Película: Lady Bird (USA 2017). Director: Greta Gerwig Actores: Sabrise Roman, Laune Metclaf
La vida de un estudiante de bachillerato en Estado Unidos está llena de mitos. Cheerleaders, desadaptados, el bullyng, los más bellos y las más bellas. Las películas muestran como un periodo donde es más importante quién es popular en una carrera que culmina con el baile de graduación. Nuestro bachillerato, me refiero al venezolano, no es así. Me parece que es menos pretencioso, más light y hasta menos pomposo. Pero creo que es más de pinga. Sobre la forma cómo se toma el bulliyng en el oriente del país escribiré en otro post. Aquí, como allá, hay un acto de graduación (yo no fui al mío); hay un baile de graduación (yo no fui al mío) y no tuve que luchar para entrar a la universidad, ni siquiera promedio de notas exigían entonces. Me tocaron tiempos donde había muchos cupos en las Universidades. Además había un programa de becas del gobierno que pagaba 100% los estudios en el exterior llamado Becas Gran Marsical de Ayacucho, en fin, debo cambiar el tema porque me amargaré y Lady Bird no te amarga, al contrario refresca, es de sencilla movilidad, con un ritmo a momentos demasiado lento, demasiado mirando hacia los lados cuando –pienso- pudiera internalizarse más. En todo caso, qué película tan buena. Si me piden elegir para el Oscar entre la favorita The Shape of Water y Lady Bird y a pesar de ser un fanático de la ciencia ficción y la fantasía, me inclino sin dudarlo por esta preciosa obra de la directora Greta Gerwig. Esta joven directora participa de ese movimiento llamado Mumblecore que hace énfasis en actuaciones y diálogos naturales, se permite la improvisación, un bajo presupuesto, sobresale el diálogo ante la puesta en escena y se enfoca en las relaciones personales de personas entre 20 y 30 años. Además reivindica los valores éticos y estéticos del verdadero cine indie ¿? (Definición tomada de Wikipedia). En todo caso Lady Bird narra la historia siguiendo en cámara la vida de esa muchacha cuya ambición es estudiar en Nueva York y dejar su “pueblo” Sacramento y todo lo que una adolescente pueda y pretenda vivir en esa etapa. La relación con la madre es espectacular, es un choque de trenes, es una madurez luchando contra sí misma para cuidar a su gaviota que alza las alas y se rebela.
Yo tuve la suerte de estudiar en un colegio de curas. Estudie en el Colegio San José PP Paules y choque mucho con la forma que esos curas llevaban la escuela. Sin embargo, esa educación católica, sistematizada por los siglos, encamina a crear valores intrínsecos al catolicismo, siempre perduran en mí. Y eso se observa en la película. El liceo de la película manejado por monjas, va por los derroteros que su sabia maestría les permite sortear y conducir a todos los alumnos por senderos mejores, liberales, de autoestima y ambición en el desarrollo personal y comunitario. En ese ambiente Christine –el verdadero nombre de Lady Bird- bifurca sus temores entre ser como los demás o ser ella misma… aun no habiéndose encontrado todavía. Uno de los caminos que opta es cambiarse el nombre y hacerse llamar así por su iconoclastía, para ser diferente y de esa manera, cree ella, poder ser convocada a la normalidad de los demás sin claudicar. Su comportamiento esta signado por la directriz de su madre y la férrea creencia de ésta en la conducción de las finanzas familiares ante una situación económica precaria. Sin embargo, la intocable armonía familiar se rompe cuando Christine se convierte en Lady Bird obteniendo un cupo en una Universidad en Nueva York. La madre simplemente no acepta este éxito de la hija porque este determina su fracaso como madre y rompe el futuro que ella planificó para quien, en el fondo, es tan rebelde como ella.
Esos papeles amarillos escritos por la madre donde vuelca su cobardía de aceptar el inmenso amor y orgullo hacia su hija son el epítome del significado de amor en ese grupo familiar y marca la muerte de Lady Bird y el nacimiento de Christine. Si, ella es lo que no puede arrancarse del alma y no será como el evangélico primer novio de hipócrita homosexualidad ni como el otro bolsa de la pérdida de su virginidad. Será más como la amiga gorda consiente de su obesidad y de su alegría por vivir. ¿Extraña Christine a Lady Bird cuando arriba a Nueva York? No, es ella ante un mundo nuevo claramente plena del amor de sus padres y de una formación católica que la lleno de fortaleza.
Termina la película como empezó, sorpresivamente, queriendo ver más. Amigos, una tremenda película, véanla.
Se ve interesante le daré un vistazo ya había escuchado de ella veré que tal @uninsoft
Si puedes vela la disfrutarás