Un laberinto de aguas que corren y puentes que suben y bajan. Nunca en mi vida habría imaginado ir a un lugar así. Las posibilidades siempre me permitieron verlo como un sueño y nada más. Pero eventualmente la vida me emociona, recordándome lo impredecible que puede ser cuando te empeñas en cada uno de los pasos que das. Tal vez no te lleven a Venecia, pero de seguro, a algún lado llegarán.