En la lucha por la Causa cuasiSilente causada por la Lens CULInaris en #Venezuela
La reciente avalancha de la Lens CULInaris o mejor conocida como la popular lenteja ocurrida en tiempos recientes al interior de las cocinas venezolanas, ha traído una cantidad “parecida - igualita” de provecho a sus connacionales. La verdad, mayoritariamente beneficiosas; sin embargo, para los CULIS de algunos, no tanto.
Podemos partir desde lo que ya muchos saben: es una excelente fuente de proteínas de origen vegetal en momentos de escacez de la tan sobrestimada proteína animal.
Por otra, esta legumbre ha irrumpido en la creatividad de las cocinas venezolanas, ante el dilema de continuar su consumo, sin sucumbir en la típica sopita de la abuela o en el hibernal guiso de la Lens CULInaris, que para muchos es motivo de buen augurio en la mesa de año nuevo a la venezolana.
Ahora bien, muchos las hemos comido tipo “hamburguesas”, croquetas, guiso, crema, germinados, sopa, caldo, “hummus”, con arepa, con pan, en pastelitos, ensaladas, arroces, etc...y hasta las hemos visto en algunos MEMES, donde se muestra el innovador McFlurry de Lentejas.
Sí, claro...sabemos que es en tono de tragicomedia; no por la falta de creatividad del venezolano y su estoicismo CULInario, sino porque por más que Arcos Dorados regionalice su menú, la verdad que no se vendería ni con muñequitos que te digan “wakanda forever” o vengan en un estupendo combo.
Todo bien con la “fantabulosa” legumbre, el subsidio imperante y su legado nutricional, pero el hastío de muchos trasciende del paladar, a la zona abdominal y sus consecuencias tangibles en estado gaseoso.
La pesadez supera a la tan anhelada llenura, coadyuvando al climax de un momento por veces vergonzoso tanto en la intimidad del hogar, como en los espacios de trabajo; donde el crimen queda impune por ser parte cuasi obligada del menú más cotizado entre los oficinistas y comedores.
Es entonces, donde el acervo popular junto a la súper autopista de la información, sirven como herramientas claves para la aplicación de consejos útiles, en procura de evitar la producción de flatulencias causadas por la prodigiosa LensCULInaris; y así, tanto tu CULI como el CULI de los demás, no seguirán impunemente causando los estragos de los efectos de la congestionada digestión de muchas, muchísimas personas.
Eso sí, las precitadas herramientas no son la panacea, sin el debido sentido común en la aplicación de futuras recetas, que colaboren en la lucha de esta cuasi silente causa y sus gasíferos efectos.