En este post les contaré como estuvo mi experiencia en el Delta del Orinoco, en Venezuela dictando el taller El Cuento detrás del cuento, de oralidad creativa a mujeres de las etnias Waraos, Yekwana y Wayuu. Un intercambio sabroso entre indígenas y criollas a través de sus historias de vidas y sus leyendas.
Patrocinada por la fundación venezolana Tierra Viva, Chevron-Texaco y la Unión Europea, llegué al campamento Oropendola, situado en caño Bujana, del Delta del Orinoco. A través de un interesante programa estas organizaciones promueven la rica cultura indígena con metodologías que conjugan diversas estrategias participativas. La comercialización de artesanía producida por las etnias involucradas incide directamente en los ingresos familiares, contribuyendo a la adquisición de productos de primera necesidad.
Siguiendo este eje, se entiende que las historias de vida y los cuentos, son legados patrimoniales que se han pasado de forma oral. Con el taller, El Cuento detrás del cuento, se allanó el camino para que fueran las mismas artesanas las que contaran su experiencia. El cambio paradigmático y la valoración del sentido de pertenencia, son luchas que se dan en el campo del saber.
El objetivo principal fue cumplido. Las historias de vida y las leyendas, fueron presentadas como excusa para la creación dado su valor liberador. Mediante esta estrategia cualitativa se logró el autoconocimiento y, al mismo tiempo, se construyeron bellos textos que constituyen testimonios de la amplia sabiduría ancestral de las etnias primigenias.
Partiendo del corazón individual, las artesanas transmiten su esencia a la pieza que crean, sin olvidar que existe un corazón ancestral, de etnia, de nación.
Historias de vida
Wayuú (pueblo de sol, viento y arena)
Ana Luisa y Liubys Morales, Gloria Fernández y Gisela Ipuana, vienen de la Alta Guajira, Maracaibo y Campo Moga. Son emprendedoras, expertas en el arte del tejido Wayúu. La familia de Gisela se alzó, en el 2011, con un premio de la Unesco (Un susú de tejido Osonoshi). Ella misma es ingeniero agrónomo egresada de LUZ, divorciada de un criollo y con hija mestiza. Gloria Fernández, pasó la mitad de su vida bajo costumbres criollas, al entrar en la universidad sintió la necesidad de explorar sus raíces, obtuvo título y nueva forma de vida. Hoy, es trabajadora social, también egresada de LUZ y vive en una comunidad Wayuú, de Maracaibo, reacomodando las prácticas ancestrales a los elementos criollos y viceversa. Ana Luisa y su hija Liubys, vinieron desde la Alta Guajira, mantienen una cosmovisión más tradicional que sus compañeras, son cristianas evangélicas. La historia del matrimonio de Ana Luisa, a los catorce años, con su esposo de la misma edad, es profundamente conmovedora. Sin saber nada del amor, aprendió a quererlo. “Papi y mami, son almas gemelas. Nacieron el mismo mes, a la misma hora y el mismo año”, dice su hija.
Waraos, el pueblo más antiguo de Venezuela.
Cecilia López, Ofelia Pérez, Morelia Valderrey, Edelia Cooper, Bisla y Omaira Silva, de las comunidades Guacajara de Mánamo, San José de Guacajara, Guacajarita y Santo Domingo, con sus historias de vida y leyendas, desnudaron el alma, mostrando una forma de vida particular, violenta a veces. Edelia, de tez muy clara y apellido inglés, sabe que su padre llegó desde Margarita, tal vez originario de alguna isla del caribe inglés. Él, asumió la cultura warao como suya. Casada a los doce, enviudó hace poco, su esposo fue asesinado en rencillas comunales. Bisla, se cansó de pedir plata al compañero para ropa interior (¿les suena conocido?). Recientemente le hicieron un pedido, tan grande, que el dinero alcanzó para muchas pantaletas. Morelia, hace carteras desde que recuerda, “aunque nunca vendí ni una”. Ahora, el marido corre presto a buscar jau (moriche) y carapo para pintarlo. Sus manos talentosas hacen un importante aporte al núcleo familiar.
Yekuana (gente de las curiaras)
Dawané es el nombre Yekwana de Luz María. Ella y su mamá, Carolina, que no habla nada de español, vienen de una aldea cercana al río Caura, el tercero más grande del país. Maquillaron, con una pasta elaborada de raíces, de tonalidad rojiza, color que llevan fuera de la aldea, (cuando están allá usan el negro, o una combinación de ambos) que tardó días en caerse. Dawané, pacientemente, fue describiendo cada dibujo, en un monólogo místico cosmogónico. Con símbolos polisémicos predijo el fluir de la vida.
Hola @xiomaryurbaez me gusto mucho tu post, veo que eres nueva en la comunidad te recomiendo que utilices bien las etiquetas para que los curadores puedan ver tus publicaciones.. La etiqueta orinoco del etnias nadie las ve.. puedes utilizar venezuela castellano travel life culture...
Ay muchas gracias. Si, de verdad me está costando un poco acostumbrarme así que valoro enormemente tu ayuda. Por lo que veo incluso las puedo usar en inglés. Uhmmmm, interesante. Un abrazo