—Te niegas a todas esas experiencias porque te dices a ti misma que no eres "ese tipo de persona".
—Pero es que no lo soy.
—¿Cómo lo sabes? No has hecho nada, no has ido a ningún lugar. ¿Acaso tienes la menor idea de qué tipo de persona eres?
Yo Antes de ti de Jojo Moyes.
Esa frase me define en muchas formas. Desde que la leí me marcó y encaja en esta travesía.
Cuando me enteré de que haría esto estaba nerviosa pero nunca dije que no lo haría, en estos tiempos cualquier tipo de entretenimiento es conveniente.
Así que llegó el día...
Con mi novio y mis amigos nos fuimos al Hotel Venetur de Guayana.
Aquí estábamos emocionados porque empezara todo y esperando por los que faltaban. Entonces vimos un monito (bastante lindo al parecer pero es que aquí hasta los monos son malandros). Estaba muy tranquila almorzando cuando este ser vivo me robó parte mi comida, me reí al momento pero me terminé lo que quedaba, cosa que no debí hacer, mis panas, eso fue descabellado, ahora es que estoy mejorando del estómago.
Nos dijeron incluso que si queríamos nos lo podíamos llevar, son de la comunidad, no se si nos quisieron tomar el pelo.
Mucha definición en una foto, para allá íbamos, señores. A montarnos en un kayak para recorrer NUESTRO río Caroní. El que vemos cada vez que cruzamos ese puente mientras admiramos la unión de éste con el río Orinoco y nos encontramos pensando en muchas cosas, agradeciendo lo que vemos y lamentando las veces que no le hicimos caso.
Entonces me subí...
Se me ve muy feliz, si lo estaba, de hecho, pero frustrada más que nadie porque no sabía como remar. ¡Dios mío, por qué me hiciste tan yo! Y yo remando, remando, daba vueltas, me desviaba, frustrada y asustada, todos lejos y yo perdida, los guías me remolcaron en la ida y la vuelta, qué decepción.
Pero yo ahí intentando, luchando por alejarme de las rocas porque lo que si aprendí fue a frenar (ahí se ve) y cuando empezó a llover me sentía extrema porque como que agarré fuerzas para darle y darle, acercarme a ese salto pero Dios, otra vez la perdida del grupo, aparte que no me dejaron usar kayak doble.
Llegué chamos y estaba tan contenta. Tenía frente a mi algo que ya había visto de lejos desde que tengo memoria y ahora aparte de verlo lo estaba sintiendo. Ir a ese lugar definitivamente es sentir. Cuando Margo Roth dijo que todo de cerca es más feo no pensó que eso no aplicaría para este increíble lugar.
Miren eso, qué belleza, está en mi ciudad, una ciudad industrial y ruidosa que tiene esta maravilla en el pulmón vegetal más importante de Ciudad Guayana, el Parque La Llovizna.
Cuando estuve aquí incluso lloré, nadie lo notó, eso fue para mi. Me senté detrás de las rocas a que el agua de la cascada se apoderara de mi cabello, de mi espalda y de mi ser. De mi ser estresado e interesado al mismo tiempo tratando de deshinirbirme lo máximo posible. Había paz, estuve valorando tanto eso que anhelaba que ese momento fuera interminable aunque sabía que venía la noche y luego habría frío, yo era yo con lo que me rodeaba. Con esta foto me volví mas "Lover of the lights".
Experiencias que suceden y que te quedan, no las superas, afortunadamente olvidas todo lo negativo que te puede estar pasando, es impresionante el poder de un momento inolvidable acompañado de las aguas vertiginosas que te han visto toda la vida incluso cuando ya no les dabas importancia. Fue más que gratificante poder vivir esto y recordar esa importancia.
Por aquí les dejo el video hecho por @jleiva en cuyo perfil pueden encontrar la experiencia contada por él según su óptica.
Te felicito por tan interesante experiencia, Venezuela tiene muchos paisajes hermosos especialmente Ciudad Guayana y el Parque La Llovizna, las fotos están muy bonitas.
Recuerda que un voto en los comentarios ayuda mucho.
Gracias, amigo. espero nos sigamos leyendo.