Nos conocimos en invierno,
No nos dijimos a todos el uno al otro.
Es un niño de cuentos de hadas, mamá, claro, lo sé.
Y sus hijos huérfanos dejaron de recordarlo.
Este es nuestro pequeño planeta.
Nubes de viento acelera
Y a veces los pesos son iguales.
Quizás la vida es una sola.
Hay magia en el silencio de medianoche.
No tengas miedo del infierno
En el hilo del ser, encadenando la vida es un momento, un momento,
Aquí galopa el mundo, el mensajero sopla.
Para alimentar a tu minotauro.
Y no enamorarte.
Sus cogollos
¿Qué le vas a pedir que se vaya de nuevo?
Ni luz ni calor
Pero no dejaremos caer nuestra esperanza,
Heridas lavadas, hierba de narval,
Entonces, de repente, un ángel, entonces el diablo aparecerá.
Causando la risa en la tarde.
Dos horas después, la ballena está casi muerta.
Para un hombre es una tragedia.
En sí solo lleva pavos reales.
Nuestros vagabundeos tuvieron un comienzo, pero no tendrían un final.