Y es que los mejores viajes son aquellos que se planean la noche anterior.
Un día te levantas cansado de toda la pesada semana y decides que la mejor forma de relajarte es yendo a la playa, (afortunadamente para nosotros los venezolanos es (o era) una tarea fácil por ser un país tropical).
Invitas a unos cuantos familiares, amigos, pareja, etc y se dividen las tareas: ''¡Pedro y Juan llevan la curda!'' (Así le decimos a las bebidas alcohólicas). ''¡Ana y María se encargan de las arepas!'' ''¡Rafael y Andrés se encargan de las chucherías!'' y así vamos sucesivamente, además de ir escogiendo nuestro outfit playero y nuestro equipaje necesario.
Llega el día, todos se levantan bien temprano y se reúnen en un punto específico. Si te vas en un vehículo particular puede que te resulte mucho más cómodo, pero la verdadera aventura comienza cuando viajas en bus. Generalmente afuera de este, siempre hay un señor o un muchacho gritando el precio del pasaje y las playas a las llega, las cuales tienen un nombre, digamos, bastante pintoresco, como: 'Playa Pantaleta', por nombrar una. Eliges el destino, te subes y le entregas el dinero al colector que pasa por cada uno de los asientos. Durante el recorrido se suben todo tipo de vendedores, desde los que te venden agua hasta los que te venden libros de pasatiempos, escuchas las conversaciones de todos los pasajeros, el llanto o los gritos de los niños y por supuesto, todo esto va bien amenizado con los gustos musicales del chófer, el cual te cautivará con su excelente repertorio de salsa baúl, reggaeton y vallenato.
Por fin, luego de aproximadamente 1 hora y 40 min, (si corres con suerte), llegas a tu destino. Alquilas tu toldo y tus sillas, si lo deseas, te pones cómodo, desayunas si no lo has hecho y te preparas para disfrutar de este merecido día de descanso.
En estos mágicos paisajes podrás observar de todo: mujeres hermosas, borrachos, niños haciendo escándalo y jugando con la arena, jóvenes disfrutando como si fuese el último día, personas mayores, vendedores de todo tipo y cuando digo todo, es TODO y mucho más.
Cae la tarde y es hora de regresar, lamentablemente. Tomas tu botella de refresco, vacía, por supuesto y la llenas con agua de mar para lavarte la arena de los pies antes de subir al vehículo. Esto es algo típico. Pagas el pasaje que suele ser un poco mas caro que el de ida y otra vez durante tu viaje vas cautivado por los exóticos gustos musicales del chófer., pero sin duda que te lo disfrutas un montón.
Para muchos esta travesía les puede parecer engorrosa, pero a mi me parece mágica y divertida, es la aventura perfecta para llenarte de recuerdos que posteriormente convertirás en anécdotas. Y es que aún me emociono como niña chiquita cada vez que surge uno de estos viajes porque se que serán experiencias que me acompañaran por el resto de mis días. Puede que no sea el trayecto mas cómodo o el destino mas lujoso, pero lo importante es disfrutar cada pequeño detalle.
Nunca es mala ocasion para ir a la playa tienes razon ya que siempre puedes ir a pasar un buen rato asi sea que estes en la universidad y un grupo de amigos decida ir despues de la clase. Exepto esa vez que fui con ellos y salimos de la playa oliendo a gasolina sinceramente la sensacion era horrible. Por cierto, yo pensaba que era el unico que agarra la botella vacia y la llenaba con agua solo para lavarme los pies despues de salir de la playa jaja.
Nooo, créeme que todos hacemos eso jaja
Cuando son pocas personas se puede hacer en menos de 24 horas, pero en mi caso fue diferente alquilamos un encava y fuimos un total de 25 personas, lo planificamos 1 semana antes, todo perfecto la playa no estaba sola pero tampoco era que no se podía nadar si tropezar a alguien, bueno amiga te llevas mi voto esta bien chevere tu post me hubiera encantando ver un par de fotos más jejej quizás en otra subes alguna y te doy mi voto también.
Esos viajes son brutales jaja. Seguro que si, gracias!