Después de un año y medio viviendo en casa de unos tíos maternos, me tocó irme a una residencia. Buscando y buscando y analizando todas las opciones, predominó una que cumplía casi todos los requisitos. Buena, bonita y accesible (Que ya en este país nada es barato). Lo único que no me cuadraba era el sitio. Yo vivía en Los Ruices. Y esta residencia queda en 23 de enero.
Disclaimer: Este post no intenta ofender a nadie, solo quiero contar mi experiencia en estos primeros días.
De todos los lugares, de todo lo que yo intenté. De todas las puertas que toqué, todos los sitios que visité. Con tantas cosas que uno escucha yo jamás me imaginé, que iba terminar entrando un día al 23.
Padre nuestro que estás en el cielo
Y así entré yo a este laberinto, con una oración en la boca y una alerta en mis instintos. Llevada por una amiga que me ofreció su hogar en esta ciudad, al que resulta que no es tan difícil llegar, cabe destacar.
Santificado sea tu nombre
“No vale no estás tan cerca de los bloques, hay que bajarse en aguasalud y ahí subes en camioneta” me dijo. La verdad es que no estás cerca, estás rodeada. Esta parroquia te ayuda a entender que Caracas es una ciudad llena de contrastes, que lo único constante es que es fascinante.
Venga a nosotros tu reino
En Los Cortijos me bajaba yo sola, prácticamente más nadie se quedaba en la estación cuando llegaba al atardecer. Aquí se baja un tropel de gente, que te anuncia lo que se avecina. Nada más al salir lo primero que has de ver es uno de los tantos bloques. Y luego ves otro. Y de pronto todo es bloques y bloques y bloques.
Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo
Está atardeciendo. Y al salir de la estación ese primer bloque que ves parece reflejar todos los colores del atardecer, pareciera ser de colores pasteles como lindos claveles que no puedes ver. Sin embargo no es el único espectáculo, es el primero de muchos que hay montaña arriba.
Danos hoy nuestro pan de cada día
Vas subiendo y los vas viendo. Como van todos emergiendo. Es como ir a un museo a cielo abierto, es un trozo de la historia de tu país lo que estás recorriendo. Va serpenteando y vas rezando para tus adentros. Pero al llegar descubres que es otro mundo por completo. Tiene vida nocturna, y donde yo estaba todos se ponían a resguardo a las 6. Tiene gente que te ve a la cara, que te irradia pero no te dicen nada.
Perdona nuestras ofensas
Que de las cosas que más me mentalicé, fue que carteles y consignas del intergaláctico por todos lados iba a ver. Pero fue esto de las cosas que se escaparon a mi imaginación, pues le tienen una auténtica adoración. Al llegar ves que le tienen una “gruta”. Los mismos que están bautizados con la fecha de la caída de una dictadura, adoran una dictadura. Contrastes, contrastes vas a ver.
Así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
Se conocen entre todos, se saben todas las caras. Por eso sentía que tenía sobre mí todas las miradas a pesar de andar acompañada. Yo sigo rezando, pero estoy andando. Mi vida universitaria se ha basado en curarme de espantos. De cuantas anécdotas tengo ya no sé, pero esta es una que nunca imaginé tener.
No nos dejes caer en la tentación
Estar en la residencia es volver a cambiar de mundo. A pesar de estar en una subida -que necesita un nuevo adjetivo porque pronunciada es quedarse corto-, es bonita y decente. Hay agua siempre, cosa que no sucede en el este. Y cuando subes al techo y miras a tu alrededor, sientes que estás en un pesebre, viven en un eterno diciembre.
Y líbranos del mal
Pero este es el comienzo. Y cada día que despierto, me encomiendo, no cambio en eso. Las apariencias engañan y hay gente que se parece físicamente a mí en este lugar. Se arreglan y son de facciones delicadas. Y yo sigo rezando, sigo implorando. Mientras espero el metro voy susurrando. Mi cara tiene una expresión inescrutable, ya sea el este o el oeste, siempre le pido a mi ángel que me guarde.
¡Gracias por leerme!
Amen @kerp97, como decimos en Venezuela, pa'lante es pa'lla, así se hacen los grandes superando obstáculos cada vez mas complejos, Dios le da las peores batallas a sus mejores GUERREROS, Dios te Bendiga Karen Pereira.
Así mismo es pa'lante es pa'llá. Gracias por los ánimos, amén!! Y gracias por leerme!
vaya que la vida en la capital es complicada , ánimos!
Si lo es, de verdad que sí. Gracias!
No sé si se deba a que viví bastante cerca de ahí, pero, a mí parecer, al 23 lo que le quedó fue la mala fama... Aunque tratándose de Caracas, un lugar nuevo siempre nos llenará de inquietudes y un poco de miedo, sobretodo una zona popular.
Ojalá y sea tal cual como dices. Sí, las zonas populares le dan miedo a cualquiera, creo :( Gracias por tu comentario!!
Este post me ha dado muchisima risa, buena manera de narrar. Yo estudiaba por caño amarillo y realmente no es tan malo, solo hay que estar siempre pendiente, pero una vez te acostumbres eso va a ser más tranquilo de lo que una vez imaginaste. Saludos!
Gracias!!! Que bueno saber que te gustó tanto! Eso me han dicho muchas personas ya, que en realidad es más tranquilo de lo que parece, que solo debo estar con los ojos abiertos y ya (igual que el resto de la ciudad). Abrazos!!!