Vivo en la ciudad de Guadalajara y desde que me mudé a este nuevo apartamento hace un mes, he estado muy feliz y enfocada en mis proyectos que van dando fruto pasito a pasito. Sin embargo, a lo largo de mi vida he logrado reconocer que para mí es una necesidad vital habitar en la naturaleza, caminar por ella y descalzarme como bien me enseña y me llama la tierra. Ese suelo que no es concreto, no es asfalto, no es cerámica ni madera pulida, la tierra donde puedo dejar mi huella y que siempre me responde de vuelta dejando una mancha en mi piel o simplemente una ramita, o la arena que deja muchos más regalos de los deseados a veces, jaja.
Entonces, como me conozco, hoy decidí irme de aventura al parque que queda cerca de mi casa. Me llevé mi bolso full de mis cristales para recargarlos con el sol, mis tejidos para seguir creando mis artesanías y una libreta grandota, por si me venía alguna inspiración para escribir en steemit, porque tenía dos semanas ya sin escribir nada y extrañaba el proceso de creación. Al salir de casa iba decidida a comprar maní japonés, con el que soñaba desde anoche, y agua mineralizada, que debo confesar me gusta más que el agua normal. Todo para hacer mi picnic personal.
Crucé la calle y en seguida noté que la tiendita estaba cerrada “oh no!” -Pensé- “bueno, igual me traje agua conmigo y ya será el maní para después”. Pero no había pasado a la tercera cuadra cuando vi otra tiendita abierta y un señor muy simpático a quien de la emoción le compré no sólo mi maní y agua, sino también semillas de girasol que me encantan para masticar mientras hago mis actividades. Entonces pensé: “que bueno que no me traje la bici” -realmente fue un debate en casa por el tiempo que me tomaba caminar, 20 minutos contra 7 minutos- puedo ver todo con más calma y apreciar nuevos detalles que no había contemplado de mi vecindario, que justo lo escogí para vivir porque me encantan las características que tiene: muchos árboles, tranquilidad, y acceso fácil y variado a locales nocturnos.
Por fin llegué al parque y noté como esperaba por la fecha que había muchas familias relajadas sentadas en el césped. Eso me alegró. Caminé observando atentamente y meditando donde quería sentarme, y cuando pensé que todo estaba muy lleno (porque debo confesar que no me gustan las acumulaciones de gente en épocas de vacaciones) respiré y ahí estaba la gran sombra que me llamaba a sentarme.
Me di cuenta ahora que había olvidado mi mantita para sentarme, y pues decidí colocarme sobre un parchecito que tenía más verde que los demás, que en mi experiencia son los que al levantarte te dejan menos manchas (tip del día, jajaja). Abrí mi bolsita de maní japonés y sentí mucho placer al comerlos, mientras tanto leía los mensajes del celular y recordaba a mi familia al ver los árboles. Para ese momento ya me había quitado un zapato y lo había colocado sobre la tierra directamente. Le tomé una foto al árbol para enviársela diciéndoles que estaba pensando en ellos, cuando noté una especie de cosquilleo/electricidad suave en mi pie que me llamó al presente.
No me había percatado de lo que estaba haciendo: lo mismo de siempre, aislarme del presente. Solté el celular y saqué mi otro zapato para colocar ambos pies sobre la tierra mientras sentía el cosquilleo ahora en los dos y observaba detenidamente la copa de los árboles increíbles que estaban sobre mí. Percibía el olor a laguito, escuchaba a los niños jugar en él tratando de pescar y al fondo los pajaritos comunicándose. Noté que el cosquilleo en los pies fue pasando y me decidí a sentarme y jugar ahora con la naturaleza, ver las distintas formas, colores, texturas, tamaños, grosores, y recordé cómo me encanta convivir con niños en ella y jugar así, simple y entretenido, divertido y creativo. Observar detenidamente junto a ellos la complejidad es un regalo, pero primero debemos permitirnos ser niños a nosotros para entenderlos. Observar las raíces -nuestras raíces-, observar lo interesante en la diversidad -nuestra diversidad-, imaginar qué dicen las bifurcaciones de los árboles, o fantasear todo ese mundo subterráneo que no vemos: Cómo es? Quiénes viven allí? Qué comen? Qué temperatura tienen? Usan caparazón, o piel gruesa o delgada? Bailan? Susurran? Construyen?...
Yo veo una persona dentro de su casa, tú qué ves?/Yo veo una serpiente que lanza llamas por su boca, tú qué ves?
Qué divino es darnos el espacio de preguntarnos cómo son esas formas -nuestras formas- que no logramos ver, pero que están allí y conviven con nosotros día a día.
Cuando sea mamá quiero seguir haciendo estos ejercicios con mis hijos. Porque ya los vivo y sé cómo me emocionan y me transportan y hacen que el tiempo vuele. De repente pasaron dos horas y las familias se estaban retirando del lugar, el sol se comenzaba a ocultar, y yo, feliz sacudiéndome los mosquitos típicos de la hora y una que otra mosca que siempre me saca una sonrisa al preguntarme si es que huelo mal, porque hay unas bien fastidiosas!
Analicé y medité qué nos dicen los niños que le temen a la naturaleza. Que por resbalarse en el laguito donde piso yo y me mojo menos del tobillo se aterran y lloran inalcanzablemente y se quedan como discapacitados en el regazo de la abuela por el resto de la tarde, sentados, viendo a los demás niños continuar el juego y molestos. Eso lo vi en el parque esta tarde también. Y vi a una madre preocupada cargando a esta niña y trayéndola al resguardo con el resto de la “manada” como si hubiese ocurrido una emergencia. Pero claro que allí está la clave! Hasta qué punto criamos seres humanos con ropas y actitudes perfectas, que son incapaces de ensuciarse y disfrutar de la simpleza?
En un mundo donde el concreto abarca (con suerte) el 80% de nuestras ciudades grandes. Donde además nos colocamos zapatos de goma y suela gruesa desde pequeños que no nos permiten sentir nada real, es necesario reconectar más con la naturaleza. Y es tan fundamental como comer, porque cuando más conscientes y conectados estamos, mejor nos cuidamos y alimentamos, mejor nos escuchamos, nos respetamos y nos queremos.
La simpleza de la naturaleza nos enseña mucho, sólo hay que detenerse a observarla y sentirla.
A ver: Cuántos colores distintos podemos encontrar? Cuántas formas distintas hay? Cuántos grosores distintos puedes traer? Cuántas texturas puedes encontrar? Cuántos tamaños distintos hay?
En mi camino de regreso por supuesto que estaba muy relajada, feliz de haberme dado la oportunidad y más feliz de saber que este parque queda tan cerca de mi casa! De seguro estaré pasando más seguido.
No sé si lo han notado pero, ni cristales, ni tejidos, ni manta, ni zapatos fueron necesarios en este día. Al menos hoy, no era lo que necesitaba ni quería. Hoy quería recetearme y la que necesitaba cargarse era yo, no mis cristales; quien necesitaba sentir la tierra y el pasto y mancharse era yo, no mi manta. Y resulta que no se trataba de mis tejidos sino de escribir en steemit.
Tan simple y tan hermoso. Te invito a practicarlo y a que me digas qué sientes cuando conectas con la naturaleza.
Yo veo una mazorca y al lado un dinosaurio comiéndose una arepa, tú qué ves?
Que buen post amiga, yo creo que mucha gente no se conecta con la naturaleza, ahora somos mayormente tecnología, me gusta la parte en la que pones en juego la imaginación.
Steemiandoando
Sí! Pues nunca hay que olvidar que no nacimos con la tecnología sino con la naturaleza. Y desde allí reconectar. Ve a un parquecito y observa y siente, y me cuentas cómo te va! :D. Gracias por tu voto 💕
A eso lo llamo vivir en ti, tenerte, disfrutarte, vivir con tu esencia. Con tu mi misma.
Gracias @kapay. La meta es inspirar para que de uno a uno sigamos volviendo a la esencia. Gracias por tu voto y comentario 💖
No suelo pasar mucho tiempo en contacto con la naturaleza, pero tus palabras me animan a hacerlo cuanto antes!
Julio! Me alegra!!! Cuéntame cómo te va. Es muy simple y puede ser muy divertido siempre. Un gran abrazo! Gracias por tu voto 🤗
excelente post, buena redacción, buenas fotos!
Steemians Productivos
Gracias! Ya estás seguida y votada 😉. Sigamos generando posts de calidad. Bonito fin!
Buen post amiga sigue así, te estoy siguiendo. Saludos
Gracias! También te sigo
Muy buen post, felicito tu capacidad descriptiva, llevas al lector a sentir las sensaciones que expresas en tus letras.
Saludos.!
Gracias! Te sigo 🙌🏼
Hola, bonito post, es importante conectar con natura, aunque a mi me persiguen mucho los insectos, por ahi dicen que tengo la sangre muy dulce jajaja.
Jajajaja afortunada estos no picaban jajaja. Gracias por el apoyo!
Hermoso post amiga, excelente redaccion y arte, me llego, felicidades
Steemians Producivos
Gracias Manuel, me contenta que te guste y que te llegue. Creo en publicaciones honestas, sencillas y auténticas. Te sigo! Feliz tarde
Excelente tu post, el contacto con la naturaleza es magico y tu lo expresas de la mejor manera, saludos y muchos éxitos!!!!
Steemians Productivos
Gracias Juan! Muchos éxitos para ti también 🤗
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excelente post!!
Que buena experiencia, el silencio, ver y escuchar lo que nos rodea nos permite conectarnos con cosas que a simple vista no vemos. En esta semana santa me paso algo similar a ti, me gusto mucho tu publicacion
Excelente post! Aqui mi voto. Speemians Productivos y pronto Stemeandoando!!! Saludos
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