Como suelo fantasear mucho con el tema de la inmortalidad, el fin del mundo es algo en lo que pienso quizá más de lo que debería. Pero no creo ser el único. La destrucción del planeta y, por tanto, del humano, es un tema recurrente en las historias. ¿Y cómo podría no serlo? La idea de un futuro apocalíptico es aterradora, y muchos exploran o afrontan ese miedo a través del arte y las historias.
Lo que me parece curioso es que muchas pintan a la humanidad como responsable de la destrucción final. Incontables historias han examinado la idea del ser humano enfrentándose a la extinción por culpa de su propia imprudencia. Y hasta cierto punto esta es una narrativa que ha trascendido la ficción, con muchas personas defendiendo que el hombre, en su búsqueda por el conocimiento y el beneficio propio, acabará con la especie y el planeta. En el pasado eran las armas nucleares, y ahora es el calentamiento global lo que nos llevará a la perdición.
Y no lo negaré; estas personas tienen buenas razones para creerlo. Las armas nucleares podrían barrer toda vida en el planeta Tierra en menos de una semana, y el calentamiento global es un problema innegable. Además, en más de una ocasión la humanidad ha estado al borde de la destrucción total. Por ejemplo, el siglo XX fue el momento en que, si la humanidad estuviera destinada a destruirse a sí misma, ya habría acontecido el apocalipsis, y yo no podría estar escribiendo estas líneas. En su primera mitad se vivieron dos guerras de escala mundial, la epidemia con mayor cantidad de víctimas en la historia de la humanidad, y, con la crisis de misiles de Cuba, las dos semanas más tensas para la supervivencia de la especie. Y eso sin hablar de acontecimientos más antiguos, de los que no tengo tanto conocimiento pero que, estoy seguro, deben contener situaciones de peligro.Pero aquí estamos; yo soy capaz de escribir y ustedes son capaces de leer. De alguna manera, el ser humano siempre ha logrado evadir la extinción tantas veces, y ha sido capaz de evitar la autodestrucción en repetidas ocasiones. Por esto me parece innecesario dejarse llevar por el alarmismo. "¡El calentamiento global es cada vez peor y si no se hace algo YA será muy tarde cuando nos demos cuenta!". No saben cuántas veces he leído y escuchado cosas como esa. Si fuera tan urgente estaríamos muertos desde hace años. Y no pido que se ignore; el calentamiento global es un problema real y sus efectos en el planeta son fácilmente calculables y cada vez más visibles. Pero por favor... tengamos un poco más de esperanza. Esperanza en la humanidad.
Si después de decenas de años de guerra la Unión Soviética y los Estados Unidos nunca se lanzaron un sólo misil nuclear, fue porque a nadie le gusta la idea del fin del mundo. El apocalipsis, la destrucción del planeta y de la especie no es beneficiosa para nadie. En esa búsqueda por el beneficio propio está intrínseca la búsqueda de la supervivencia humana. A nadie perjudica más la deforestación que al leñador, quien vive de vender madera; por lo tanto, pocos plantarán más árboles que el leñador. De igual manera, se están haciendo grandes esfuerzos para frenar el calentamiento global, porque no beneficia a nadie. Por eso tantas empresas de automóviles están invirtiendo millones y millones de dólares en tecnología que aproveche energía renovable —la cual, además, es más eficiente y de consumo más sostenible que la energía extraída de combustibles fósiles. Y no olvidemos los esfuerzos por colonizar otros planetas.
El humano puede hacer cosas muy reprochables a veces, y acabar creando más caos del previsto. Pero si la historia nos ha enseñado algo es que somos muy buenos, excepcionalmente buenos, evadiendo la extinción y sacando provecho de nuestros descubrimientos —no veas la cantidad de avances tecnológicos que se consiguieron gracias a las dos guerras mundiales y a la Guerra Fría. Y también deberíamos confiar más en el sistema; sí, confiemos un poco en el sucio pero conveniente capitalismo que, lo quieran o no, se ha impuesto en todo el planeta. Y, si me preguntan, creo que con el capitalismo y el libre comercio será muy difícil que alcancemos la extinción, porque si existe una buena motivación para prevenir el apocalipsis, es que no se puede monetizar ganancia del mismo.
Hola, Buen post. Pienso que una de las formas en las que podemos evitar un conflicto es buscando el bien común.
Y de hecho no es tan necesario buscar el bien común. Buscando el beneficio propio puedes acabar creando bien para los demás...
La fé en la humanidad es más fácil de perderla a obtenerla :c hay tantas cosas que cambiar, pero tan pocas menten buenas que ayuden en algo "/
Muy buena reflexion amigo mio ❣
Si quieres obtener fe en la humanidad te puedo recomendar un manga llamado Dr. Stone. Esa es una obra SOBRE la esperanza en la ciencia y el ingenio humano. A mí me gusta muchísimo :)
Está interesante la cosa. Voy a ver si lo leo en cuanto el internet deje de odiarme(? ¡Gracias por la recomendacion!
Interesante reflexión, Wilderman, me ha dejado pensando. Sobretodo porque hace poco discutía con otras personas sobre la necesidad de otro sistema dominante en el mundo, porque ¿realmente el capitalismo ha funcionado? Tú lo mencionas, la humanidad se hace cada vez mas indiferente al bienestar del otro, pero para sacarlo de un tajo ¿no es acaso suficiente ya? ¿Cuándo empezaremos a hacer las cosas de otra manera?
(Ojo y que eso de que el Capitalismo ha funcionado, sólo representa a una pequeña parte del mundo)
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A mí no se me ocurre cómo podría crearse otro sistema, realmente. Tenemos capitalismo, comunismo, y todo lo que se encuentra en medio. Y a mí me parece que de todos los sistemas económicos que tenemos, el capitalismo (el real, el de libre mercado y cero interferencia estatal) es el que más ayudaría al desarrollo humano. La verdad es que el mundo está en camino al desarrollo y está cada vez mejor, con algunas excepciones (ejem, Venezuela) que se oponen a abrazar al bonito libre mercado.
Pero esta es una discusión muy larga y que me interesa y apasiona lo suficiente como para escribir una publicación entera.
Gracias por el apoyo :)