Claudio Magris / @josemalavem
Amigos lectores, he querido traer y comentar una cita acerca de la dicotomía miedo-coraje, motivado por la inquietud que se presenta cuando nos enfrentamos a la vida que llevamos en el mundo actual, y particularmente en Venezuela, arrojados, como estamos, a imponderables, situaciones que pueden excedernos y descolocarnos.
Los miedos forman parte de nosotros, viven y crecen con nosotros junto con las debilidades, los afectos, las costumbres y las manías de que estamos hechos. El coraje no es más que la capacidad de saber convivir con los temores, de aceptarlos sin avergonzarse por ello, y de recuperarse cada vez que, sin poderla evitar y sin gloria, se produce la derrota.
Claudio Magris. “Sobre el coraje”.
Claudio Magris (Italia, 1939) es uno de los más reconocidos ensayistas contemporáneos, además de escritor de relatos y teatro, traductor y articulista de periódicos europeos. Es un insigne profesor universitario de Filosofía y Letras, que ha ejercido en varias universidades de prestigio internacional. Ha sido galardonado con premios y reconocimientos de gran relevancia, como el Premio Príncipe de Asturias en 2004 y el Premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 2014.
Es autor de una obra de gran interés, de una profunda reflexión sobre temas y obras vinculados con los problemas de la tradición humanística, la libertad e identidad humana. En 1998 fue publicado su Itaca y más allá por la editorial venezolana Monte Ávila, un libro de ensayos de una deleitable lectura, que me permitió un primer acercamiento a su obra. La cita que reproduzco y paso a comentar está tomada de un ensayo publicado en el Suplemento Literales del periódico venezolano TalCual en 2012 (incluido en su libro Alfabetos).
Traigo esta cita de Magris porque nos permite una reflexión en este tiempo de desmesuras, autosuficiencia y sobrestimación, esas conductas o contenidos psíquicos que el analista jungiano Rafael López-Pedraza agrupó bajo el término "titanismo", basado en la imagen de los Titanes griegos, seres primitivos (anteriores a los dioses del Olimpo) para los que no hay leyes, ni orden ni límites; están movidos por el exceso y el caos (esto ha sido tratado por el estudioso de la mitología Karl Kerenyi en su libro Los dioses de los griegos). El elemento titánico formaría parte de la psique. Aparecería asociado a lo que para los griegos antiguos era la falta más grave ("pecado" quizás diría un cristiano): la hybris, que consistiría en la desmesura, la falta de conciencia del límite propio.
López-Pedraza dice: "La civilización occidental se está haciendo cada vez más titánica". De allí que resulte casi a contracorriente de la conciencia generalizada en la actualidad reconocer el valor y asenso del miedo, los temores, las debilidades y las limitaciones. La actitud "sobrada", excesiva, triunfalista, que suele ser impulsiva, atosigante e irrespetuosa del otro, domina nuestra atmósfera. Es difícil encontrar actitudes que favorezcan lo contrario. Una de las más explícitas y auténticas es la que ha mantenido el poeta venezolano Rafael Cadenas en gran parte de su obra, en particular reflejada en su poema "Fracaso" (del libro Falsas maniobras), donde leemos:
"Cuanto he tomado por victoria es solo humo.
Fracaso, lenguaje del fondo, pista de otro espacio más exigente, difícil de entreleer es su letra.
(…)
¡Cuánto te debo!
(…)
Por ti yo no conozco la angustia de representar un papel, mantenerme a la fuerza en un escalón, (…) reñir por jerarquías (…)
Me has hecho humilde, silencioso y rebelde.
(…)
Me has brindado solo desnudez. / Cierto que me enseñaste con dureza (…)
Gracias por apartarme.
Siguiendo a Magris, podría decir que lo dicho por el hablante lírico –de esta pieza central de la poesía hispanoamericana– es la expresión del coraje de una conciencia que asume su realidad, sus temores, sus quiebres, sus heridas, sus riesgos (sus "sombras", usando una noción de Jung), pero no desde la superioridad, sino desde la atención y el asentimiento de una verdad dada por la vida, desde la gratitud por el aprendizaje y la paz que aquella te brinda.
Desde la óptica que nos ofrece Magris, no habría una dicotomía irreconciliable entre miedo y coraje. La asunción de aquel, que supondría su reconocimiento, revelaría una disposición de reciedumbre y templanza, expresión de la forja de nuestra psique, de nuestra alma.
Referencias bibliográficas
Cadenas, Rafael (1996). Antología (3ª ed.). Caracas: Monte Ávila Editores.
López-Pedraza (1987). Ansiedad cultural (Cuatro ensayos de psicología de los arquetipos). Caracas: Psicología Arquetipal S.R.L.
Magris, Claudio (2010). Alfabetos. España: Editorial Anagrama.
Agradezco su lectura.
@josemalavem (José Malavé Méndez)*. Nacido en Cumaná (Venezuela). Licenciado en Educación mención Castellano y Literatura de la Universidad de Oriente (Venezuela). Magíster en Literatura Venezolana. Profesor adscrito al Departamento de Filosofía y Letras de la Escuela de Humanidades y Educación de la Universidad de Oriente. Coordinador de la Casa Ramos Sucre (1983-1993). Autor de los libros de poemas Breviario de sombras y Oculta y próxima.
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Siempre un gusto leerte. Las citas y autores que nos regalas son de una relevancia enorme en nuestro "titánico" país.
Creo que quienes sobrevivos hemos entendido el valor de tener miedo. Paradójicamente, ese valioso recurso de autopreservacion pudiera ser el obstáculo que nos separa de la solución.
Pensaba en eso hace unos días mientras veía el famoso episodio 3 de Juego de Tronos.
Lo titánico en nuestro país está del lado equivocado. Los motorizados a diario nos lo recuerdan, sobre todo cuando los vemos desempeñar también la función de colectivos
Gracias por tu siempre dispuesta lectura y tus puntuales comentarios, @hlezma. Creo que es un difícil ejercicio eso que alguien llamó "equilibrio inestable", tomando la imagen del equilibrista. mantenerse entre ambas fuerzas, en esa tensión, entre el miedo y el coraje es un reto permanente. Lo "titánico" forma parte de nuestra naturaleza, por ser arquetipal, según Kirenyi y López-Pedraza; se trata de ser consciente de esa "amenaza" para dominarla. Hay condiciones sociales y culturales que la disparan y promueven incluso. Saludos.
Great
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Siempre aprendo de la lectura de tus citas y del análisis tan acertado qué haces de ellas. Gracias por compartir @josemalavem, dejaré de temer a los falsos titanes.
Yo siempre agradecido por tu atención de mis posts, @evagavilan. Con los titanes y lo titánico hay que estar prevenidos, y, en lo posible, no caer en sus atractivas trampas voluntariosas y triunfalistas. Saludos.