Corriendo hacia arriba
Mi alma tiembla de emoción.
Y él sabe de los secretos.
Llamaré a mis reclutas.
Lo quieres
Hasta ahora, como en el delirio descuidado...
Maldita sea vio una terrible desgracia.
Que los caminos nunca se encuentren.
Qué pocos los que dicen: no sé.
La voz de Dios está ahí, donde no hay rastro de él.
¡Pero el alma llamó y llamó!
Blanca helada cayó en la noche.
Yo te amo hasta que todos los universos desaparescan.