Reseña de Good Game (2014) - Un Homenaje a StarCraft 2

Dirigida por Mary Ratliff
Formato: VOD

Los documentales no son fáciles. Algunos creen que es una forma relativamente sencilla de hacer películas, después de todo desde fuera parece que sólo es necesario encontrar una historia que documentar, apuntar la cámara y listo. No se dan cuenta de la gran labor de edición, investigación y producción de sonido que representa un documental exitoso.

Tal vez por eso que Kickstarter está llena de peticiones para financiar la producción de documentales sobre una gran cantidad de historias interesantes que los cineastas establecidos no tocan; éste es uno de esos documentales y me es claro que el director descubrió precisamente lo difícil que es realizar un documental.

Cuenta la historia de Evil Geniuses (EG), uno de los equipos de StarCraft II más exitosos y mejor pagados, poniendo particular atención a tres personalidades dentro del esport:
Geoff ”InControl” Robinson, admirado por muchos dentro de la comunidad, se maneja como comentarista en diferentes producciones, su prometida, Anna ”UnControllable” Prosser, también es miembro de EG.

Chris “HuK” Loranger, reconocido como uno de los mejores jugadores del mundo, se presenta como una persona que sólo piensa en Starcraft y a veces puede ser una molestia para sus compañeros, pues su alto valor como jugador hace que los dueños de EG decidan mimarlo más que a los otros.

Greg “IdrA” Fields, también reconocido como uno de los mejores del mundo y rival amistoso de HuK, es conocido por su ”BM” o bad manners (mala actitud). Suele no decir ”Good Game” o ”GG” al final de los juegos y su conducta hacia sus fans y sus oponentes que es simplemente anti-deportiva. Eventualmente su historia se roba la película.

Hay mucho material aquí para hacer un excelente documental; entrevistas con los dueños y administradores del equipo, con sus jugadores y con los de equipos rivales, acceso a la casa donde todos viven y entrenan juntos y viajes a diferentes torneos en el circuito.

Lamentablemente los productores recompensaron el esfuerzo de EG haciendo un trabajo que sólo podría calificar como amateur. Parece que no tiene dirección en lo absoluto, saltando entre jugador y jugador sin ningún tipo de arco personal o meta.

La única historia que tiene cierto tipo de foco es la de IdrA, donde miramos una especie de ascenso y descenso, dejando al resto del equipo como personajes secundarios en una película sobre su vida como equipo.

Termina con la conclusión de que Starcraft es un deporte legítimo, lo que estaría bien si en algún momento se hubieran tomado la molestia de presentar argumentos a favor o en contra de esta idea.

Pero el peor ”pecado” de esta película es obvio en los primeros 10 minutos, la producción de sonido; hay entrevistas a gente muy importante dentro de la comunidad y dentro de EG llena de ecos y fallas generales del audio, esto pasa durante toda la película. Diría que, a menos que se tengan subtítulo o se preste mucha atención, un 40% de las entrevistas son incomprensibles.

Al final tenemos algo que pudo haber sido el documental definitivo de la vida de un pro gamer, pero cayó en las manos equivocadas. Dándonos una muy buena historia sobre el logro de gente extraordinaria en un juego único en su nivel de complejidad y velocidad que lamentablemente fue contada de la peor forma posible.