La vida y sus jugadas. Cuento

in #story7 years ago

Estamos rodeados de ironía, nos sigue, nos empapa, se mantiene siempre bien cerca de nosotros y cuando menos lo pensamos nos golpea de frente y muy duro; es en esas ocasiones en las que no sabemos si reir o llorar...

  La vida y sus jugadas 

Por: Arturo Pérez Arteaga :. 

 A veces creo que la vida es algo serio que se debe enfrentar con la mayor de las circunspecciones para salir bien librados de lo que encaramos. En otras oportunidades creo que no es más que una vulgar broma de mal gusto que sólo está allí a la espera para ocurrirle a alguien, quizá por desprevenido, quizá por eso que llaman karma o por alguna otra razón que no se me es dado entender y mucho menos explicar. 

 Apenas era un niño, aunque no podría decir cuántos eran los años que me rondaban, caí en cuenta del concepto de familia. Descubrir esto fue para mí todo un espectáculo, una especie de fiesta donde todos los invitados tienen una relación hematológica conmigo. 

 Era en verdad una maravilla el conocer todo aquello de los lazos filiales, no obstante, apenas comenzada la celebración llegaron las preguntas que dieron pie a respuestas incómodas, porque con la revelación de la familia llegó a mi corto entendimiento otro concepto; el de la muerte, que dijo presente apenas comencé a preguntar por algunos parientes cercanos y no tanto. 

 Ahora pienso que mi conmemoración fue algo prematura, eran muchos los decesos asociados y quizá los que más me afectaron fueron los de los abuelos y abuelas, casi todos difuntos. Excepción hecha por mi bisabuelo paterno quién contra todo pronóstico se mantenía vivo y residía en una ciudad algo distante de la habitada por nuestra familia.  

 Luego de enterarme de que tenía un bisabuelo con vida, le supliqué a mi padre que me llevara a conocerlo, no me podía perder esa oportunidad de lujo y mi joven corazón estaba muy excitado con la gran noticia. 

  Mi padre accedió, aunque no de muy buena gana como pude corroborar después, pero con la condición de que debía esperar a que comprara un automóvil, a fin de que el viaje se nos hiciera más cómodo.  

 En varias oportunidades luego de mi primera solicitud, le insistí a mi padre para ir a conocer a mi bisabuelo, se lo recordaba en la mesa a la hora de la cena cada tres o cuatro días, cuando me llevaba a cortar el cabello y en las ocasiones que tenía de acompañarlo a comprar algunas cosas para nuestra casa. Su respuesta se mantuvo incólume, debíamos esperar a que se comprara un carro. 

  Mi madre, cómplice silente de mi plan, me aconsejaba que no fuese tan insistente para no acabar con la poca paciencia que asistía a mi padre y que la molestia le sirviera como excusa para no cumplir la promesa hecha. En la medida que mi inquieto ser me lo permitía, trataba de seguir su consejo, porque sabía que en este mundo nadie lo conoce mejor que ella.  

 Traté de buscar apoyo en mis hermanos, pero solo pude encontrar indiferencia. Creo que por ser mayores que yo estaban preocupados por otras cosas y aunque quizá, en algún momento pudieran tener algo de interés por conocer a nuestro bisabuelo, el mismo se había desvanecido y se concentraron en otras cosa mas interesante para ellos. Definitivamente estaba solo en mi cruzada. 

 Cómo no creer lo que creo de la vida, sus bromas y jugadas, si desde muy niño he sido víctima de ellas. Cuando mi padre llegó con la noticia de que ya el negocio estaba hecho y que ese mismo día le entregarían el ansiado coche, mi euforia inicial me llevó con mucha alegría a atender el teléfono, en mi mente ya me imaginaba en la carretera camino a hacer la visita programada por tanto tiempo, de inmediato sin mayores protocolos y sin nada de tacto de parte de mi interlocutor recibí la noticia de que mi bisabuelo acababa de fallecer. 

  Mi padre como hombre de palabra cumplió con lo prometido, con un par de lágrimas que se asomaron a sus grandes ojos, pero que nunca llegaron a derramarse, nos llevó esa misma tarde a mi madre, a mis hermanos y a mi a la ciudad donde viviera mi bisabuelo.  

 A través del cristal de su ataúd pude verlo por primera y última vez. 

 -APA- 


* La fotografía fue tomada por mi esposa con una cámara Sony

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hola hermano tremendo post

A veces cuando escribimos nuestra historia, reescribimos la de otros. Conocí y despedí a mi bisabuelo en iguales condiciones.

Una coincidencia interesante y algo triste. Aunque generalmente se equivocan cuando creen que lo que escribo siempre está basado en las cosas que vivo, en este caso particular es muy cierto y no se trataba de mi bisabuelo, sino de mi abuelo... un fuerte abrazo

Hola @apatrinchera a veces esperamos mucho y el tiempo no perdona, por ello es mejor hacer las cosas cuando se tengan que hacer, exista vida y oportunidad, ya que, luego puede ser demasiado tarde. Me agrado leerte. Un fuerte abrazo steemado.
Buena vibra.

Es verdad, eso de estar desperdiciando oportunidades o dejando para después lo que queremos hacer es una forma de morir

Excelente relato Hermano que resalta los valores de los lazos familiares tan importante rescatar hoy en día, tremendo post Hermano lo felicito

Gracias hermanito, que bueno que te gustó

Que triste historia. Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, porque podría ser demasiado tarde. Quizás el padre tenía razones para no llevar a su hijo, pero el niño tenía tantas ganas que conocer a su bisabuelo, ese momento también debio ser duro para el niño. Conozco a muchos que han dejado de ver a sus padres por tiempo, por problemas de trabajo, distancias, y cuando les toca es en la misma circunstancia. Muy buen post @apatrinchera

Lo mas triste para mi en este caso es que el niño de la historia soy yo :(