Saludos, apreciados amigos. Muy interesante el tema para el análisis.
Vivimos en la cultura del plástico. Casi todo envase de alimento, bebidas, medicinas; la ropa que usamos, muebles, electromesticos, ordenadores, celulares, juguetes, utensilios, materiales eléctricos, de plomería y de construcción están hechos casi en su totalidad de plástico. Solo que unos serán desechos mas temprano que otros.
Si se parte de una disminución en su uso, evidentemente serían los envases y envoltorios los primeros en ser objeto de un racionamiento en su uso. Anteriormente estos eran de cartón o papel, pero pese a ser biodegradables, también se afectaría la forestación del planeta. El problema radica en el crecimiento de la población y sus elevados niveles de consumo que demandan estos tipos de envase y empaque. Pareciera que es necesario un cambio en la cultura de los consumidores, pero también hay que hacerlo en las empresas fabricantes y cadenas de distribución de los productos. En las últimas dos decada, se han tenido experiencias de "logística inversa" en la que las empresas fabricantes, aliadas con sus distribuidores, buscan recoger los desechos de sus productos en la población para ser reutilizados o reciclados en la cadena de producción o disponer de ellos adecuadamente , disminuyendo el impacto en el medioambiente.
No obstante, cambiar una cultura es de muy largo plazo, como siempre lo digo, más no imposible. La primera solución a la vista es la educación. La otra, los acuerdos internacionales que buscan el consenso de los Estados en la protección del ambiente, solo que estos últimos se han enfocado mas a las emisiones de gases que producen el calentamiento global.
En los últimos años, se ha querido imponer el mercadeo verde o ecológico como alternativa de fomentar las cualidades de productos "amigables con el ambiente" ante crecientes segmentos de clientes alineados con el tema ecológico. Los paradigmas de responsabilidad social empresarial, también han contribuido en esto. De modo que en la medida que crezca la población a favor de la salud medioambiental, las empresas entenderán que "siendo verdes" también es una manera de ser competitivo.