cortesía muy interesante
Cuando se trata de los ingresos, los científicos dicen que en realidad sí que existe una cantidad ideal que podemos ganar al año para sentirnos emocionalmente satisfechos - y lo creas o no-, tener demasiado dinero podría arrastrarte a un territorio lleno de infelicidad.
"Eso podría ser sorprendente, ya que lo que vemos en la televisión y lo que los anunciantes nos dicen que necesitamos indicaría que no hay límite cuando se trata de la cantidad de dinero que se necesita para la felicidad, pero ahora vemos que hay algunos umbrales", explica el psicólogo Andrew T. Jebb de la Universidad de Purdue en Indiana (EE. UU.).
Jebb y su equipo analizaron los datos de Gallup World Poll, una encuesta internacional realizada a más de 1,7 millones de personas de 164 países de todo el mundo. Las estimaciones se calcularon en función del poder adquisitivo y las preguntas relacionadas con la satisfacción y el bienestar de la vida.
Cuando examinaron las respuestas de los participantes sobre lo que se conoce como bienestar subjetivo (satisfacción y bienestar en la vida) descubrieron que el número mágico de 'bienestar material' es un fenómeno global, pero que varía considerablemente en todo el mundo.
No obstante, cuando promedias los resultados, podemos hacernos una idea aproximada de cuánto dinero se trata.
"Se ha debatido en qué punto el dinero ya no cambia el nivel de bienestar. Descubrimos que el punto de ingreso ideal es de 95.000 dólares (77.000 euros) anuales para el bienestar material y de 60.000 a 75.000 (48.500 a 60.000 euros) para el bienestar emocional. Esta cantidad se cuenta por individuo y probablemente sea más alta para las familias", explica Andrew T. Jebb, líder del trabajo.
Por supuesto, el promedio global enmascara de qué forma los puntos de saciedad económica son significativamente más altos en algunos países que en otros, ampliamente asociados con cuán rico es cada país.
EN CIFRAS
La satisfacción con la vida cuesta 125,000 dólares en Australia, 105,000 dólares en Norteamérica y 100,000 dólares en Europa Occidental, pero solo 70,000 dólares en el sudeste asiático, 45,000 dólares en Europa del Este y 35,000 dólares en Latinoamérica.
A nivel mundial, es más barato que los hombres estén satisfechos con sus vidas (90,000 dólares) que las mujeres (necesitan 100,000 dólares), y para personas con nivel educativo bajo (70,000 dólares) o moderado (85,000 dólares) que las personas con educación superior (115,000 dólares).
Tal vez lo más destacable del estudio es cómo resalta que una vez que alcanzas este bienestar material, es posible que desees congelar tu capacidad de ingresos en esa cantidad.
"Otro fenómeno importante dentro de nuestros datos fue la presencia de puntos de inflexión en los niveles de ingresos, que después de ser satisfechos provocaron disminuciones constantes en la felicidad", explican los autores.
"Se ha especulado durante algún tiempo que los ingresos muy altos pueden conducir a reducciones en el bienestar subjetivo".
Los autores detectaron este fenómeno en sus propios resultados, pero notaron que solo era evidente en términos de evaluación de la vida (no de bienestar emocional), y limitado a solo cinco de las nueve regiones consideradas en el estudio: Europa occidental / Escandinavia, Europa del Este / los Balcanes, Asia Oriental, América Latina / el Caribe y América del Norte.
En cuanto a por qué el patrón no se encuentra en otra parte, no se sabe con certeza, pero los investigadores especulan que está asociado con las demandas asociadas a salarios más altos.
"Teóricamente, no son los ingresos más altos en sí mismos los que impulsan las reducciones en el bienestar subjetivo, sino los costos asociados a ellos", escriben los expertos. "Los altos ingresos suelen ir acompañados de grandes demandas (tiempo, carga de trabajo, responsabilidad, etc.) que también podrían limitar las oportunidades de experiencias positivas (por ejemplo, actividades de ocio)".
Si ese es el caso, casa perfectamente con muchas otras investigaciones que demuestran que el dinero compra la felicidad pero solo si tienes tiempo libre para disfrutarlo, gastarlo en cosas adecuadas y no priorizar el dinero con el tiempo.