La mano, además de ser un órgano de trabajo, también es producto del trabajo por herencia de un adquirido desarrollo especializado de los músculos y ligamentos, y también de los huesos por períodos más largos por causa del trabajo.
Crédito: Josie Lapczynski [JosieLapczynski] (Pixabay) dominio público. Imagen modificada en CorelDRAW X8.
La mano es uno de los rasgos que más distinguen a la humanidad y una de las principales formas de interacción con el medioambiente. Una mano humana se distingue de la de los simios por su pulgar largo con relación a los otros dedos, y de manera funcional ha sido asociada con regímenes selectivos diferentes: la manipulación en humanos y la locomoción en simios. Además del pulgar humano más largo, los dedos y la palma son más cortos, y también los dedos han perdido su curvatura.
Crédito: Almécija et al. (2015) (Nature Communications) CC BY 4.0. Imagen modificada en CorelDRAW X8.
Sobre las proporciones externas de la mano, chimpancés, hilobátidos, y orangutanes, tienen dedos más largos que los de los humanos, pero no los gorilas. El pulgar en su longitud sigue una tendencia muy diferente: los hilobátidos exhiben tanto los dedos como los pulgares más largos, mientras que Theropithecus tiene dedos más cortos, pero no pulgares más cortos. Los chimpancés, y en especial los orangutanes, tienen de manera significativa pulgares más cortos que los hilobátidos y gorilas.
Créditos: Imagen elaborada en CorelDRAW X8 con información de Bastian Groscurth; Marcel Langthim [Pixel-mixer] (Pixabay) dominio público, modificada en CorelDRAW X8.
Las proporciones de manos de humanos se comparan generalmente con las de simios usando la proporción del pulgar a dedos como medida funcional de la oponibilidad del pulgar y esto involucra a la destreza manual; el movimiento de los dedos uno contra otro y en direcciones opuestas.
A pesar de la multiplicidad de actividades de la mano ancestral, esta se remodeló ganando 2 acciones prensiles: el agarre de poder y el agarre de precisión. Ambos son patrones de movimiento pero anatómica y fisiológicamente diferentes, y proporcionan la base o fundamento para la totalidad de actividades prensiles. En el agarre de poder la característica que domina es la aplicación de la fuerza, mientras que el agarre de precisión se utiliza cuando precisión de movimiento es requerida.
Créditos: Evdcoldeportes (Wikimedia Commons) CC BY-SA 2.5 CO; (pxfuel) CC0. Imágenes modificadas en CorelDRAW X8.
A diferencia de la de los simios modernos, la mano humana posee amplia capacidad para realizar con eficiencia un agarre de precisión ‘yema a yema’ y un amplio contacto de la yema del dedo índice y la del pulgar; esta capacidad es única entre los hominoides modernos.
Los homininos fósiles se encuentran dentro del intervalo de humanos modernos, no obstante, Ardipithecus ramidus exhibe un pulgar más corto que cabe dentro del intervalo hilobátido-gorila, y esto implica límites en su capacidad de agarre de precisión. Los antropoides no hominoides, en su mayoría, incluyendo al simio fósil Proconsul heseloni, se encuentran en un intervalo entre simios modernos y humanos.
Créditos: Mike Licht (Flickr) CC BY 2.0; FunkMonk (Wikimedia Commons) CC BY-SA 3.0. Imágenes modificadas en CorelDRAW X8.
Como en chimpancés su pulgar es corto y débil, su falange distal es, de manera relativa, inmóvil y su yema distal no se opone a la de los dedos, no puede generar un apretón firme o un pellizco.
Crédito: William H. Calvin (Wikimedia Commons) CC BY-SA 4.0. Imagen modificada en CorelDRAW X8.
En humanos modernos, las falanges proximales se diferencian de las de otros primates hominoides porque carecen de características secundarias como concavidades y curvaturas. La curvatura de falanges proximales, al igual que la atenuación de falanges media y distal sugiere una mano apta para colgarse en alto o suspenderse.
Créditos: WikiFB3 (Wikimedia Commons) CC BY-SA 3.0; Ciarán Ó Muirgheasa [comuirgheasa] (Pixabay) dominio público. Imágenes modificadas en CorelDRAW X8.
En primates, las manos y pies poseen la capacidad de agarrar porque se encuentran equipados con pulgares oponibles y dedos de pies grandes también oponibles. En el caso de humanos son la excepción, porque el pie humano perdió su función de agarre para favorecer el formar una ‘plataforma’ adaptada para caminar erguido. Por otro lado, los primates superiores tienen uñas, no garras, en los dedos de las manos y pies; aunque algunos primates en ciertos dedos han conservado garras.
En comparación con carnívoros vertebrados, los homininos son lentos, débiles y carecen de armas naturales como colmillos y garras.
Es de hacer notar otras consideraciones no estrictamente relacionadas con la mano. Chimpancés y humanos difieren en la abducción del brazo y la flexión del codo durante un lanzamiento. Algunos primates, incluidos los chimpancés, arrojan objetos ocasionalmente pero solo los humanos los arrojan regularmente con alta velocidad y precisión. Estas habilidades únicas de lanzamiento de los humanos, que fueron posibles cuando el bipedalismo emancipaba los brazos, permitieron a los recolectores cazar de manera efectiva usando, por así decirlo, “proyectiles”. Estas capacidades de lanzamiento en gran medida son resultado de varias características anatómicas derivadas que permiten el almacenamiento y liberación de energía elástica en el hombro, características que aparecieron por primera vez juntas hace aproximadamente 2 millones de años en la especie Homo erectus; teniendo en cuenta la evidencia arqueológica que sugiere que la actividad de caza se intensificó alrededor de ese tiempo.
Como se puede apreciar en la siguiente imagen, a diferencia del chimpancé un humano puede correr y posterior a la última zancada que da inicio a una fase de armado o inclinación hacia una dirección en particular que culmina cuando alcanza una máxima rotación externa en el hombro en paralelo con flexión del codo, puede ejecutar un lanzamiento en una fase de aceleración con rotación interna del hombro en paralelo con extensión del codo y de la muñeca.
Créditos: Las 3 imágenes de la derecha fueron elaboradas en CorelDRAW X8 con información de Roach et al. (2013); la de la izquierda es una recreación arbitraria.
Cabe destacar que además la cintura móvil que separa las caderas y el tórax, que permite mayor rotación del torso necesario para cargar los elementos elásticos del hombro, entre otras características morfológicas derivadas de los seres humanos que no están presentes en chimpancés, contribuyeron a arrojar o realizar lanzamientos, como medio para cazar, por lo que probablemente tuvo un papel importante en la evolución del género Homo; sumado al agarre de poder.
Con esta entrada culmino las consideraciones sobre la alimentación humana relacionadas con la anatomía comparada. En una próxima entrada las consideraciones serán sobre la comunicación planta-animal.
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