No hay nada malo con el sexo, siempre que se limite a la intimidad entre un hombre y su esposa. Dios quiere que las parejas casadas, a quienes él ha unido, gocen el uno del otro, de ahí que hizo de esa unión una experiencia agradable . Sin embargo, la confusión y la perversión surgen cuando la gente se desvía del propósito que Dios ordenó.
El deseo sexual es uno de los instintos físicos básicos del ser humano. Está junto al hambre, la sed y el sueño como los impulsos naturales más importantes. Dios infundió estos deseos en nosotros para que hiciéramos las cosas que se necesitan para existir y sobrevivir como individuos y como especie.
Si no tuviéremos hambre, ¿con qué frecuencia comeríamos?
Si no experimentáramos sed, ¿cuán a menudo tomaríamos agua
Si no nos diera sueño, ¿cuándo descansarían nuestros cuerpos?
Si Dios no hubiera puesto dentro de nosotros un saludable deseo por el sexo, ¿cómo nos reproduciríamos?
Al igual que con todos estos instintos, cuando alguien abusa del propósito del sexo llega a ser doblemente difícil tenerlo bajo control de nuevo. Una persona que se ha convertido en adicta al alcohol o las drogas tiene que librar una tremenda batalla a fin de liberarse. Su libertad de esa horrible influencia no solo depende de la entrega de su vida a Jesucristo, sino también de su buena voluntad para modificar ciertos aspectos de su estilo de vida. Es imperativo que cambie de amistades, lugares y muchas otras cosas. Los antiguos conocidos y los escenarios habituales pueden disparar otra recaída y sabotear cualquier mejoramiento que se haya logrado.
Sin embargo, para el que es adicto a la comida o al sexo, esas modificaciones solo lo beneficiarán hasta cierto punto. Siempre estará alrededor de la comida y la gente en algún momento de su vida, y se verá forzado a enfrentarse a un deseo innato de comer o de tener sexo, siendo prácticamente imposible evitar estos deseos. Un alcohólico podría pasar su vida entera sin volver nunca a tocar otro trago, pero los adictos sexuales deben aprender a controlar sus apetitos. Esto es algo en extremo difícil de hacer, y es por eso que no es fácil para el adicto escaparse del cautiverio del pecado sexual. Además de los incesantes clamores y de las crueles exigencias de su carne por más lujuria, tiene al mundo que le dice de forma constante que puede tener más a cualquier hora, en cualquier lugar y con quienquiera que lo desee. La carne siempre quiere lo que es más fácil de obtener. Nunca está interesada en nada que requiera dolor o esfuerzo. Siempre quiere regresar a lo que era cómodo... nuestra carne prefiere gemir y alzar la bandera blanca. Necesitamos tener presente que la carne siempre se encamina en contra de nuestro bien. Se alegra al responder ante cualquier invitación al pecado. La carne también criticará nuestra defensa con mensajes como: ¡Estás combatiendo lo mismísimo que más deseas! aprovecha nuestra mente para lanzar dardos y saetas que son pensamientos impuros para desviarnos de la verdad de llevar una relación sexual sana en pos del matrimonio como DIOS manda HOMBRE Y MUJER fueron creados ...
Buen post hermano, así es, Dios todo lo hizo perfecto y por eso estableció el matrimonio, Dios te bendiga!
gracias hermano DIOS es bueno todo tendra su tiempo
excelente post broth como dices la perversión humana esta algo desatada por el mundo, pero es porque algunos carecen de la presencia de DIOS...
Gracias Broth lo que mas preocupa es que muchos que conocen al SEÑOR se dejan llevar por sus emociones y se dejan caer en manos de la seducción y de los deseos carnales sin recordar las consecuencias. en CRISTO somos justificados pero no es una licencia para pecar o hacer lo incorrecto.