Venezuela, mi país, es un país de riquezas naturales impresionantes y de un talento humano descomunal. En el pasado, gracias al esfuerzo de mis conciudadanos, a las grandes reservas de petróleo que posee y principalmente a la gran cantidad de inmigrantes que llegaron a nuestras tierras para trabajar escapando de las guerras y dictaduras de sus países, llegó a ser el país con mejor proyección económica de América Latina en los 70's y 80's. Lamentablemente, en el presente, la realidad es totalmente distinta. A pesar de haber tenido una gran bonanza petrolera en la década del 2000, mi pueblo sufre el hambre, la inseguridad y la desesperanza en carne viva, todo gracias a la actual dictadura y a sus políticas económicas fracasadas.
La escasez de alimentos y la hiperinflación han llevado a familias como la mía a comer de 1 a 2 veces por día, hay quienes que con menos suerte deben hurgar la basura para encontrar algunas sobras y calmar un poco su hambre. Al no poder encontrarse el 90% de los medicamentos o no poder costeárselo en caso de hallarlo, muchas personas han optado por remedios caseros que no son muy efectivos aumentando esto la tasa de morbilidad y mortalidad del país. En Venezuela el poder adquisitivo es prácticamente nulo. La escasez de efectivo aunado a la escasez de autopartes ha afectado gravemente el transporte público y debido a ello hemos faltado cada vez más seguido al colegio, a la universidad o al trabajo por no tener como pagar un bus y/o por no haber siquiera un bus que tomar.
Amo mi país, amo su gente, amo nuestra cultura, pero amo más a mi familia. Por ello semanas atrás tomé la decisión definitiva de emigrar, buscar estabilidad en otro país, específicamente en Argentina, con la finalidad de residenciarme allá, trabajar, y con lo que gane ir rescatando de Venezuela a mis familiares, y en un futuro, espero que no muy lejano, continuar mis estudios que no podré continuar aquí, puesto que también he tenido que abandonarlos por lo casi imposible que se me ha hecho estudiar. No obstante, no tengo los recursos y tampoco se puede ahorrar con nuestra moneda tan devaluada. Estoy intentando vender muchas de mis pertenencias y tratando de hacer trabajos por internet, pero debido a la hiperinflación casi nadie compra algo que no sea comida, pues la supervivencia es lo que está rigiendo en las calles.
Este es mi primer blog. En él les narraré semanalmente como va mi proyecto de salir de aquí y sacar a mi familia de nuestra propia tierra.
Por adelantado, les agradezco a Argentina y a sus ciudadanos por ser tan considerados con nosotros, por abrirnos sus puertas y brindarle un nuevo hogar a los venezolanos.
Nos estamos leyendo
Gabriel Borges
¡Ánimo! No es fácil emigrar pero es posible. A mi también me tocó abandonar el país. Te sigo.
Gracias Jennifer por tus palabras de apoyo. También te sigo.