Solo la variedad puede absorber variedad
Ley de la variedad requerida de Ashby
La transdisciplinariedad pretende comprender las disciplinas relacionadas en un campo/sujeto/objeto/contexto específico, en este caso las ciencias del deporte y la actividad física, asimismo busca la compresión del mundo presente a partir de la unidad del conocimiento, se interesa en la dinámica de la acción presente en distintos niveles de realidad, en la aparición de nuevas lógicas y en la emergencia de la complejidad.
Existen muchas limitaciones del lenguaje para expresar acontecimientos tan ricos como la realidad de la actividad deportiva, por tanto, surge la necesidad de doblegarlo a la ciencia, sin que pierda su identidad, en busca de alternativas conceptuales, en integración con las bases transdisciplinarias del deporte, que faciliten su operacionalización y funcionamiento.
El ser humano, desde los albores de los tiempos y a través de las diferentes manifestaciones de su civilización, siempre ha mostrado un interés por comprender el entorno con el que interacciona. Mediante la inteligencia y el raciocinio, no ha cesado en su constante empeño por explicar la realidad con la que se relaciona, dando lugar a la generación de una serie de paradigmas explicativos de dicha realidad, entre los que se encuentra la ciencia.
Dentro del paradigma científico se han constituido áreas de especialización, las cuáles se han ido diversificando cronológicamente por cuestiones que tienen que ver con, la necesidad de acotar el campo de estudio para poder abarcar y debatir de forma real el cuerpo de conocimientos necesarios; y, como medio para establecer barreras disciplinares a modo de campo de batalla donde poder justificar una, a veces innecesaria, oposición dialéctica, más preocupada de desdecir a otra disciplina que de generar conocimiento.
Ambas cuestiones constituyen las dos caras de la misma moneda que es actualmente la ciencia moderna, si bien es cierto que mientras siga existiendo la tendencia a buscar el enfrentamiento sobre la mejora, se seguirá fomentando una desintegración de la propia ciencia, que interesa más a determinadas mentes que a la comunidad científica en sí misma.
Las relaciones disciplinares es sinónimo de esforzarse por involucrar varias de estas disciplinas en un mismo centro de interés. No obstante, la situación de indefinición terminológica de estos conceptos relacionales tiene como consecuencia directa el uso intercambiable de unos y otros, avocando a la pérdida de identidad y despojando de la importancia que tales conceptos tienen en su aplicación. A continuación se tratará su abordaje conceptual:
- Multidisciplinariedad: También conocido como pluridisciplinariedad, hace referencia a un proceso yuxtapuesto de disciplinas de forma aditiva, no integrativa. De esta forma, las perspectivas disciplinarias no cambian, sólo se contrastan, el conocimiento diseñado por el enfoque multidisciplinar respeta los límites entre las disciplinas que intervienen en el proceso. Por lo tanto, con respecto al objeto de estudio es tratado desde diferentes disciplinas simultáneamente, aunque de forma separada.
- Interdisciplinariedad: Se entiende por la síntesis de dos o más disciplinas, estableciendo un nuevo nivel de discurso e integración del conocimiento, la interdisciplinariedad analiza, sintetiza y armoniza las relaciones entre disciplinas dentro de un marco coherente y coordinado. En referencia al objeto de estudio, realiza un tratamiento de la cuestión mediante transferencia metodológica entre disciplinas.
Para abordar el concepto de transdisciplinariedad, es necesario revisar la influencia de la comprensión de las relaciones disciplinares al estudio de las manifestaciones de la motricidad humana; al final de la década de los ochenta, se enunciaban como el conjunto de conocimientos y técnicas que componen la actividad física, las cuales pueden organizarse en el contexto de las ciencias mediante la estructura denominada Ciencias de la Actividad Física.
En los años noventa, se definió que el estudio de las ciencias de la actividad física, queda entroncado mediante diferentes áreas científicas de estudio. Según esta definición, la actividad física y el deporte son abordados multidisciplinarmente, desde los conceptos y métodos de las disciplinas con las cuáles se relaciona, abordándose las vicisitudes de las manifestaciones motrices, desde el continuo que ofrecen las perspectivas aplicadas de cada una de estas disciplinas.
El concepto de ciencias de la actividad física y del deporte ha sido, durante mucho tiempo y por tradición, el conjunto vacío comprendido entre las disciplinas que han interaccionado entre sí: Física, Biología, Psicología, entre otras. La constitución como conjunto vacío es debido a la indefinición del objeto de estudio al referirnos a manifestaciones motrices, donde todas las disciplinas, como se ha visto con anterioridad, tienen algo que decir, cada una bajo su prisma y método, sin necesidad de colaborar entre ellas.
La gestación de las ciencias de la actividad física y del deporte ha sido la consecuencia interdisciplinar (que no multidisciplinar) de la interacción entre estas disciplinas; un cuerpo de conocimientos capaz de generar tecnología propia sobre el estudio de un objeto bien definido como es el de las manifestaciones motrices humanas.
Esta situación, fruto de la adopción del método científico por parte de las ciencias de la actividad física y del deporte, ha generado (y genera aún) situaciones de tensión paradigmática entre el nuevo cuerpo de conocimientos y las disciplinas básicas originarias que interaccionaron para constituir el mismo (Biología, Física, Química, Psicología, Sociología).
Asimismo, nos vemos avocados, como ha sucedido anteriormente entre las disciplinas básicas de la ciencia moderna, únicamente contribuye a frenar el avance de la misma, ya que gran parte del esfuerzo integrado en la vanguardia de cada disciplina se orienta a refutar o delimitar una cuestión tan incontenible como es la generación de conocimiento.
Es precisamente por cuestiones concretas como esta, por las que se hace necesario replantear la forma en que las distintas disciplinas interaccionan entre sí, naciendo de esta forma el concepto de transdisciplinariedad. El concepto transdisciplinar establece sus raíces, por tanto, en las limitaciones del cuerpo de relación entre disciplinas, estableciendo un estado paradigmático que trasciende a las mismas.
En este sentido, la transdisciplinariedad es una concepción global de la conexión última entre todas las disciplinas, no sólo la ciencia, sino que todas las actividades humanas, en este caso las actividades físicas y deportivas, parecen responder a un todo unitario, parte de la unidad universal, siendo por esto mismo, que los conceptos unidad y diversidad no deben entenderse como opuestos, sino como complementarios.
El concepto transdisciplinar establece sus raíces, por tanto, en las limitaciones del cuerpo de relación entre disciplinas, estableciendo un estado paradigmático que
trasciende a las mismas. En este sentido, la transdisciplinariedad es una concepción global de la conexión última entre todas las disciplinas.
Desde esta perspectiva, no sólo la ciencia, sino que todas las actividades humanas, en este caso las actividades físicas y deportivas, parecen responder a un todo unitario, parte de la unidad universal, siendo por esto mismo, que los conceptos unidad y diversidad no deben entenderse como opuestos, sino como complementarios.
En el ámbito de las actividades deportivas, la transdisciplinariedad debería ser el enfoque encargado de impulsar la creación de nuevos conocimientos, despojándose de los encorsetamientos y clichés cognoscitivos habituales. Todo ser humano involucrado en este proceso, debería interesarse por la ciencia y preocuparse por generar conocimiento que contribuya a toda la comunidad científica, no solamente a su propio ámbito disciplinar.
Las ciencias de la actividad física y del deporte, así como el resto de las áreas disciplinares, tendrán éxito en el momento que dinamicen sus esfuerzos sin la preocupación de perder la autonomía que durante tanto tiempo han perseguido. Este objetivo debe ser primordial: la eliminación de las barreras y tensiones entre la comunidad científica para generar una corriente sinérgica de conocimiento, constituida como única vía para retomar el interés científico por explicar la realidad, excluyendo cualquier interés ajeno a dicha motivación.
Promover la detención y desarrollo del talento desde la transdisciplinariedad en el deporte, como se propuso en párrafos anteriores, puede ser estudiada desde la complejidad, para superar lo fácil, la imagen geométrica con la que tradicionalmente la representamos. La posibilidad de construir conocimiento científico en este entorno, pasa por someterse a la búsqueda restringida de teorías de alcance intermedio, se deberá entonces, posibilitar una tecnología de evaluación, prescripción e intervención mayor, en la metodología de formación en el proceso.
En correspondencia con esta concepción, las situaciones que nos plantea la transdisciplinariedad en el deporte como medio para la atención del atleta, deberían ser orientadas sobre la revisión de los conocimientos teóricos en los que sustentar la
intervención y la prescripción de tareas y esfuerzos en los participantes de estas actividades, asimismo, en la variedad de saberes que se encuentran en las denominadas ciencias de la actividad física y del deporte.
Este objetivo debe ser primordial: “La eliminación de las barreras y tensiones entre la comunidad científica para generar una corriente sinérgica de conocimiento”, constituida como única vía para retomar el interés científico por explicar la realidad, excluyendo cualquier interés ajeno a dicha motivación.
En relación a lo expresado, podríamos indicar que la atención integral al talento, afronta situaciones y contextos con propiedades emergentes, en donde se requiere de la integración de estas ciencias con el proceso de captación y desarrollo, entre las diversas propiedades hare mención a tres de las que considero relevantes.
Carácter procesal: la captación y desarrollo del talento deportivo, es un proceso de intervención de uno o más entrenadores sobre un principiante que dura algunos años y abarca una parte variable de la vida deportiva de una persona. La idea de proceso y el encuadre en el marco de la vida deportiva de un sujeto es una de sus características esenciales a tener en cuenta. A menudo la vida personal interfiere en la vida deportiva y trunca los esfuerzos acumulados tras varios años.
Conocer las expectativas futuras de los niños y jóvenes, más allá del deporte, pueden ayudar a una mayor comprensión y racionalización en su conjunto. En otro orden de cosas, al observar este proceso no puede omitirse una referencia a los resultados, ya que por concepto todo se organiza en torno a unos resultados. En este caso, que el resultado a perseguir sea la performance deportiva, su logro dependerá de dos elementos claves:
Perseverancia: Si no hay perseverancia deja de ser un proceso racional. La perseverancia no depende de factores biológicos, sino de factores psicológicos y sociales. Una parte importante de los mecanismos que propician la perseverancia caen bajo el control de los entrenadores (relaciones con el deportista, diseño de los entrenamientos) y del entorno social que envuelve los entrenamientos (grupo de pares, apoyo familiar, ofertas alternativas del entorno, etc.).
Sistematización: Tiene por objeto reducir la incertidumbre que caracteriza el proceso. Cuando se empieza a trabajar con un talento, no resulta posible predecir los resultados que puede alcanzar en el futuro. Intervienen diversos factores biológicos, psicológicos y sociales en esta cuestión. Las condiciones biológicas y psicológicas cambian, como también son susceptibles de cambio las condiciones sociales, cambiar de entrenador, de residencia, de amistades, de categoría, etc. La función fundamental de la sistematización en todas las etapas, es proyectar las cargas de entrenamiento y competición de un modo racional, así como registrar periódicamente variables fundamentales en la vida deportiva del sujeto para el conocimiento de otros entrenadores en el futuro.
Dentro de la sistematización se debe considerar:
Búsqueda de la performance deportiva a largo plazo: Por lo general este proceso se lleva a cabo con sujetos que están en un periodo de crecimiento y maduración sostenido, esto es, que dura varios años. Plantearse objetivos deportivos ambiciosos en edades tempranas introduciendo grandes volúmenes de entrenamiento o una acusada orientación competitiva puede acarrear un desgaste psicológico importante propiciando el abandono antes de que el sujeto alcance su plenitud. La pérdida de motivación e ilusión por competir es uno de los determinantes más importantes del abandono de la competición. Los mecanismos que lo propician son fundamentalmente los entrenamientos rutinarios y aburridos y la presión en la competición.
La atención integral a este talento, debe posibilitar el alcance del mejor performance (en relación a sus expectativas) en el momento que le corresponde. No se trata tanto de alcanzar, en términos absolutos, la mejor performance que un deportista pueda dar en su vida deportiva, sino de alcanzarla en el momento en que puede dar sus mejores frutos. En esta cuestión se parte del reconocimiento de que un deportista que brille en las edades infantiles y juveniles no tiene por qué brillar necesariamente en su vida deportiva adulta. Y a la inversa, un deportista que no sea brillante en las edades infantiles puede brillar en su vida deportiva adulta.
No obstante lo dicho, hay un proceso de selección natural en el contexto de la competición deportiva que interfiere en la búsqueda de la performance a largo plazo. La naturaleza de esa selección natural tiene diversos componentes. Por una parte, componentes psicológicos relacionados con el proceso de maduración de la capacidad de razonamiento. A medida que los niños maduran se tornan más capaces de evaluar la parte que corresponde al esfuerzo y a la habilidad en los resultados.
De tal modo, que cuando los esfuerzos que se dedican al entrenamiento no dan los frutos apetecidos los deportistas se retiran o reducen su compromiso con el entrenamiento. La edad a la que se alcanza esta maduración cognitiva está en torno a los 12 años, propiciando un mayor abandono a partir de esta edad. Se trata de un proceso natural de selección psicológica porque tiene a la maduración de la capacidad de razonamiento como elemento determinante de la perseverancia. Por otra parte, existen componentes genéticos en la selección natural indicada.
La expresión que la tradición popular ha acuñado para caracterizar acontecimientos que truncan el potencial deportivo de un sujeto joven es, “que se queman” o los “queman”. Se trata de una creencia asentada en la sabiduría popular con cierto fundamento. Para evitar los abandonos prematuros, el desgaste competitivo y un frenazo temprano de la performance, es preciso temporalizar el proceso de intervención.
Los elementos que distorsionan la performance a largo plazo son diversos y tienen mucho que ver con aspectos psicológicos y sociales. Uno de los aspectos que más se han resaltado reside en la errónea idea de concebir a los niños como pequeños adultos. El deporte infantil y juvenil tiende a reproducir la misma cultura del deporte adulto. Se sobredimensiona la competición y se entrena para ella, de tal modo que la competición pasa de ser un medio para convertirse en un fin.
Esta recomendación no sólo va en la línea de intentar evitar que el deporte se convierta en un problema pedagógico, sino también en la línea de que los esfuerzos que entrenadores e instituciones dedican en la formación de deportistas aumente sus frutos a largo plazo.
Potencial de performance desigual según la edad de comienzo: Puestos a perseguir la performance a largo plazo mediante programas sistemáticos de entrenamiento, cabría señalar que el efecto de tales programas no sería igual si el sujeto se inicia a los 10 años, a los 14, a los 18 o más tarde. Ha de tenerse en cuenta el desarrollo humano es discontinuo, esto es, que expresa ritmos de evolución desigual a lo largo del ciclo vital. El potencial de estimulación del hombre no es el mismo en todas las etapas de su vida. Es generalmente aceptado en el campo de la psicobiología que los resultados del aprendizaje están en función del estado madurativo de la persona. Concebida la maduración como el modo en que la naturaleza organiza, asimila y adapta las experiencias humanas resulta lógico pensar que los entrenamientos tendrían un efecto distinto según fuera el estado y momento madurativos. Las potenciales de performance que un mismo sujeto puede alcanzar en deportes depende de diversos factores.
La genética es responsable del desarrollo de sujetos excepcionales, esto es, de sujetos que se alejan mucho de los perfiles normales de población, tal cual son los grandes campeones. La investigación en este campo solo ha permitido establecer relaciones empíricas de la genética con un número limitado de factores biológicos determinantes de la performance deportiva tales como el peso, la estatura, la adiposidad, la fuerza, el VO2 Max., entre otros. En ocasiones también los diseños de investigación incluyen medidas sobre los ascendientes de los niños (padres, madres).
Estos diseños han permitido a los investigadores formarse una idea de la proporción de variabilidad fenotípica que puede atribuirse a los genes. Las medidas utilizadas son por lo general coeficientes de correlación y porcentajes de variabilidad fenotípica que quedan explicados por la herencia genética. En general, estos estudios han permitido abordar la cuestión de la heredabilidad, esto es, el grado o porcentaje en que un determinado rasgo puede ser heredado de sus padres. Hay que tener en cuenta que los genes no permiten explicar el 100% de la variabilidad fenotípica de un determinado rasgo, ejemplo, el VO2 Max y que una proporción más o menos importante de la variabilidad existente entre individuos, sean gemelos o simplemente hermanos, hay que atribuírsela a las condiciones del entorno.
Otro aspecto relevante y que depende de la integración planteada entre el desarrollo del talento y las ciencias del deporte, es lo referente a las cargas en los entrenamientos. La carga es un factor muy debatido, se señala que además de estar relacionada con las características del deporte en cuestión, tiene que ver con la edad y etapa de desarrollo biológico alcanzado, debe además tenerse en cuenta el régimen de carga-descanso, que permita una adecuada asimilación y recuperación del atleta.
Características Morfológicas: Los huesos contienen gran cantidad de tejidos cartilaginoso. El proceso de osificación de las distintas partes del esqueleto está lejos de haber concluido La columna vertebral es muy flexible, su musculatura está escasamente desarrollada, lo cual los hace susceptible a las deformaciones. Se caracterizan además en que se refuerzan los músculos y ligamentos, aumenta su volumen, se incrementa la fuerza muscular general. Los músculos grandes se desarrollan antes que los pequeños.
El ejercicio, junto con una alimentación adecuada, es esencial para estimular el crecimiento óseo, el ejercicio afecta primariamente el ancho del hueso, la densidad y su fuerza y secundariamente o no afecta su longitud, el incremento de la masa muscular con el crecimiento y el desarrollo es debido primariamente a la hipertrofia individual de las fibras musculares, a través del incremento de los miofilamentos y miofibrillas, el aumento en la longitud del músculo se logra debido a la suma de sarcómeros y por el aumento de la longitud de los sarcómeros existentes.
Estudios en animales han demostrado que los ejercicios con alta sobrecarga producen huesos más fuertes, gruesos y más compactos. Esto no debe ser directamente extrapolado hacia los niños y jóvenes pero permite observar una tendencia biológica. El riesgo de lesiones debido al entrenamiento con sobrecarga en niños es muy bajo, por el contrario es una medida de prevención para la protección articular. Sin embargo el abordaje metodológico debe ser muy cuidadoso
Nuevas investigaciones confirman que los programas de musculación diseñados para niños son viables, siempre que los mismos sean conducidos y supervisados por docentes competentes, capacitados para trabajar específicamente con niños. Se parte del erróneo concepto de que las pesas son sinónimo de la fuerza muscular máxima.
Sin embargo, en las plazas o lugares de recreo deportivos, los niños efectúan cargas en los límites de la mayor intensidad con las argollas, las sogas para trepar y utilizando su propio peso corporal, pero sin la utilización de pesas.
Con las pesas se puede desplegar no solamente fuerza máxima, sino también desarrollar otras capacidades, determinadas las mismas en forma sutil e individual. Obviamente con los pequeños y los adolescentes, no debemos trabajar para la búsqueda estricta de fuerza máxima; no debemos trabajar o recargar su sistema osteomioarticular, con cargas que incidan negativamente sobre su desarrollo, sea con o sin pesas.
Ello no quita que los niños y los adolescentes no puedan trabajar con pesas, siempre que el nivel de exigencia esté muy por debajo de la máxima capacidad y cuyo fin consista en: apuntalar su desarrollo somatofuncional y desarrollar la coordinación neuromuscular incrementando el acervo motor.
Características Fisiológicas: Las posibilidades funcionales de los sistemas vegetativos del organismo infantil se caracterizan por los siguientes síntomas: - La capacidad de trabajo de los niños en estas edades es inferior a la de los mayores, ellos se fatigan pronto en tareas monótonas y se recuperan con la misma FACILIDAD.
- Los órganos y sistemas vegetativos se desarrollan más lentamente que las facultades que encaminan libremente sus movimientos, empieza la etapa de maduración, dependiendo de diversos factores
Características Motrices: Los niños presentan una precisión limitada para grandes amplitudes del espacio, tiempo y de esfuerzo muscular, son capaces de valorar las características del espacio el tiempo y la fuerza necesaria para hacer movimientos sencillos, capacidad que puede mejorar con una preparación especial. Adquieren gran habilidad y agilidad que pueden conservarse si se entrenan adecuadamente. Existe cierto control consciente de los movimientos. - Sistema Nervioso: La relación mutua de los procesos de excitación o inhibición (base de contención del autocontrol) se hace más estable aunque la tendencia a la excitación es muy grande, de ahí la inquietud y a la inconstancia
de la atención en los procesos del aprendizaje, por lo cual será importante la exigencia de la disciplina en las distintas actividades. - Procesos Psíquicos. Desarrollo de la Percepción: La observación, les permite encauzar la percepción que junto a la atención y razonamiento adquiere la forma de observación encauzada y voluntaria, estos aspectos se van desarrollando en el transcurso de todo el proceso.
En la actualidad se presentan muchas informaciones, de carácter científicas acerca de las concepciones neurofisiológicas y su relación con el aprendizaje motor, así como la participación de los hemisferios cerebrales en tal proceso, donde se destacan los estilo de aprendizaje, según la forma del funcionamiento o estado fisiológico del cerebro, peculiaridades del proceso de aprendizaje del deportista, entre otros elementos importantes. En tan sentido partimos de la unidad estructural y funcional del subsistema nervioso central, constituido por aproximadamente 10 000 millones de neuronas, altamente especializadas y, a la vez, interrelacionadas entre si, conformando una red compleja y con posibilidades de recibir información, procesarla, analizarla y elaborar respuestas.
En el proceso de aprendizaje que lleva al conocimiento de aspectos concretos de la realidad objetiva, el influjo o entrada de información tiene lugar a través de estructuras especiales conocidas con el nombre genérico de receptores o analizadores. En estas estructuras funcionales del organismo humano se originan señales electromagnéticas (llamadas potenciales de acción) que son derivadas hacia el subsistema nervioso central por vías centrípetas especificas; precisamente las referidas señales electromagnéticas son las portadoras de la información que del cambio ocurrido en el entorno del individuo llega finalmente a diferentes áreas o fondos neuronales del subsistema nervioso central donde dejan una huella, reflejo del cambio ocurrido que, de producirse en base o como consecuencia de determinada cantidad y calidad de información recibida, quedará retenida en forma de memoria neuronal o nerviosa y que se va a expresar fenoménicamente, en el contexto del proceso enseñanza-aprendizaje, como conocimiento, producto de lo que se ha
aprendido a la señal de una estimulación adecuada, en cantidad y calidad, de los ya mencionados analizadores sensoriales.
Considerándose el cerebro, como la bese fisiológica de la actividad psíquica del individuo, debemos señalar, como en su estructura está formada por una certeza cerebral, la cual constituye, en su conjunto, el sustrato material de la neuropedagogía centrada en la interacción entre el referido órgano como tal y el comportamiento de los llamados sistemas de aprendizaje, en los cuales las neuronas se relacionan funcionalmente a través de las llamadas estructuras sinápticas para establecer cadenas, más o menos largas según el número de integrantes, y constituir así los llamados engramas sensoriales o de influjo informacional y los de tipo motor (que tienen como sustrato material a vías centrífugas que partiendo del subsistema nervioso central llegan a los efectores), en correspondencia con las respuestas emitidas a punto de partida de situaciones informacionales específicas o de otras con semejanza.
Es por ello que las actuales concepción neurofisiológica, acerca del aprendizaje no entran en paradoja con ninguna otra concepción en cuanto a su fundamento fisiológico, todo lo contrario, por cuanto desde la más simple sensación hasta el más complejo, es decir los pensamiento, juicios, ideas, conceptos, emociones e intereses, no se desarrollarían y surgirían como tales sin la existencia de un sustrato material neuronal que, debidamente interrelacionado en sus unidades constitutivas e influenciado por los múltiples factores del entorno del individuo, constituye la fuente originaria de todos estos procesos objeto de análisis en su constitución y desarrollo del individuo.
Se considera que la percepción es un proceso cíclico, de carácter activo, constructivo, relacionado con procesos cognitivos superiores y que transcurre en el tiempo. La percepción se define como un proceso complejo que depende tanto de la información que el mundo entrega, como de la fisiología y las experiencias del sujeto afectado por las estimulaciones internas, externas o propioceptivas.
Por tal motivo el ciclo de la percepción consta de dos fases; la primera, denominada preatentiva, el individuo detecta la información sensorial y la analiza. La
segunda fase; denominada construcción personal, se produce el objeto perceptual específico.
La psicología del deporte, teoría del entrenamiento deportivo, la ciencia cognitivista, entre otras, han demostrado que los procesos mentales tienen tres claves de acceso a ellos, estas las utilizan todos los deportistas al captar, la información que llega por los distintos sentidos o emitir información a otros, por ello su fundamento fisiológico esta íntimamente ligadas con los cinco analizadores: - Visual (vista): Un deportista orientado visualmente utiliza principalmente sus ojos para percibir el mundo que lo rodea, y utiliza imágenes visuales para recordar y pensar. El deportista con un canal visual aprende a través de la estimulación constante del canal visual.
- Auditivo (oído): El novel deportista prefiere sus percepciones auditivas, depende de las palabras habladas para recoger su información y guiar sus conductas. El alumno auditivo aprende con estímulos auditivos: diferentes tonos de voz, necesita repetición de instrucciones, utiliza este mecanismo para relacionar su aprendizaje.
- Kinestésico (olfato, gusto, tacto): Siente a través de la experiencia corporal, Aprende con sensaciones corporales: relacionar sensaciones, durante las relaciones sujetas de aprendizaje y perfeccionamiento en el deporte.
En este sentido se resalta la importancia que tiene para la construcción del conocimiento y el desarrollo de las habilidades motrices la especialización de las percepciones, pues en su génesis encontramos como los analizadores sensoriales o sistemas perceptivos implicados en el movimiento, permiten captar y elaborar la información procedente del medio (explicaciones del entrenador).
Por ello, sigo afirmando que los analizadores son sistemas sensoriales parciales de regulación interna y externa, que partiendo del momento de reflejo, permiten recibir, codificar, transmitir y procesar la información, sobre la base de señales de una modalidad determinada, de acuerdo a cada estimulación provocada. Dada la magnitud del reflejo se estimula a la vez la percepción sensorial. La corteza visual, por ejemplo, tiene áreas separadas de reconocimiento para el color, el movimiento, las formas, la
posición la dirección, etc., la misma estructura presentan los otros sistemas sensoriales.
Las consecuencias pedagógicas derivadas de lo anterior, le confieren al entrenador, la responsabilidad de brindar las condiciones necesarias de práctica, que le permitan al novel deportista: - Estimular todas las unidades de reconocimiento de cada área del cerebro.
- Acceder a un vocabulario visual, táctil, cinestésico, vestibular, áptico, y auditivo.
- Adquirir la mayor experiencia sensorial posible.
- Enriquecer su alfabeto sensorial.
Cada modalidad tiene sus características que las hace diferentes de las otras. El aprendizaje y la ejecución de estas habilidades requieren la constante intervención de la percepción (tanto exteroceptiva, propioceptiva o intereoceptiva), adoptándose un estilo personal durante la iniciación deportiva.
Atendiendo a estos elementos, las representaciones de las acciones técnicas, tácticas o estratégicas, constituyen las imágenes o huellas fijadas, retenidas y reproducidas. Ellas constituyen la base de todas las acciones motrices y a su vez de este proceso polimodal, ya que para que se dé, deben de utilizar el potencial psicológico del prácticamente.
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