condición de la hija mayor, quien era sordomuda. Sin embargo, el lenguaje a veces no es suficiente, especialmente cuando estás parturienta, con el pie herido y sola en una zona de lo que fue alguna vez tu casa y con el engendro del espacio buscándote con sus oídos.
El argumento, en mi opinión, fue brillante. John Krasinski, quien también actúa en la cinta, sin duda alguna ha sabido cómo llevar del papel a la pantalla la tensión, el miedo, e incluso la desesperación e impotencia de no expresar lo que sientes, de gritar de dolor, de alegría, de miedo a morir descuartizado o aplastado por aquellas bestias. También ha sabido abordar la temática de la culpa por la muerte de un ser querido, la afectación de ésta en las relaciones familiares (concretamente entre el padre y la hija) e incluso el sacrificio de un padre por la vida de sus hijos.
Las actuaciones del señor Krasinski, de Emily Blunt y de los tres chicos estuvieron de diez, y el diseño del venomalien parecía sacado de las peores pesadillas de Stephen King.
Sin duda alguna un film de ciencia ficción y terror psicológico bien hecho, atrapante, y con una historia digna de contarse que recomendaría a los fans de ambos géneros. No me extrañaría que a Krasinski y a su equipo los nominen en los Óscares el próximo año.
Una película que sin duda es una gran innovación para el género del terror. Un género que ha decaído en los últimos tiempos con muchísimos clichés, necesitaba un aire fresco y nuevas ideas.
Te recomiendo una película llamada Hush (Silencio) del año 2016 dirigida por Mike Flanagan estrenada en Netflix. Si aún no la haz visto te la recomiendo es excelente película. Un saludo! Pronto subire contenido y me gustaría que nos demos un apoyo mutuamente entre cinéfilos.
¡Gracias por tu comentario y tu recomendación, @vitocorleone! Checaré esa película este fin de semana. ¡Saludos!