El martes 4 de Julio regresé a la isla.
Es curioso como una gran parte de lo que me emocionaba de este viaje no eran lo destinos, sino el trayecto. Luego de la desagradable pero interesante experiencia que viví en el camino Caracas-Puerto La Cruz, me preguntaba que me esperaba en ferry hacia Margarita. "Ahora viajo por agua" me decía a mi mismo. Esta parte de mi trayecto me hacía recordar a cuando tenía 10 años, la ultima vez que había ido a Margarita. Mi emoción al partir fue muy grande, esa grandeza que nos transmite el mar, esa calidez del Caribe, realmente te hace pensar en lo bello y exótico que puede llegar a ser este mundo.
En este paseo en ferry conocí a un par de personas interesantes, entre los que estaban un par de brasileños que estaban conociendo el país, poco sabían del español pero gracias a que el portugués es primo hermano de mi lengua, nos pudimos comunicar. Me contaron que venían por tierra desde Brasil, eran profesores de matemáticas e historia, y querían conocer Venezuela. Muy agradable su compañía, mientras les daba tips para moverse en la isla y les regalé un mapa de la misma para que no tuvieran inconvenientes. Y con ellos, y con un señor peruano que se unió a nuestra conversación, contemplamos el atardecer mientras rodeábamos Cubagua y nos acercábamos a La Perla del Caribe.
La señora Marielvis, quien me acompañó desde Caracas, tuvo la amabilidad de darme un aventon hasta cerca de casa de mi tío, lugar donde me iba a quedar. Y fue todo una afortunada situación, ya que llegamos de noche a la isla y era un poco engorroso movilizarse a esa hora. Luego de un taxi y un par de vueltas, al fin llegué a casa de mi tío, donde me dieron una cálida bienvenida. Saludé a mis primas, Brenda y Daniela, que nos la veía hace tanto y que puedo decir que las adoro con mi alma; y conocí a la pequeña hija de mi prima, Camila, que al principio fue tan tímida porque no me conocía, pero que luego se volvió un amor conmigo. Y así, comenzó mi aventura en la isla.
Me dirán raro, pero lo primero que hice en Margarita no fue ir a la playa, sino subir a la montaña, claro ejemplo de mi pasión por éstas. Mi prima Brenda desde hace meses me había prometido esa aventura, así que junto con Daniela y unos amigos, subimos a La Sierra. Nunca imaginé que hubiese un lugar así en la isla, un clima agradable, una vista majestuosa del lado sur de Margarita y un ambiente que me recordó a mi tan querida Mérida. Entre otras cosas, conseguimos un par de cangrejos y una culebra al bajar, curiosa combinación. Luego de La Sierra, una buena pizza y a la playita, para concluir con este día, el cual era solo un abre boca todo lo que me esperaba.
Los siguientes días me enfoqué en conocer la ciudad. Siempre he dicho que para realmente conocer un sitio, debes salir y perderte en él, y así lo hice. Entre Porlamar y Pampatar, di vueltas conociendo, viendo y caminando bajo el cruel sol del Caribe. Me entristeció un poco ver que no era todo como lo recordaba, muchas cosas se han perdido y me imagino que es por la misma crisis que pasa el país; sin embargo no me dejé desanimar y continué con mi ruta.
Conocí a una personita muy especial para mi, la pequeña Soriree, y digo conocí porque jamás la había visto en persona aunque llevamos un par de años conversando. Para nuestros amigos en común fue un momento épico, el primero del grupo que se acercaba a verla. Me hubiese gustado pasar más tiempo con ella, pero llegué justo en el momento de su graduación, por lo que estaba muy ocupada con los preparativos. Sin embargo, visitando la pizzeria de su familia, pasamos un buen rato, donde me dejé (casi obligado) que me pintara la cara como a un niño; un grato recuerdo de mi visita.
Fue triste no pasar más tiempo en Margarita, sin embargo tenía los días contados así que tuve que despedirme pronto. Para cerrar mi visita, junto a mis primas fuimos a la playa, no a una famosa sino a una tranquila, donde podíamos beber, escuchar música y conversar. Y ahí estuvimos, echando cuentos y disfrutando de nuestra compañía, hasta que el sol bajó y la noche se adueñó del lugar. Esa hermosa luna reflejada sobre el agua, que ilumina a los marineros en heladas noches en alta mar, me hizo pensar en tantas cosas, llené mi cabeza de pensamientos sobre el mundo y lo que significamos en él.
Llegó el día de retorno, luego de visitas familiares y un Domingo de relajación. Mi prima Daniela muy amablemente me acompañó al puerto, donde me monté en el ferry y tristemente, mirando hacia atrás, me despedí de la Isla de Margarita, que una vez en mi infancia consideré mi hogar. Pero entre delfines y agua salada salpicando, prometí que muy pronto volvería, por ahora solo me tocaba continuar con mi travesía.
Congratulations @lonixriot! You have completed some achievement on Steemit and have been rewarded with new badge(s) :
You made your First Comment
Click on any badge to view your own Board of Honor on SteemitBoard.
For more information about SteemitBoard, click here
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP