Nuestro cuerpo es templo del alma y del espíritu por ende debemos cuidarlo respetarlo y protegerlo . Ambos son perteneciente de nuestro Dios para alabarle y glorificarle
El espíritu humano, aunque sea una substancia, ha probado el Aquinate, puede ser parte del hombre como forma del cuerpo, porque confiere su propio ser espiritual a todo el compuesto humano. Después de la exposición y demostración de su tesis, añade: Esto nos mueve a considerar la admirable conexión de las cosas.