Todo comenzó una tarde jugando con su hermano mayor, ella solo tenía 11 años y su hermano 13, fue una tarde lluviosa de esas donde los charcos son para navegar barcos, su mama muy tranquila acostada en su habitación y estos niños traviesos se les ocurre salir a bañarse en ese chaparrón, jugando con tierra, salieron a la calle a jugar con los demás niños de la cuadra.
Al terminar la lluvia su mama decide salir a limpiar lo que la lluvia ha dejado y a ver estos niños todos mojados decide darle su regañón para que se metieran a bañarse, como de costumbre su mama después de que dejara de caer un chaparrón decidía limpiar la casa y a lavar los pisos sucios del barro que esos niños han dejado, mientras ella limpiaba a ellos se les ocurrió mojar el piso de la casa y resbalar como buen tobogán, iban y venían como simples pingüinos.
Se levanta aquella niña sintiéndose cansada de retozar en tanta lluvia y dentro de la casa, sintiendo frió y algo ya resfriada llevaba horas con la ropa mojada, escucha aquella voz que gritaba:
—¡¡Ya voy a ver qué están haciendo!!
Con grandes ojos corre con cuidado a agarrarse de la puerta de la sala y decirle apurada a su hermano
—¡¡Viene mama, vamos a limpiar.!!
Caso omiso le hizo su hermano y al estar caminando con cuidado en el piso húmedo y resbaloso, ve como se aproxima su hermano a toda velocidad desde el fondo, ella como pudo se acogió al marco de aquella puerta, pero al mirar hacia el otro lado sintió como un tropezó ella ha dado sin darse cuenta su hermano la ha tumbado y en pocos segundo el piso ha tocado, sin darse cuenta su hermano se levanta y escucha ese chasquido que muy fuerte a sonado, al levantarse le ha preguntado a su hermana que en el piso estaba toda desmayada:
—¡¡Hermana levántate que te paso, fue mi culpa no tenia control!!
Al voltear a su hermana y darse cuenta que su rostro golpeado con rojos en todos lados e inocentemente su hermana preguntó
—¡¡Que me paso porque me duele mi cara!!
Ella decide levantarse por su voluntad y corre hacia el lavamanos al escupir, ve aquella sangre y algo blanco que se iba por el desagüe, le dice a su hermano
—¡¡Me has roto algo!! —con lágrimas en los ojos y un dolor que al momento no sintió.
Su hermano pálido sorprendido por aquella sangre que corría por su boca, preocupado porque su mama entrara, corría para acá y para allá preguntándose qué le diría a su mama, su hermana se tocaba toda nerviosa su cara y su boca, al ver esa sangre comienza a gritar como loca
—¡¡Mamiiiii, mama ayúdame estoy sangrando y me duele mucho mi cara.!!
Su hermano buscando como lidiar con la situación de cómo le explicaría a su mama de como sucedió dicha situación, sintiendo los pasos de su mama acercándose por escuchar los gritos de su hermana decide correr hacia el baño, la mama entra muy desesperada y mira a su hija hay tirada con la ropa toda ensangrentada, dice:
—¡¡Hija que te paso porque tienes la cara hinchada y la boca llena de sangre.!!
Con las manos en la cabeza pensando que sucedió decide a alzar a la niña y llevarla a la silla, al sentarla busca muchos paños para limpiarle su rostro y ver cuál era el daño al verle su boca algo faltaba, era su diente que allí ya no estaba, pero al ver más de cerca observa que solo no era un diente roto también sus labios todos partidos por el gran golpe que había ocasionado su hermano, corren a curarla por suerte una vecina sabia de medicina decidió curar sus heridas.
Ella decide levantarse y mirarse al espejo al abrir su boca ve que algo faltaba en su sonrisa, una lágrima se vio correr por su mejilla, se tira al piso llorando como magdalena diciéndole a su mama
—¿Y ahora que haré con mi boca?, ¿así quedara?, ¿en la escuela me burlaran quedare así para toda la vida?
Su mama no hallaba que decirle, pero enfurecida busca a su hermano que en el cuarto se estaba resguardando, pero no se salvo de esa pequeña correa que muy fuerte sonaba en su espalda ha hecho algo mal que no se podrá remediar.
La niña decide llorar en su cuarto y pensar que le dirían en la escuela, duro una semana sin salir de su casa y su mama llevaría la nota del doctor a la escuela para notificar que se había enfermado, una semana entera de tratamiento para curar las heridas que el diente le había ocasionado y al verse de nuevo al espejo observa como los moretones de su frente y parpados iban desapareciendo y ese día decidió no sonreír al espejo, no quería ver a ese espanto que tarde o temprano seria la burla del barrio.
Pasan las semanas decide regresar al colegio pero su boca nunca abrió, se reía con la boca cerrada y sus compañeros al darse cuenta que no abría la boca le pusieron mil apodos, muchos la empujaban y como pudo ella grito.
—¡¡Déjenme quieta ya no los soporto!!
Se dieron cuenta que en su boca un diente faltaba y debajo de su labio inferior y la barbilla una gran cicatriz que por sí sola se asomaba, comenzaron hacerle el bullying del año y desde allí ella sello su sonrisa, ya no sonreiría como todos lo hacen.
Al pasar los años ya perdía la costumbre de sonreír y en su rostro una sonrisa cerrada salía a relucir, ya tenía 14 y solo faltaban días para cumplir sus soñados 15 años.
Ese día seria especial ocurriría algo que la llenaría de alegría, un amigo a llegado a su mama decide hacerle un regalo el día de su cumpleaños, ese regalo era arreglarle el problema de su sonrisa, ella no sabía nada toda inocente llega su día de princesa, su mama se la lleva a un consultorio no sabía que sucedía, y preguntando dice
—¿Mami me has traído a un dentista (odontólogo)?
—Si mi niña hoy podrás relucir de nuevo tu sonrisa, —Dice su mama
Ella con cara de curiosa y asustada se queda esperando su turno toda callada, al paso de los minutos la llaman a pasar y muy nerviosa entra a la sala, pasan al rededor de 2 horas y al salir con su boca tapada y su mama muy entusiasmada le pregunta
—¿Hija que tal tu consulta?
Le dice muy maravillada:
—Mami volveré a sonreír
Al quitarse la mano de la cara da una sonrisa de esas que antes lucia, su boca podía abrir sin miedo a escuchar la gente reírse de esa sonrisa chueca de su cara.
—Mami ahora si podre lucir de nuevo mi sonrisa
Sus ánimos al 100% se elevaron, las burlas por fin cesaron y desde ese día aprendió que no importa si tienes dificultades en tu vida o que por mala suerte te pasen cosas de este grado no debes dejarte caer en un abismo, a pesar de su diente roto y el bullying que a su vida llego siempre supo tener una sonrisa en su cara y dio gracias a dios por darle la oportunidad de volver a sonreír.
Y desde entonces de ahí su vida ha vuelto a ser la de antes, feliz y gritando sale del consultorio diciendo:
—Gracias dios he vuelto a sonreír…
Y desde ese día una sonrisa en su rostro a vuelto a relucir, callando la boca de aquellos que la burlaban.
Linda sonrisa!!!
Pero sube una foto a ver como quedaste!! anda no te de pena jajaja
Creo que no se puede editar @idandy jajajaja
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