La carta que nunca leerás.
No sé cómo empezar esto, nunca he sido buena para desahogarme a través de las palabras, siempre es un enredo que ni yo misma entiendo. ¿Te confieso algo? Desde que llegaste a mi vida nunca pensé el daño que me causarías, un daño que pensé ya lo había curado, pero ahora me doy cuenta que aún sigue ahí y cada vez más grande ese daño. Pero te digo una cosa, esto no es todo tu culpa, también la mía ¿Por qué? Pues porque desde la primera vez que derramé la primera lagrima por ti debí alejarme, desde esa noche debí cortar todo tipo de relación contigo… y lo intenté, pero de masoquista que soy volví a hablarte porque pensé que era maduro seguir siendo amigos después de todo ¡Y no! No fue maduro de mi parte seguir siendo amiga de alguien quien me destrozó completamente. Tras sonrisas y mucha felicidad falsa, nadie se daba cuenta de lo mucho que sufría, mis amigos más cercanos quienes si sabían cómo me sentía me decían que es normal ya que eres mi primer amor y es normal sufrir un tiempo… que ya después se me pasaría. Los escuche y me dedique a “superarte”, siguiendo siendo tu amiga, porque repito, sentía que era maduro terminar una relación y seguir siendo amigos.
Pero fue ahí cuando volví a caer y más profundo en tus redes. Me pediste que volviéramos, porque estabas muy enamorado de mí como yo lo estaba de ti. Lo peor de esto fue que acepté, acepté porque pensé que ibas a cambiar, que esta vez sí sería algo más formal, más bonito… pero la realidad fue que esa “segunda oportunidad” que te di sirvió para que me hicieras más daño. Y ese maldito daño me gustaba porque me mentías con palabras hermosas, con actos bellísimos que nunca había experimentado alguna vez. Una persona al que quiero mucho me dijo que no eras para mí, que solo querías usarme sexualmente y ya, que no buscabas nada serio como yo, algo formal, y es la verdad. Pero no le hice caso porque aunque habíamos terminado definitivamente yo estúpidamente decidí seguir siendo tu amiga, y así fue. Pasaban los meses, yo ya no lloraba por ti pero todavía seguía atraída por ti, y cada día que pasaba me gustabas más y más, hasta a veces no lo podía ocultar. Por ejemplo, cuando me embriague por primera vez, tú estabas presente junto con mis amigos y veías como andaba mal, mal por ti, pero no te importaba ¿Por qué? Porque estabas celoso de tu otra ex. Eso dolió ¿sabes?
Los meses seguían pasando y había veces que yo pasaba el ridículo solo contigo, por ti y contigo. La confianza que tenía no era normal o tal vez era la poca dignidad que tenia que no me importaba decirte lo que seguía sintiendo por ti. Te mandaba indirectas a más no poder pero no te dabas cuenta, o tal vez sí, pero te hacías el que no. Hubo un tiempo corto que verte y hablar contigo se dificultaba, tu tenías otras cosas más importantes que hacer, por lo que ese tiempo corto decidí buscar mi dignidad, me hacía bien no hablar contigo, aunque te extrañaba. En ese tiempo pensé que te había superado por fin, pero la realidad es que solo me convencí de haberte superado. Cuando finalmente te había “superado”, volví a hablar contigo, me sentía convencida de que ya no sentía nada por ti. Otro tiempo más pasó y cada día me seguía metiendo a la cabeza de que no te quería pero por dentro, muy en el fondo me seguía muriendo por ti.
En todo este tiempo que pasaba tú hace rato que ya no sentías nada por mí, solo un lindo cariño de amigo. Cuando yo a ti te tenía en un trono del “chico más importante de mi vida” o más fácil de decir, mi mejor amigo. A ti no te gustan las etiquetas, por lo que yo me ahorraba decirte “mejor amigo” y a cambio de eso te decía otros apodos. Yo era transparente ante ti, tú me conoces como si tú me hubieras visto crecer. En cambio yo no te termino de conocer a ti, otra cosa que me duele de ti.
La misma persona que mencioné antes, me dijo en algún momento: “Todo lo que sufriste por él, a él se le va a devolver, todo ese daño lo va a experimentar él. Eso es el karma, ya verás”. ¡Y palabra cierta! Tú me dijiste que te gustaba una chica y que esa chica te correspondía. Cuando me lo dijiste me sentí mal, me sentí como la primera vez que me terminaste, te empecé a responder hipócritamente para que no notarás mi dolor por lo que te pregunté “emocionada” si ya eran novios, cosa que me respondiste que sí. El “sí” que más me dolió en lo que llevo de vida. Pensé que ella si era la correcta para ti, te dije que la cuidaras mucho y que si le hacías daño te las ibas a ver conmigo. Pasó un mes aproximadamente después de eso, se acercaba tu cumpleaños y tu novia se contactó conmigo una semana antes para planearte una sorpresa. Yo con tan solo verte feliz acepté ayudarla. Cuando llego ese día, fue el día más loco y el mejor cumpleaños que hayas tenido… por lo menos eso dices tú, nosotras nos encargamos de eso… más ella en realidad.
Pero hay algo que entendí de nuestra relación, y es que, el amor no es de color de rosas. Lo digo porque semanas después de tu cumpleaños se acercaban los problemas, para ti, porque yo ya estaba convencida de tu relación con otra persona y tenía que seguir mi vida normal. Pero tú, tú con tu pareja empezaron a discutir por cosas mínimas. Yo no lo sabía, yo salía a veces con ustedes y se demostraban lo enamorados que estaban. Hasta que ella me empezó a decir que habían discutido, ella me quiso dar entender que era toda tu culpa, por lo que la apoyé a ella y te vi como el “villano de la historia”, pero tú me explicabas bien las cosas y comprendía la situación.
Un día salimos tú y yo, es día fue el mejor para mí y te lo dije después. En realidad cada vez que salgo contigo el día se convierte en uno maravilloso. En fin, ese día te desahogaste conmigo, me contaste tus inquietudes con respecto a tu novia, sus mínimas discusiones se convertían en un gran problema, yo te aconseje… pero ese consejo te llevo a la ruptura de su relación. Yo pensé que mi consejo había provocado eso, pero no. Fue ella quien no te pudo aguantar y te terminó. ¿Y sabes algo irónico? Te rompió el corazón.
Ahora eres tu quien está sufriendo, eres tu quien llora, eres tu quien está en depresión. Y en vez de yo reírme por eso, decidí ayudarte, ser tu pañuelo y consolarte cuando lo necesitabas, Si, soy una estúpida por ayudar a quien me hizo daño, lo sé. Pero yo no lo vi de esa manera, la verdad ni había notado que se te estaba devolviendo todo el daño que algún día mí hiciste. Sin verlo de esa manera, te visitaba cada vez que podía a tu casa para animarte un rato y funcionaba, de a rato. En unas de esas visitas, la cosa se tornó rara, estábamos viendo a tu youtuber favorita y no sé cómo se surgieron las cosas que terminaste por besarme. Me besaste después de tanto tiempo. Fue un beso que me revolvió todo, la felicidad, la tristeza… los recuerdos. Pero lo cierto es que ese beso complicó todo, dijimos que no afectaría nuestra amistad un simple beso, que fue un error. Un maravilloso error para mí. Después de volví a casa reflexioné ese beso y caí en cuenta que me habías usado, pero eso no es lo peor, sino que cuando me escribiste me hiciste entender que si me habías utilizado para sacarte de la mente a tu ex pareja.
Duré días sin escribirte por eso, los días más largos y tristes de lo que llevo de vida. No sabes lo mal y estúpida que me sentía, te quería escribir y resolver todo, esos días estuve en una depresión horrible. Mientras que tú estabas en depresión por ella y probablemente yo ni por allá te pasaba por la mente. Te terminé escribiendo para arreglar todo, y lo hicimos, pero me sentí con esa sensación de que no te hice falta ni un poco. Sin importarme eso, seguimos normal, hasta ahora.
Ahora tu estas totalmente enamorado y yo también. Pero, tú estás totalmente enamorado de ella y yo estoy totalmente enamorada de ti. Y no es justo que te siga amando y cada día más. Esto ya hasta parece como una obsesión. Así que decidí alejarme de ti, tal vez no para siempre, pero necesito tomar ese tiempo que nunca tome para superarte del todo. Lo necesito. Y por mucho que me duela, decidí hacerlo. Con esto no estoy diciendo que te odiaré o te guardaré rencor, no, solo tomaré un respiro y me dedicaré más tiempo a mí. Como hacía antes de conocerte.
Para culminar esto, quiero que sepas que te quiero mucho, que muy a pesar de todo, yo siempre voy a querer lo mejor para ti. Nunca te guardaré rencor. No podría guardarle rencor a la primera persona que me enamoró hasta los huesos. Espero que encuentres a la persona correcta en tu vida. Sé que saldrás de esta, sé que tú puedes. Yo también podré hacerlo.
Pequeña historia con un final inesperado. Basada en hechos reales. Espero que les haya gustado. Historia originalmente mío.
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