Venezuela en la actualidad padece un gran número de problemáticas, dadas tras una mala gestión de los encargados de gobernar esta nación. Dichas problemáticas, difícilmente se resuelvan en un periodo corto de tiempo y entre ellas se encuentra la falta de libertad de expresión. El periodismo está casado con la verdad, un buen periodista con ética y valores tiene la misión de transmitir hechos con objetividad y mostrarle al mundo lo que debe ser visto; hacer buen periodismo en Venezuela es una tarea muy ardua, para no decir imposible, al menos en los medios convencionales.
No es algo nuevo lo que actualmente percibe el periodismo criollo, van unos cuantos años en que la impunidad se ha manifestado y ha logrado conseguir los resultados que un grupo de personas quiere tener. Los canales de televisión, radios y periódicos están controlados y en muchos casos (quieran o no), se ven obligados a guardarse informaciones importantes para el país, pero que, de transmitirlas, generarán el "merecimiento" de una sanción o hablando en términos mayores, la salida del aire del medio comunicativo.
Para expresar el presente que vivimos en cuanto a los distintos aspectos comunicacionales, debemos recordar la salida del aire de un canal muy importante, para muchos el mejor durante años, Radio Caracas Televisión (RCTV), canal que cumpliendo su labor periodística de llevar y transmitir la verdad por más dura que fuese, sufrió la injusticia de ser sacado del aire a manos del ex presidente venezolano Hugo Chávez Frías. Fue un evento que generó la frustración de millones de venezolanos, produjo ese sentimiento de injusticia que día a día padecemos en nuestro país, podríamos decir que ahí comenzaron todos y cada uno de los descalabros que sufrirían y seguirán sufriendo los medios de comunicación.
Cerrar el canal más importante de Venezuela sin dudas causó un gran impacto en la sociedad y no solo eso, sino que otras grandes cadenas televisivas se vieron "obligadas" a medir sus noticias, desde ese momento entraría a circular un miedo a fallar y temor de no cumplir lineamientos dirigidos por el gobierno, para no ver y ser testigos directos de otro cierre. Es difícil estar en el lugar de tantos periodistas que se han visto en el dilema de estar en un trabajo donde en muchos casos se esconde la verdad, igual de complicado puede ser para un dueño de estación de radio, televisión o periódico, que aun sabiendo que debe cumplir con el deber de informar, sabe que en muchos casos hay informaciones que no puede dar a conocer porque inmediatamente sufrirá sanciones. Sin dudas, eso no es libertad de expresión; es un periodismo limitado, dirigido, manipulado, atosigado y eso va muy de la mano, por muy duro que parezca, al término dictadura.
Un gran número de medios de comunicación han sido cerrados en los últimos meses, algunos por sanciones y otros por falta de insumos, independientemente de la causa, algo no anda bien; o mejor dicho, pocas son las cosas que están funcionando de manera correcta. Tantos cierres, manipulaciones y circunstancias negativas, han obligado al periodista, ese que lleva en su sangre la pasión por informar, cueste lo que le cueste y que no se vende ni vende a su país por cualquier cantidad de dinero, busque y utilice otras alternativas para dar a conocer y transmitir importantes anuncios, ahí han entrado a tomar un rol protagónico las redes sociales y la tecnología.
Vivimos en la era de los Smartphone, las computadoras y la información volátil, conozco un gran número de personas que han dejado de ver noticieros de televisión, de escuchar radio e incluso de comprar periódicos y no dejan de estar informados durante todo el día gracias a la tecnología. No digo que sea bueno o malo, cada quien puede elegir el medio por el cual quiere saciar la necesidad de estar informado, pero la actualidad nos está llevando a explotar esta alternativa, por aspectos que mencioné anteriormente y entre los cuales se encuentran, que en los medios emergentes podrás conseguir informaciones que estén vetadas en los medios convencionales e incluso reducirás costos, puesto que, en el caso del periódico debes pagarlo mayormente en efectivo y conseguirlo está muy complicado, pero eso es ‘harina de otro costal’. Lo importante es adaptarse y los comunicadores lo están haciendo, al menos aquellos que siguen luchando en nuestro país y que no han tomado la decisión de emprender viaje y cruzar la frontera.
Las nuevas tecnologías, de momento, pueden ofrecer la alternativa de que un periodista continúe su labor y transmita la verdad, pero digo de momento, porque no sería de extrañarse que aumenten las desfachateces y sanciones hasta por el contenido que publiques en la web.
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