En esta ocasión hablaremos un poco del lenguaje con el que nos expresamos y como este nos afecta. Siendo venezolana y viviendo en Venezuela, últimamente lo que escucho en la calle, en las redes sociales e inclusive en la televisión, son cosas de las que no estoy muy orgullosa, ni me agradan del todo.
Entiendo bien que cada quien es libre de hacer y decir lo que le parezca mejor, al fin y al cabo es lo que significa la libre expresión, pero encontrarme con una nación entera maldiciendo a un presidente, a una país, a un pueblo, a lo que se le pase por enfrente me parece un poco exagerado y sobretodo inconsciente.
No lo digo por mal, realmente es algo alarmante, debido a que si nos basamos en la idea de que somos los creadores de nuestra realidad, estas personas tan solo están siendo “toxicas” tanto con ellas como con su entorno, pues están manifestando una realidad de baja vibración y si nos enfocamos en el punto de este articulo, las palabras tienen mucho poder para afectarnos.
Hay dos frases muy populares que tienen mucho en común, una es que el conocimiento es poder, y el otro que la palabra tiene poder, en este contexto: si uno es y el otro tiene, podríamos decir que en conclusión el conocimiento de la palabra es poder, obteniendo una respuesta poderosa para utilizarla día a día.
Ahora, entendamos que, mucho de lo que decimos o escribimos se manifiesta (para no decir todo), recordemos que las palabras, así como el pensamiento y las acciones son medios de manifestación, y reconociendo que tienen este papel tenemos que concientizarnos al respecto, tenemos que ser responsables, más que todo con la actitud que tomamos.
Entonces, con esto dicho, si nos expresamos de forma negativa la mayoría del tiempo, estaríamos en un estado negativo constante, con esto no quiero decir que no podemos molestarnos, o entristecernos, claro que podemos, al fin y al cabo somos personas, sentimos y padecemos, pero la idea es no quedarse en el sentimiento para siempre y pasar a la acción, porque si uno se queda ahí, podríamos compararlo mucho a cuando se deja de utilizar un musculo, se atrofia.
Mi invitación es a dejar el papel de víctima, “el pobrecito yo” tienen que parar, sé que es difícil en una sociedad consentidora como lo es la latina, pero no es imposible, hay muchos factores y herramientas que ayudan a lograrlo y una es el concientizar como nos estamos expresando, además que echarle la culpa al otro no resuelve nada, siempre podemos ser felices, pero eso solo pasa si lo decidimos.
Una vez terminan las quejas, las culpas y el victimismo, es cuando empezamos a darnos cuenta a ciencia cierta que tan bonito es vivir, sobretodo vivir en plenitud, agradeciendo que estamos en una realidad de la cual somos creadores, somos personas de las que deberíamos estar orgullosas, que somos hermosos y que siempre podemos ser nuestra mejor versión día tras día
¿Y tú, te expresas de forma positiva o negativa?
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