Pancrasio vuelve de vacaciones

Llego el temido día en que Pancrasio debe retornar a su poblado, había viajado por las vacaciones escolares al llano, tierra donde nació y único destino de viajes familiar de los últimos años debido a la difícil situación económica de él y su familia, ya que desde que llego al poder el caudillo a la gran mina del mundo, una tierra de diamantes, oro, petróleo y coltan no ha cesado la crisis en los habitantes como Pancrasio que no se han incorporado a minar, a caporales de mineros, asaltantes o a seguridad en la gran mina. Así pues que Pancrasio ahora le teme a moverse el no sabe si es por su carácter conservador pero cada vez que debe emprender un nuevo viaje el estomago se le arquea y siente mariposas revoloteando, solo de imaginar una avería de su ya deteriorado automóvil que tiene más de una década de comprado, así que cuando es imposible sacarle el cuerpo al viaje Pancrasio revisa fluidos, cauchos y frenos de su camastron, y luego de llenar de paquetes principalmente comida y ropa sucia porque nunca hay agua ni en su casa ni en la casa del llano, comienza su viaje de retorno,

el calor sofoca por doquier ya que como era de esperarse el carro hace años que se le daño el aire acondicionado y nunca fue reparado, en el camino sus niños se duermen por el calor y su esposa Ruperta amablemente le pregunta porque esta tan callado, él le responde que por nada pero internamente piensa en que gasto mucho en las vacaciones y que Ruperta le exigirá dinero para comer, ve la carretera se ve imponente, surcada de huecos por doquier, los años del caudillo, sus caporales y el agua del invierno han contribuido a destruir la carretera llenando los bordes de paja, espinos y mastranto,

se despide un olor a naturaleza húmeda delicioso para Pancrasio, le recuerda la pureza del ambiente llanero, observa a lo lejos y no ve ningún automóvil que lo acompañe, porque quien se quedo en la gran mina no se arriesga a salir, los asaltantes, los costos de los repuestos, las maltrechas carreteras han disuadido a todos a quedarse en su casa, eso lo lleva a rememorar a sus amigos, ya ninguno vive en la gran mina, hasta el guatanero se fue, el gran éxodo inicio luego que fallaran las acciones de los estudiantes de la gran mina quienes se habían criado alejados de la minería pues se explotaba solo algunos recursos, pero cuando llego el caudillo la gran mina se surco de huecos, pequeñas minas y destrucción por doquier, las profesiones no valían, la comida se obtenía por mendrugos de pan y los estudiantes quisieron evitar la nueva minería y recuperar el control de la gran mina, pero resultaron infructuosas sus acciones, no tuvieron apoyo en algunos casos ni de sus familias por miedo o porque trabajaban en la minería, y los pueblos afuera de la gran mina decían que los apoyaban pero realmente no les importaba más que de forma superficial y en algunos casos el cambio no les favorecía porque querían que se aumentara la minería y participar de ella, esos pueblos se preguntaban ¿y si mandan los estudiantes, continuaran la minería?, les causaba angustia esa interrogante, así que sin ayuda alguna los estudiantes fallaron y solo recibieron golpes, porrazos y muerte, un día se fueron de la gran mina y los siguieron sus padres y amigos, por eso cuando Pancrasio recuerda todo lo ocurrido lo sobresaltan los arqueos del estomago y se pregunta, ¿si me quedo accidentado a quien llamo?, en silencio resuena en su cabeza por largo rato sin respuesta alguna, luego de décadas de viajar de su poblado al llano, nunca se había sentido tan inseguro como ahora. En ese cavilar llega al primer punto de reten de seguridad, se le quedan mirando los gendarmes con recelo, con una mirada que denota desprecio y Pancrasio teme que lo manden a detenerse, sabe que detenerse significara mucho más que tiempo, ellos buscaran una excusa por pequeña que sea para retrasarlo y quitarle algo, ya hace un tiempo le habían querido quitar el auto sin importar que lo dejaban a la deriva con sus hijos, por una bendición de Dios Pancrasio se percata que a los de seguridad les llamó la atención un camión que iba adelante que transporta comida, se hace el que no los ve y sigue su camino alegre porque llevaba algo de comida y ese es el bien predilecto de los de seguridad. Cuando sigue su camino observa cómo algunos granjeros al igual que él, se arriesgan a quedarse y tienen algunos sembradíos y animales en lo que les queda de sus propiedades, esto es un buen augurio piensa, al menos habrá algo de comida para las fiestas decembrinas. Luego de un rato la carretera se vuelve intransitable, huecos por doquier, retoños de arbustos y pasto se asoman tímidamente por entre el pavimento haciendo recordar a Pancrasio lo que vio en la visita al llano, las casas que otrora eran de personas con recursos ahora lucen enmontadas y descuidadas, en algunos casos cujíes inmensos se divisan por entre los techos de los hogares abandonados y las aceras no son más que piedra pura, el cemento se ha desaparecido con la erosión, las calles vuelven a ser rurales como el siglo XIX y las casas sin pintura en el llano indican claramente que nada mas importa en la gran mina sino comer, de golpe vuelve de sus pensamientos porque un reten de velocidad lo sorprende, al frenar, el carro se desliza peligrosamente y Ruperta le increpa que tenga cuidado, el se disculpa y arguye que fue un problema del carro, los niños no se despiertan y Pancrasio voltea, va por un caserío que antes era el parador obligado de todos los viajantes , donde vendían chicharrón y cachapa, hoy luce desierto, dos solitarias personas hablan en uno de los negocios que queda abierto

todos los demás negocios están cerrados, el pueblo se ve derruido, mientras voltea hacia el otro lado, una gandola en la vía se detiene abruptamente, uno de los cauchos está completamente devastado el chofer se baja a revisar y Pancrasio le ve consternado, no divisa una cauchera y como están de inusitadas las cosas en la gran mina, el valor del caucho superara al valor de una casa, Pancrasio sigue el camino y vuelve a llamarle la atención el pavimento surcado de plantas y se da cuenta que la vida en este planeta no se detiene pronto solo será plantas y piedras, para el planeta solo somos algo casual y pasajero, quizás no está claro el destino a corto plazo de la gran mina pero de seguir los capataces en el poder a mediano plazo todo quedara incomunicado, la naturaleza, algo que ama Pancrasio recuperara mucho territorio, perderá por un tiempo donde están haciendo huecos y deforestando para minar pero recuperara ciudades, se devolverá la gran mina a tiempos inmemoriales y los hijos tanto de mineros como de los habitantes fuera de las pequeñas minas vivirán en otros pueblos soportando vicisitudes, y a mediano plazo se habrán perdido años de progreso y miles de vidas por enfermedades, como si una respuesta a ese pensamiento viniera del cielo, este se cubrió de nubarrones y comenzó a llover, para él fue claro el mensaje gris,

se despabilo de sus pensamientos y entro a su pueblo donde lo esperaba una interminable fila de los pocos carros que habían, porque personas protestando habían cerrado las vías ya que tenían semanas sin agua. Al fin Pancrasio terminó de llegar a su casa exhausto mientras lo atormentaba ahora preguntarse, ¿qué voy a comprar para comer y como lo haré?, en ese momento como cercenado por una guillotina acabo el cavilar de Pancrasio, los capataces se aseguraron que algo mucho más importante que su porvenir lo apremiara, su sola existencia hoy.

Fuentes: Fotos y texto corresponden al autor. @mayuyero 2018