Hoy les voy a hablar de las lesiones en los meniscos, este tipo de lesiones se pueden producir por movimientos bruscos, traumatismo directo o por degeneración del cartilago, son muy frecuentes en el deporte de alto rendimiento o profesional sobretodo en deportes de contacto.
Los meniscos son estructuras semicirculares dispuestas en pareja, se ubican en la articulación de la rodilla, específicamente entre las superficies articulares del fémur y la tibia, el medial tiene forma de “C” y el lateral es semicircular. Los meniscos los podemos dividir en tres partes: el tercio medio o cuerpo, y los dos extremos o también llamados cuernos (anterior y posterior).
La zona periférica de los meniscos es gruesa y recibe irrigación de capilares procedentes de la capsula articular, esta es dada por las arterias geniculares lateral y medial; sin embargo, la región interna carece de vasculatura.
La rodilla es una de las articulaciones más grandes del cuerpo, esta articulación está formada por diversas estructuras, estas son: elementos óseos, capsula articular, ligamentos, cartílago y los meniscos.
Desde el punto de vista histológico los meniscos son estructuras fibrocartilaginosas compuestas de colágeno principalmente, además de glucosaminoglicanos, glucoproteínas y fibrocondrocitos.
Los meniscos tienen múltiples funciones, la principal es mejorar el contacto entre la superficie convexa del fémur y la superficie plana de la tibia al aumentar la congruencia articular, gracias a esto se logra facilitar la transferencia del peso y disminuir la presión sobre el cartílago articular. Otras de las funciones es absorber impactos y lubricar la superficie articular.
Esta articulación al soportar tanto peso y al estar tan expuesta, es susceptible a sufrir un gran número de patologías. Vamos a dividir estas patologías en dos grupos:
- Las que se presentan en los jóvenes: generalmente lesiones agudas que se dan principalmente por traumatismo y por sobreuso, esta las vemos frecuentemente en los deportistas.
- Las que se producen en la adultez: generalmente son lesiones crónicas producidas por causas degenerativas.
El menisco medial soporta el 60-70% del peso corporal, esto lo hace más susceptible a lesionarse (5-7 veces más que el lateral). El área que más se lesiona es el cuerno posterior.
Mecanismo de lesión
Para entender cómo se producen las lesiones vamos a explicar que papel desempeñan los meniscos. Los meniscos son estructuras móviles, cuando la rodilla está flexionada ellos disminuyen su tamaño para adaptarse a la superficie; pero, cuando la rodilla se extiende, se abren y se desplazan hacia adelante. Esto lo hacen con el fin de rellenar el espacio muerto que se genera entre los cóndilos del fémur y los platillos tibiales, durante los movimientos de flexo-extensión.
Como ya les explique, las lesiones agudas se producen principalmente en personas jóvenes y deportistas, esto se da por un mecanismo indirecto el cual consiste en: semiflexion + rotación interna o externa + hiperextensión violenta. Al realizarse la hiperextensión violenta los meniscos no tienen tiempo para abrirse y quedan atrapados entre el fémur y la tibia. Este mecanismo con frecuencia se relaciona con un valgo o un varo forzado.
Cuando solo se realiza flexión y rotación de la rodilla, también se pueden lesionar, el borde del cóndilo femoral se apoya sobre el perímetro medial del menisco y realizan fuerzas de cizallamiento lesionándolo.
En cuanto a las roturas crónicas, estas son de causa degenerativa y se ven generalmente en sujetos mayores de 40-50 años de edad. Estos sujetos presentan el antecedente de dolor de larga evolución sin haber sufrido algún traumatismo, además de que pudo haber estado expuesto a factores predisponentes con genu valgo, varo y/o inestabilidad articular.
Clínica
El síntoma cardinal y que hace sospecha de lesión en los meniscos, es dolor en la interlinea articular medial o lateral, a su vez, aumenta con los giros y flexión de la rodilla, y disminuye con el reposo.
Puede haber el antecedente de aumento de volumen, condicionado por la presencia o no de derrame articular. Además el dolor puede acompañarse de bloqueo articular que es la incapacidad física para completar la flexión o extensión de la rodilla.
Examen físico
Inspección
Se debe buscar la presencia de:
- Atrofia muscular, de existir es indicativo de lesión de larga data.
- Asimetrías, si al comparar una rodilla con la otra nos damos cuenta que existe asimetría, podría orientarnos la presencia de derrame articular.
- Rango articular, si existe disminución en la movilidad de la articulación (sobre todo la movilidad pasiva) es indicativo para sospechar de una lesión intraarticular.
Palpación y maniobras diagnósticas
A la palpación se debe buscar la presencia de dolor y derrame. La presencia de derrame se evalúa mediante el signo del témpano o de la ola, este consiste en hacer compresión sobre la rótula y notar cual es la reacción, es positivo si se siente que existe una ligera fuerza que evita esa compresión de la rótula (sensación semejante al intentar hundir un témpano de hielo en el agua, el cual tratara de emerger a la superficie)
Prueba de McMurray: se coloca al paciente en decúbito supino con la cadera y la radilla flexionada a 90°, el explorador coloca su dedo índice en la interlinea articular, en el borde del menisco, se realizan movimientos de extensión con rotación interna, y luego con rotación externa.
De existir lesión en el menisco medial, se produce dolor y chasquido al extender en varo y rotación externa. Si existe lesión en el menisco lateral, se produce dolor al extender en valgo y rotación interna.
Prueba de Apley: paciente en decúbito prono con la rodilla flexionada a 90°, se le realiza compresión y rotación (lateral para explorar menisco medial y medial para explorar menisco lateral). Si se produce dolor sugiere lesión intraarticular. Luego se realiza tracción de la extremidad hacia el cenit para hacer distracción de la articulación. Si se presenta dolor, es indicativo de lesión de ligamentos o de la capsula articular.
Prueba de Steinman: paciente en decúbito supino con la cadera y la rodilla flexionada a más de 90°, el explorador le realiza movimientos de rotación medial para explorar el menisco lateral y rotación lateral para explorar el menisco medial, si se presenta dolor es indicativo de lesión en los meniscos.
Estudios de imagen
Una vez que tenemos el diagnóstico clínico debemos apoyarnos en estudios de imagen para confirmarlo, primero iniciamos con radiografía simple en proyección AP y lateral, con el fin de descartar otras patologías. Luego realizamos RM que es el estudio de elección para diagnosticar lesiones meniscales, por su alta sensibilidad y especificidad para visualizar las estructuras blandas.
Tratamiento
Conservador: consiste tratar de disminuir el dolor, a través de la limitación temporal de la actividad física y el uso de AINES por tres semanas, si el dolor no cede, se pueden indicar corticoides intraarticulares y rehabilitación.
El manejo conservador se emplea principalmente en pacientes mayores de 50 años de edad, con antecedente de dolor de larga evolución que no se acompaña de bloqueo articular o derrame, y que al examen físico solo se presente dolor sin chasquido ni signos meniscales categóricos. En la Rx simple generalmente se presenta como hallazgo, signos de artrosis, y al hacer la RM se confirma que se trata de lesión meniscal por causa degenerativa, estos pacientes son los candidatos para manejo conservador.
Quirúrgico: esto se reserva para deportistas de élite y para pacientes jóvenes activos, también está indicado en personas mayores de 50 años de edad los cuales presenten sintomatología que limite las actividades diarias, en los cuales el manejo conservador no dio resultados positivos.
La técnica de elección consiste en cirugía artroscópica acompañada de una adecuada rehabilitación postoperatoria. Entre las alternativas se encuentran:
Menisectomia parcial, preservándose la continuidad entre ambos cuernos, se realiza en caso de una rotura inestable. Se trata de conservar la mayor cantidad de menisco por el daño osteocartilaginoso que se produce a largo plazo, posterior a esta intervención quirúrgica.
Sutura meniscal (meniscorrafia): en caso de pacientes menores de 40 años con roturas longitudinales en las zonas periféricas donde existe mayor irrigación debido a que cicatrizan mejor. Este procedimiento consiste en corregir la solución de continuidad, a través de puntos de sutura u otros sistemas especiales como arpones y fechas.
Trasplante de menisco: en caso de pacientes jóvenes o deportistas que quieran mantener su práctica deportiva, en los cuales se ha realizado menisectomia total y que comiencen a presentar dolor debido a sobrecarga. El injerto es extraído de un cadáver y es conservado mediante congelación. Se ha reportado un éxito de hasta un 82% con seguimiento a 10 años.
En el post anterior les hable de cómo funcionan nuestros músculos a la hora de hacer una actividad física, a veces, realizamos movimientos bruscos y nos causamos lesiones, hoy en día está muy de moda el mundo fitness y muchas personas van al GYM para hacer ejercicio: sin embargo, debemos tener cuidado al elegir la persona encargada de entrenarnos, muchos instructores no están lo suficientemente capacitados para explicarnos la correcta técnica de hacer algún ejercicio, esto nos puede llevar a desarrollar lesiones entre la cuales se encuentra la lesión en los meniscos.
Mi recomendación es que a la hora de disponernos a hacer algún entrenamiento deportivo, busquemos a las personas correctas que nos orienten y así evitar esta y otro tipo de lesiones
Referencias
- Busto Jose: Lesiones meniscales, Medigraphic Artemisa en Lima, vol 5 (2009) pp. 39-48.
- Orrego Mario, et al. Orrego & Morán, Ortopedia y traumatología básica. Chile: Universidad de los Andes, Santiago de Chile; 2014